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EL MUNDO QUE SE NOS “VINO”

Si bien es cierto que el vino es uno de esos productos que no se pueden consumir por streaming, hoy las RRSS tienen mucho que enseñarnos para complementar nuestros conocimientos, pero ojo, no reemplazarán jamás el contacto humano con el producto, sus territorios y sus creadores. 

Por una parte el mercado del vino chileno se ha visto fuertemente afectado por el COVID-19, sin embargo la situación sanitaria actual ha incentivado el comercio electrónico de este producto.

No cabe duda de que todo ha ido cambiando de forma vertiginosa y los canales digitales de distribución acercan los mostos a nuestras casas sin necesidad de pisar la calle. Esto además nos abre la posibilidad, como nunca antes en la historia, de recibir en nuestra puerta un abanico jamás visto de calidades, estilos, valles y diversos métodos de elaboración, ya sea naturales o convencionales.

Los canales digitales democratizan el vino y llevan a los pequeños productores a competir de igual a igual con las grandes compañías. De esta manera, ahora podemos acceder a productos muy singulares, como querer tener un vinilo que nos encanta en una nube digital.

El desafío estará entonces en saber qué comprar para no equivocarnos, y como la degustación es un ejercicio comparativo, es necesario salir a los wine bar a probar por copa distintas cosas, hasta encontrar los estilos y tendencias que más nos gustan para cada momento y presupuesto, porque el vino es como un compañer@ de viaje, debemos saber qué viaje gastronómico queremos hacer para acertar con qué vino recorrerlo.

En esta contingencia que se arrastra desde el estallido social y ahora pandémico, la venta de vinos por internet no se detiene y exhibe incrementos notables, multiplicándose la oferta con despachos a domicilio. Esto solo irá en aumento y la generación actual de los internautas nativos será la más activa en detectar ofertas, participar en catas virtuales en que los vimos llegan a tu casa por currier e interactuar en todos los medios digitales disponibles.

Así las cosas, la aceleración de los cambios que estamos evidenciando juegan a favor de este nuevo consumidor al cual las bodegas podrán llegar directamente pero mas les vale, con un contenido ágil, franco y honesto, pero lo más importante, constante, ya que la fidelidad en su decisión de compra no está entre sus mayores atributos y su déficit atencional es difícil de predecir.

Aquí algunos datos recomendados para comprar vinos entretenidos:

https://www.catadorstore.cl/mesa-ancestral/

http://vigneron.cl

https://bocasmoradas.cl/

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Proyectan posible agudización del conflicto social en Chile

El psicólogo y antropólogo, Sergio González; la doctora en Ciencia Política y experta en seguridad, Lucía Dammert y el sociólogo y Director del Magíster en Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), Vicente Espinoza, analizaron el fenómeno de las protestas surgidas, durante la cuarentena en la comuna de El Bosque y coincidieron en la posibilidad de una conflictividad social progresiva en el país.

Para el académico de la Escuela de Psicología, Dr. Sergio González, estas manifestaciones tienen su origen en una “insatisfacción ciudadana ante la respuesta a las demandas sociales” y “un malestar acumulado por el funcionamiento de las instituciones”.

“Lo que está comenzando a pasar ante la imposibilidad de obtener ingresos por las personas, es que esperan una respuesta contundente por parte del Estado y esa respuesta todavía no está. Hasta el momento solo ha habido titulares sin contenido frente a una demanda ciudadana que es cada vez más clara”, comentó González.

El experto considera que en estas recientes protestas se conjugan, “por un lado, la carencia, la pobreza, la imposibilidad de generar los recursos para alimentarse y satisfacer las necesidades básicas, con la crispación y el malestar acumulado frente a la no respuesta por parte del Estado. No es solamente hambre”.

A juicio del académico, desde el punto de vista social, “lo peor aún no ha llegado” y situaciones como estas podrían hacerse visibles, también, durante los próximos meses, en comunas de sectores medios como Ñuñoa, La Florida o Maipú.

Para la socióloga y académica de la Facultad de Humanidades de la Usach, Lucía Dammert, la gran cantidad de días de cuarentena en sectores como El Bosque repercute en que la gente perciba, finalmente, una progresiva disminución de sus posibilidades para conseguir recursos económicos que le permitan, por ejemplo, cumplir con el pago de sus servicios básicos.

“Cada día, veremos un escenario más conflictivo”, proyectó la doctora en ciencia política y experta en seguridad pública. “Hay partes donde el Estado se ha percibido mucho menos presente y la ambigüedad de su presencia ha llevado a esos sectores a estar gobernados por situaciones de violencia y descontrol”, explicó.

A juicio de Dammert, La Moneda debe reconocer que la crisis es estructural, no solo económica. “La única forma de evitar un estallido mayor es que el Gobierno entregue, directamente, mayores niveles de financiamiento, además de comida”, sostuvo. “El estallido que ocurrió en Chile estaba vinculado al maltrato, la discriminación y la sensación de inseguridad de la gente, y eso volverá a ocurrir”, advirtió.

Por su parte, el sociólogo y Director del Magíster en Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Usach, Vicente Espinoza, la desigualdad de la sociedad chilena impone limitaciones para enfrentar crisis que requieran la acción conjunta de la población.

“Los eventos de protesta del 18 de octubre mostraron las grietas de la desigualdad por las cuales se escapaban los logros macroeconómicos”, explicó el doctor en sociología. “La crisis del COVID-19 muestra lo complicado que resulta imponer medidas sanitarias cuando no existen las condiciones materiales para sostener la cuarentena, como ocurre en barrios populares e, incluso, de clase media”, enfatizó.

Investigador asociado de la línea Geografías del Conflicto del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y miembro del proyecto Anillos-Conicyt ‘Desigualdades’, Espinoza consideró que la población ya ha agotado sus reservas materiales y lo que necesita es un “apoyo decidido” del sector público.

“El fracaso del discurso triunfalista -’nueva normalidad’, ‘retorno seguro’ y ‘meseta de contagios’- desmentido rotundamente por el ritmo de incremento de los casos, junto con la arrogancia y ausencia de diálogo, acrecentó la desconfianza de la población en las autoridades, a las cuales se les percibe como incapaces  de resolver los problemas derivados de la crisis sanitaria”, sostuvo.

“El Gobierno desaprovechó la oportunidad de revertir la crisis política de octubre y se encamina, rápidamente, a una nueva crisis política, asociada a sus propios errores, dada la ausencia de una oposición con respuestas claras. Probablemente, La Moneda deba buscar cambio en los equipos que enfrentan la pandemia y mayor capacidad de escucha a los liderazgos sociales y técnicos surgidos en estas semanas”, concluyó.

Terremotos de 1960 y 2010 han marcado un antes y un después en Chile

El académico del Instituto de Obras Civiles de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería, Doctor en Ingeniería Sísmica y Dinámica Estructural, Galo Valdebenito, quien actualmente dirige el Núcleo de Investigación en Riesgos Naturales y Antropogénicos (RiNA) de la Universidad Austral de Chile  explica que “los grandes terremotos como el de 1960 y el de 2010 en Chile han marcado un antes y un después en términos normativos – parte señalando el académico – hoy tenemos un cuerpo normativo más robusto y ese es quizás el mayor aprendizaje”

Valdebenito cuenta que el terremoto de 1960 ocurrió justamente en un contexto en que se estaba realizando una adecuación a la normativa  que venía de la década del 50 y que definiría a la zona de Valdivia como de amenaza sísmica media a baja. “Lo que hizo el terremoto de 1960 es romper completamente esa hipótesis y pasamos a transformarnos en una zona de amenaza sísmica alta, de las más altas del mundo”.  De hecho, esto trajo consigo que la normativa de la época se modificara y se actualizara oficialmente el año 1972.

“¿Qué hubiese ocurrido si no hubiésemos tenido ese terremoto? Probablemente hubiese significado que Valdivia y toda la zona centro sur de Chile hubiese sido definida como una zona de amenaza sísmica media, con niveles de aceleraciones más bajos y, por lo tanto, los parámetros de diseño de los edificios hubieran estado sub dimensionados”, agregó el experto en sismos de la U. Austral. 

El terremoto de 1960 permitió entender muchas cosas que antes no se comprendían del todo. “Una de las lecciones es haber logrado identificar las tipologías de estructuras más vulnerables. También aprendimos que las normas de construcción van a cambiar en función del historial sísmico o de la recurrencia de estos grandes eventos y, en base a estudios paleosísmicos, en los que hemos participado como Universidad Austral, hoy sabemos que estos mega terremotos de magnitud de 9 o más grados pueden ocurrir con una periodicidad cercana a los 400 años en promedio y que ya han ocurrido antes en la historia de la humanidad y, por lo tanto, seguirán ocurriendo”, señala Valdebenito. 

Junto a lo anterior, el historial de grandes eventos sísmicos en nuestro país, ha generado que el nivel de formación y de investigación en materia de ingeniería sísmica y estructural, sea reconocido a nivel mundial. 

“Los sismos del pasado se han encargado de comprobar que nuestra ingeniería funciona bien, que nuestros edificios están estructuralmente bien concebidos y que, pese a que nuestras normas son bien simples y sencillas, son increíblemente efectivas y eso habla bien de nuestra ingeniería sísmica” señala el Dr. Valdebenito.

A nivel de formación – con orgullo señala-  que a diferencia de otros países, la formación universitaria en ingeniería sísmica en Chile, es bastante completa, de hecho en las carreras de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería UACh,- donde soy académico e investigador-  tenemos muchos cursos afines de geología, dinámica de estructuras, ingeniería sismo resistente, entre otras.

Pero no todo obedece a que construyamos bien, tengamos buenas normas, que  los criterios de diseño sean los adecuados y que haya un buen nivel de investigación,  sino que también la sociedad ha aprendido a responder acorde a lo que se requiere ante este tipo de catástrofes, lo que habla de una sociedad resiliente.

Respecto de cómo ha evolucionado la normativa de diseño sísmico de edificios, Galo Valdebenito explica que se está trabajando en su actualización tras el terremoto de 2010, pero sin duda, -precisa- hoy existe un conjunto de normas afines que velan por la seguridad de las edificaciones de mediana y gran altura.

“Hoy tenemos por ejemplo normativas que regulan el diseño de edificios e instalaciones industriales, así como los elementos no estructurales tales como tabiques de fachadas, que si bien no producen afectación a la estructura, son motivo de riesgo.  Hay normativas para el diseño sísmico de ascensores, para el diseño de edificación en zonas de tsunami y se incorporaron   nuevos parámetros para considerar el efecto del suelo”, dijo al académico U. Austral .

Asimismo, -agrega-, “se ha producido un salto tecnológico enorme en relación a la protección sísmica de nuestra infraestructura sobre la base de incorporar dispositivos de disipación de energía o elementos de aislamiento de base que buscan minimizar los niveles de vibraciones”.

El despegue alcanzado en materia de ingeniería sísmica en los últimos 10 años permite que hoy exista más conciencia y que se hable de la salud estructural de los edificios, adicionalmente hay una mayor fiscalización y control de obra, lo que hace que no sólo los diseños sean más seguros, sino también la ejecución de las obras.

Acerca de la seguridad de las edificaciones en altura en Valdivia considerando la calidad del suelo, el Doctor Valdebenito es claro en expresar que  “todo se puede hacer, pero depende de los recursos que tengamos para hacerlo”. 

En ese sentido señala que los suelos de Valdivia tienen la particularidad que no son muy buenos desde el punto de vista geotécnico. “Muchos de los suelos de Valdivia desde el punto de vista de la normativa chilena clasifican como suelos especiales, porque son suelos orgánicos, suelos de relleno, turba, suelos sensitivos, suelos licuables y, por tanto, obligan a que se hagan estudios especiales de riesgo sísmico que definan en forma explícita la demanda cada vez que se va a construir un edificio” precisa. 

Lo anterior implica que “los edificios de altura, casi todos sin excepción, requieren de fundaciones especiales, con unos pilotes profundos, hasta alcanzar  suelo firme, roca, o se coloquen unas lozas de fundación  para evitar que haya deformaciones o asentamientos diferenciales en el edificio y eso trae como ventaja una serie de aspectos positivos, desde el punto de vista de la seguridad de las edificaciones, pero con un alto costo económico para los inversionistas, pero desde el punto de vista técnico son problemas que se pueden resolver” concluye el académico.

El turismo se redujo a cero en todos los destinos del mundo, con un efecto inédito en la historia del turismo moderno

El turismo, la hotelería y la gastronomía han sido algunos de los sectores más golpeados por la pandemia del Covid 19. Claudio Rojas, director de la Escuela de Gestión en Turismo y Cultura de la Universidad de Valparaíso (UV), indica que “la actividad se redujo a cero prácticamente en todos los destinos del mundo, con un efecto inédito en la historia del turismo moderno”.
 
“Por su naturaleza basada en la experiencia vivencial, el turismo no puede adaptarse tan rápido como hemos visto en el caso de la cultura y las artes, que rápidamente han encontrado formas de vinculación con las audiencias. Aun así, el efecto sobre estos sectores es inmenso”, agrega.
 
El académico de la UV advierte que entre los principales sectores que se han visto golpeados en este contexto se cuentan “la cadena de servicios turísticos, principalmente el transporte aéreo y la hotelería, pero en general podríamos decir que hasta el momento los efectos son devastadores a todo nivel”.

En cuanto a las innovaciones que se deberían implementar para hacer frente a esta situación, Rojas indica que “una nueva industria turística debiera ser no sólo más tecnológica, basada en destinos inteligentes y sustentables, sino también más humana y personalizada. Es un momento especial, porque se cierra definitivamente una etapa y empieza otra. Hasta el año pasado aún se hablaba de la transformación digital en la experiencia turística; eso concluyó y ahora debe se debe implementar”.
 
“El foco de la excelencia se moverá hacia aspectos más específicos, como medidas y protocolos visibles de higiene y sanitización, rotulados, distribución de espacios, experiencias menos masivas, automatización, procesos remotos y alta capacitación en el personal. El impacto de una depresión económica de ciertos actores del rubro turístico los obligará no sólo a innovar en sus servicios, sino a repensar su rol en una sociedad que esperamos se renueve en sus valores y modelos”, añade.

No obstante, el académico identifica que “hay destinos que ejercen una fascinación tan grande que no dejarán de ser visitados. Especialmente aquellos con un valor histórico, patrimonial y que son parte del mundo interior de las personas, de sus sueños más grandes”.
 
Sobre el rol que le corresponde a la academia en este contexto, Rojas agregó que “desde la UV pensamos, investigamos y modelamos permanentemente proyectos innnovadores como una forma de preparar y adaptar a nuestros profesionales a un entorno cambiante y eso nunca tuvo más sentido que ahora”.
 
Volviendo al mundo de la cultura, Rojas apunta que “los espacios culturales, los artistas, los gestores y el sector creativo en general, con mínimas excepciones, viven también la crisis a fondo, ya que si no hay eventos, producción o públicos, no hay remuneración”, señala.
 
“Paradojalmente, todas las actividades de la cultura o de la industria creativa, artes visuales, música, audiovisuales, medios digitales, creadores en general, han significado un inmenso apoyo emocional, de recreación y compañía para millones de personas a través del mundo en cuarentena, demostrando la importancia vital que tienen para la sociedad”, añadió.

Universidad desarrolla proyecto para reconvertir equipos médicos en ventiladores mecánicos

Pese a que, según informaron las autoridades, Chile dispone actualmente de 3.300 ventiladores mecánicos para enfrentar la emergencia sanitaria por COVID-19, muchos médicos y expertos han advertido que, durante los próximos días, puede haber un brusco aumento en la demanda de estos implementos; entre otros factores, por la próxima llegada de las enfermedades de invierno.

En este contexto, la Universidad de Santiago en conjunto con la empresa Sigma, se encuentra desarrollando un proyecto que permite reconvertir equipos respiratorios CPAP, actualmente disponibles en el sistema de salud y que son utilizados contra la apnea del sueño, para adaptarlos como ventiladores mecánicos capaces de asistir a pacientes contagiados con el Coronavirus.

A través de sus Departamentos de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica y su Facultad de Ciencias Médicas, la Usach realizó la reconversión de un primer prototipo de ventilador que ya ha sido probado en centros de salud como el Hospital San Juan de Dios y el Servicio de Salud Metropolitano Sur.

De acuerdo al Director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la U. de Santiago, Humberto Verdejo, en el sistema de salud chileno existe un potencial de mil dispositivos que se podrían adaptar para transformarse en ventiladores mecánicos, en el corto plazo.

“La idea es intentar obtener la mayor cantidad de recursos para iniciar el proceso de reconversión. Estamos haciendo pruebas finales para cumplir con los estándares del Ministerio de Salud”, afirmó.

Según el Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Santiago, Dr. Julio Romero, el plantel tendría la capacidad para reconvertir una cantidad de 300 equipos mensualmente.

“La Universidad de Santiago tiene la misión de estar al servicio de la comunidad en la generación y transferencia de conocimiento para bienestar de todos, sobre todo en estos momentos de crisis”, sostuvo.

El Director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Usach, Claudio García, explicó que los equipos respiratorios CPAP tienen la ventaja de ser conocidos por el personal de salud que se encuentra enfrentando la pandemia en los recintos hospitalarios.

“La gran diferencia fue reconvertir equipos en vez de aprobarlos desde cero, aprovechando que ya están validados por el personal médico y que les resulta familiar su operación, pensando en las capacitaciones correspondientes para que puedan ejecutar estos equipos”, destacó.

En la misma línea, el gerente general de la empresa Sigma y ex estudiante de la Universidad de Santiago, Eduardo Correa recalcó que, a nivel técnico, la reconversión de equipos ya demostró buenos resultados.

Finalmente, la Decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, Dra. Helia Molina, precisó que la reconversión de equipos implica un gasto menor al de adquirir ventiladores nuevos, optimizando así el rendimiento de los CPAP en el contexto de la pandemia. Además, valoró el rol de las universidades públicas. “Es bueno que la población sepa que las universidades, además de hacer exámenes, estamos trabajando en este tipo de proyectos. Lo que nuestra Casa de Estudios puede ofrecer ahora es la transformación de los equipos disponibles en los servicios de salud”, concluyó la ex ministra de Salud.

Infectólogo: “Aplicar más cuarentenas no frenará bruscamente la cadena de transmisión”

El Ministerio de Salud informó que 12 nuevas comunas de la Región Metropolitana quedarán en cuarentena, como La Florida, Peñalolén y San Miguel, entre otras. El confinamiento partirá desde este viernes 8 de mayo, a partir de las 22.00 horas.

Para el infectólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, Francisco Zamora, la reciente medida era “esperable”, dado el aumento de casos nuevos, entre los que se cuentan los que afectan a funcionarios de la salud.

“El contagio es inevitable para una gran parte de la población. El hecho de que existan más comunas en cuarentena por supuesto que es una opción,  pero con ello no lograremos una frenada brusca de esta cadena de transmisión”, advirtió.

“No tenemos por qué ser optimistas en cuanto a las cifras que vamos a tener en las próximas cuatro semanas”, lamentó. Además, el especialista criticó que, a su juicio, los informes se centren principalmente en la cantidad de gente confinada.

“No se han identificado datos más relevantes, como el rango de edad de personas contagiadas hace unas semanas o las comunas en las que estas trabajan”, sostuvo Zamora.

Finalmente, el académico hizo hincapié en que el Minsal no puede permitirse ningún “relajo” en las medidas de prevención durante esta etapa. “Aún con el aumento de la dotación y el uso de camas de cuidados intensivos y ventilación mecánica, los hospitales ya están empezando a colapsarse”, advirtió.

Desde el ministerio notificaron este miércoles que se registraron 1.032 casos nuevos y 6 muertes más desde el balance anterior, según la información recogida en las últimas 24 horas, hasta el cierre realizado a las 21:00 hora local del día previo.

Empresas de turismo apuestan por la sustentabilidad como factor diferenciador en la fase de reactivación turística

De cara a la reactivación que necesitará el sector turístico una vez que termine la emergencia sanitaria provocada por coronavirus, 41 empresas nacionales obtuvieron hoy el Sello de Turismo Sustentable, distinción otorgada por la Mesa Nacional de Sustentabilidad, que encabezan la Subsecretaría de Turismo y Sernatur y que, además está compuesta por otras entidades públicas y privadas.

De este modo, las empresas que asumen el compromiso con la sustentabilidad obteniendo el Sello S suman 169 en todo el país. De este total, 131 corresponden a alojamientos turísticos, lo que implica más de 6 mil habitaciones con capacidad para hospedar a más de 13 mil turistas que buscan una oferta turística verde en Chile. Los 38 sellos restantes corresponden a turoperadores y agencias de viaje.

Mónica Zalaquett, subsecretaria de Turismo, señaló que “hoy más que nunca, el compromiso con la sustentabilidad será un elemento importante a la hora de dar respuestas a las necesidades de los nuevos viajeros. La pandemia que hoy nos afecta establecerá un antes y un después para la industria turística mundial, modificando los comportamientos y las decisiones de las personas. Los sellos S que hoy entregamos dan cuenta de este compromiso por parte de los empresarios y emprendedores del sector, por desarrollar una actividad turística responsable y sostenible”.

Sin lugar a dudas, el turismo es una de las actividades económicas más transversales, además de formar parte de un eje prioritario dentro de la agenda para el desarrollo sustentable. En adición, la actividad turística cumplirá un rol clave en los futuros esfuerzos de reactivación.

Al respecto, la directora nacional de Sernatur, Andrea Wolleter, destacó que “la búsqueda de factores diferenciadores es parte de las estrategias que están adoptando los prestadores de servicios turísticos del país, en momentos en que hay que prepararse en todos los ámbitos posibles para cuando se reimpulse la actividad en el país. Que hoy estemos entregando 41 sellos S va en línea con el llamado de la Organización Mundial de Turismo de procurar que la recuperación de la actividad sea de manera sustentable”.

Y es justamente a eso lo que apunta el Sello S, pues ofrece una oportunidad de diferenciación entre las empresas inmersas en esta industria.

Sello S, un compromiso con el desarrollo sustentable

El Sello de Sustentabilidad, conocido como Sello S, se entrega desde 2013 con el fin de reconocer a las empresas que implementan prácticas alineadas con los criterios mundiales de sustentabilidad turística. En esta ocasión, las que obtuvieron la distinción de sustentabilidad fueron 32 establecimientos de alojamiento turístico y 9 turoperadores.

En general, las nuevas empresas con Sello S cumplen, en el ámbito económico de la sustentabilidad, con la incorporación de productores locales de manera formal y adquieren sus insumos y servicios con prácticas de comercio justo; en el ámbito sociocultural, ponen en valor la cultura local mediante la gastronomía, en su decoración o restauración, y apoyan a establecimientos educacionales para la realización de prácticas profesionales; mientras que, en el ámbito medioambiental, realizan reciclaje de sus residuos, miden su huella de carbono y apoyan programas de conservación de la biodiversidad.

Las 41 empresas son Hostal la Paskana B&B, Hotel Americano, Hotel Boutique Casa Beltrán, Hotel Samaña, Hotel Savona, Panamericana Hotel Arica, Hotel Avenida, Hotel Apacheta y Apart Hotel Viscachani (todas ellas de la Región de Arica y Parinacota); W&P Acamarachi (de la Región de Antofagasta); Hostal Mi Casa, Cuyinco Domos, Cabañas Lita, Cabañas Pixel Llifen, Hostal La Casa, Cabañas Ranco Lauken, Eco Ranco, Cabañas el Candil y Hostal Lago Ranco (de la Región de Los Ríos).

También se suman Ocio Territorial Hotel, Hotel Balai, Hotel Parque Quilquico, Hotel Pinacoteca El Greco, Patagonia Punto Norte TTOO, Agroturismo San Antonio, Logde Las Cascadas, Refugio de Caty, Al Sur Expediciones, SouthernEx Chile, Andes Nativa, Turismo y Cabañas Lahuan, Cabañas Rucahue, Cabañas y Quincho Cordillera, Cabañas Los Avellanos, La Gringa Carioca, Patagonia Elements, Orígenes Patagonia, Hostería Catalina y Hotel Cumbres de Puerto Varas (todas de la Región de Los Lagos); y Patagonia Adventure y Piremapucottage B&B (de Magallanes y la Antártica Chilena).

Destacan Ocio Territorial Hotel y Hotel Cumbres Puerto Varas, ambos de la Región de Los Lagos, por alcanzar el nivel 3 del Sello S, el máximo de esta certificación. 

PYMES OCUPAN LA INNOVACIÓN PARA AYUDAR EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

POPTIMIZE ya era una plataforma conocida en más de 50 colegios a lo largo de todo Chile, con ella planificaron semestres y año antes que el Coronavirus llegara a poner el mundo de cabeza. “Tuvimos que desarrollar nuevas funcionalidades para que los docentes y el cuerpo administrativo de los colegios pudiesen trabajar desde sus casas, y funcionó. Mantuvimos cautivos a nuestra comunidad educativa en su totalidad. Fue clave fidelizarlos respondiendo rápido creando clases en vivo y aulas virtuales para que los profesores se conectaran con sus alumnos sincronizando todo su calendario y planificación con la contingencia” indica María José Garay, creadora y fundadora de Poptimize, quien además destaca entre las funcionalidades de esta plataforma, un “calendario interactivo para profesores, en el que, con sólo ingresar los datos del curso, asignatura y horario, éstos se articulan con los planes y programas de estudio del MINEDUC, generando un plan anual de trabajo”.

Esta crisis y cuarentena ha llevado a que varias empresas cierren o directamente vean la quiebra como única opción. Existen pymes que ayudan a otras pymes o empresas a facilitar la adaptación a esta nueva manera de afrontar el día a día y la economía. En algunos casos, como YU-TRACK, su servicio incentiva la venta en tiempos de emergencia con una metodología ágil en la que pre-Coronavirus monitoreaba a sus ejecutivos comerciales en terreno. Hoy, a través de una aplicación para celular, se puede analizar la data de vendedores para ver cómo afecta su productividad y saber dónde y cómo funciona la estrategia para captar ventas y nuevos ingresos: “Aunque en lo inmediato hay que tratar de mantener clientes, sabemos que para lograr subsistir, las empresas deberán adaptarse para ver las oportunidades en medio de esta crisis y lograr aumentar sus ventas para prolongar la vida de la empresa”, expresó Nicholas Lakl, ceo y fundador de YU-TRACK.

El caso de DELFOS, una plataforma que automatiza los procesos de innovación de una empresa, varió su estrategia de empresas a emprendedores con la crisis del Covid-19. Lo que los llevó a armar un canal digital de ventas, donde se les asesora comercialmente vía porcentaje de ventas. Es decir, el costo se bajó y se cobra un porcentaje de la venta que logren a través de la plataforma. Así, la cadena es virtuosa e incentiva a los emprendedores a seguir buscando oportunidades en colaboración y apoyo de otra pyme como DELFOS, una solución efectiva en el proceso de gestión de la innovación en las organizaciones donde estas tienen un punto de encuentro en torno a la resolución de problemas, proyectos e ideas innovadoras entre empresas, trabajadores, emprendedores y stakeholders asociados (como incubadoras y/o aceleradoras).

Prototipo de ventilador mecánico de universidad chilena inicia fase avanzada de pruebas de salud

Desde hace un par semanas, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (FCFM) trabaja en un prototipo de ventilador respiratorio, que pueda ser construido de manera masiva y a bajo costo en nuestro país. La iniciativa, impulsada para enfrentar la emergencia provocada por el COVID-19, tiene como objetivo poner a disposición del sistema de salud este equipamiento en el periodo más crítico de la pandemia que, de acuerdo a las autoridades nacionales, se producirá durante las próximas semanas.

Esta semana el prototipo de ventilador mecánico -desarrollado por académicos y estudiantes con dedicación exclusiva de los departamentos de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica, ingenieros e investigadores del laboratorio FABLAB y del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC)- iniciará sus procesos de certificación en salud. “Estamos listos para probar nuestro prototipo en condiciones más exigentes, con un pulmón artificial, que permita simular escenarios más realistas de operación. Para ello, un equipo de médicos de la Universidad de Chile, nos entregarán un pulmón artificial para que las pruebas sean semejantes a las condiciones de la vida real. También estamos listos para realizar pruebas de resistencia del equipo, es decir, de operación por tiempos prolongados”, señaló el vicedecano de la FCFM James McPhee.

Al cumplirse los requisitos que exige la institucionalidad de la salud en Chile, vendrá una fase final de prueba, donde resolverán un diseño sólido del equipo para ser reproducido a gran escala y planificar las fases intermedias de producción masiva.

Ad portas de comenzar las evaluaciones finales para cumplir con las certificaciones de salud, el vicepresidente ejecutivo de CORFO, Pablo Terrazas, visitó las dependencias del Laboratorio de Fabricación Digital (FABLAB) de la Universidad de Chile, para conocer el estado de avance del prototipo. En la ocasión, se reunió con el prorrector Alejandro Jofré, el coordinador del proyecto, James McPhee, y el equipo de ingenieros, investigadores y estudiantes detrás de esta iniciativa.

“Sabemos que hay varias universidades e instituciones que están trabajando paralelamente en lo mismo. Algunos casos que están muy cerca de ser certificados, como es la situación que hemos visto en el FABLAB. Les estamos visitando para motivarlos a que salgan lo antes posible con sus certificaciones”, explicó Pablo Terrazas, en el marco del Fondo para el escalamiento en la producción de ventiladores mecánicos, lanzado recientemente por CORFO en el contexto de la crisis de salud nacional.

“Quiero felicitar a todo el equipo de académicos, profesionales y alumnos que hay detrás, por el esfuerzo que han hecho. Están trabajando muchas horas diarias, comprenden la urgencia y tienen la sensibilidad con el país y sus necesidades. (…) Es muy satisfactorio ver que nuestras universidades pueden enfrentar estos desafíos. Me siento muy orgulloso de ver a nuestros académicos y a nuestros estudiantes de las universidades abocándose a dar este tipo de soluciones”, expresó Terrazas tras su visita.

Una producción público-privada: escalar a utilidad cero

Alejandro Jofré, prorrector de la Universidad de Chile, también colabora en el proyecto, coordinando las iniciativas público-privadas para asociarse a emprendedores y empresarios que estén dispuestos a producir el prototipo y escalarlo a utilidad cero. “Eso es muy importante porque el espíritu de la Universidad y de cada uno de nuestros investigadores y estudiantes es que se produzca al mínimo costo, lo más eficiente y con una relación público-privada lo más armoniosa posible”, indicó.

“La Universidad no busca ningún beneficio monetario en este proyecto y estamos solicitando lo mismo al mundo privado que lo va a producir en escala, y hemos tenido muy buena acogida. Ya estamos trabajando con un grupo de privados y apenas pasemos el punto crítico, desde el punto de vista de cumplir con las certificaciones y las capacidades del ventilador, habrá que entrar en una etapa de acelerar su producción y, en este sentido, necesitamos flexibilidad en la escala de producción”, concluyó la autoridad.

El proyecto cuenta también con la participación de profesionales de la salud de la Facultad de Medicina y del Hospital Clínico Universidad de Chile, a través de kinesiólogos y médicos, que están colaborando desde el inicio para ajustar el funcionamiento del ventilador a los parámetros de salud requeridos.

Chileno lidera investigación sobre impactos de la pandemia en la salud mental de los profesionales de la salud

Desde diciembre de 2019, el mundo se enfrenta a la pandemia de COVID-19 y junto con los efectos en la salud física de las personas, también hay riesgos en la salud mental que derivan de la infección, del miedo sostenido a ésta y de los cambios que hemos tenido que hacer en nuestras vidas. Y de esta misma forma, así como la incidencia de COVID-19 ha sido mayor entre las trabajadoras y los trabajadores de la salud en los países donde se ha estudiado, también este grupo está sometido a mayores niveles de estrés, esperándose un impacto más negativo en su salud mental.

En el contexto de este brote pandémico, el Dr. Rubén Alvarado académico del Programa de Salud Mental de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, lidera una red internacional para conocer los impactos de la pandemia en la salud mental de los trabadores de la salud. 

“Ellos deben ser considerados como un grupo especial ya que están teniendo una mayor carga laboral; hay grandes cambios en el funcionamiento de sus lugares de trabajo y en sus tareas habituales. A veces deben tomar decisiones difíciles como es la priorización de tratamientos. También tienen una exposición mayor al contagio, por ende viene la preocupación por transmitir la infección a los miembros de su familia. Pero al mismo tiempo, su compromiso y vocación los hace estar trabajando y cumpliendo sus labores de atención en sus comunidades”, explicó el profesional.

Esta mirada ha llevado a algunos países a que a estos trabajadores se les ha llamado “héroes” y en el Día Mundial de la Salud, se rindieron diversos homenajes para ellos, por eso es importante para el académico explicar el origen del nombre de esta red. “Nosotros hemos querido bautizar al primer estudio que estamos haciendo como ‘The COVID-19 HEROES Study’, cuyo acrónimo proviene de las palabras en inglés HEalth caRe wOrkErS (HEROES), como una manera de sumarnos a este homenaje”, explicó el especialista.

Como detalló el doctor Alvarado, todo comenzó hace sólo dos semanas atrás, “cuando planteé esta idea al equipo de jóvenes investigadores que trabajan conmigo en diferentes proyectos (Sara Schilling, Eric Tapia y Franco Mascayano). Nos pareció una buena idea y decidimos avanzar rápido e invitar a otros académicos de nuestra Escuela de Salud Pública (Gonzalo Soto y Jorge Ramírez), así como con otros profesionales, investigadores y ex estudiantes que están viviendo en otros países latinoamericanos , con quienes ya teníamos trabajos colaborativos en Argentina, Perú, Ecuador y México”.

Con esta red ya en curso, prosiguió el líder de la iniciativa, “fuimos sumando colegas de otras universidades chilenas con quienes también tenemos iniciativas de colaboración, como Jaime Sapaj de la Universidad Católica, María Soledad Burrone y María Teresa Solís, ambas de la Universidad de O’Higgins. Y al mismo tiempo, hemos sumado algunos profesionales que trabajan en centros de salud, así como otra colega que se encuentra haciendo su postgrado en China”.

Tal como detalló el profesor Alvarado, la Red se fue expandiendo ya que “en paralelo, Franco Mascayano, egresado de nuestro Magister de Salud pública y candidato a PhD en el programa de Epidemiología Psiquiátrica de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Columbia (New York, USA), comenzó a contactar otros estudiantes de diferentes países de este programa. De esa forma nos extendimos a España, Italia y Holanda, Colombia, Guatemala y Puerto Rico. A su vez, a través de ellos llegamos a otros países de África y Asia. El Profesor Ezra Susser, un gran amigo e investigador, quien encabeza este programa doctoral en la Universidad de Columbia, ha sido un colaborador fundamental para tejer esta red, y sus estudiantes han trabajado en estos días con una fuerza inagotable”.

Trabajo colaborativo en 20 países y cuatro continente

El trabajo liderado por el experto en salud mental, logró que en menos de dos semanas esta red se extendiera a 20 países y cuatro continentes. “En el camino nos fuimos encontrando con otras iniciativas que tenían alguna relación con la nuestra, en España, Colombia y en USA, así que hemos coordinado esfuerzos con ellos para compartir al menos una parte de las encuestas que estamos haciendo”, indicó.

Los objetivos en los cuales se están trabajando ya están claros, y así los detalla el académico. “Nuestro trabajo busca medir el impacto en la salud mental de las trabajadoras y los trabajadores que están atendiendo en diferentes centros de salud (hospitales, CESFAM y otros), en el corto, mediano y largo plazo, a través de un seguimiento a lo largo de un año. También vamos a evaluar las condiciones en que están haciendo su trabajo, el nivel de preparación que han tenido, el apoyo que están recibiendo y otras dimensiones que pueden explicar la afectación de su salud mental. Y al mismo tiempo, permitirá entregar información que les pueda ayudar a su protección”.

Pero no solo eso. Como agregó, el equipo está a pocos días de iniciar el estudio en varios países, lo cual “ha sido una tarea titánica”. Esto porque para lograr este objetivo, indicó “es importante destacar el espíritu de colaboración y de vocación de todos los que están en esta red. No contamos con ningún tipo de financiamiento hasta la fecha y todo ha sido hecho bajo el deseo de colaborar para llegar a tener mejores acciones de protección a la salud mental de nuestros trabajadores. Si su salud mental está bien, su inmunidad también. Y algo muy importante: su moral de trabajo y compromiso también lo estarán. Por eso, la importancia de esto no es solo en el individuo, sino que va mucho más allá”.

Según explicó el académico de la Escuela de Salud Pública, “la red está comenzado a trabajar en hacer una buena revisión de las acciones que sirven y que están probadas científicamente. También estamos recogiendo iniciativas innovadoras que se han implementado en los países que van más adelante en el brote epidémico (como España e Italia), y conociendo la experiencia concreta de ellos”. Todo esto, con el objetivo de generar recomendaciones para ser implementadas en Chile y en los otros países de la red.

“Hay muchas guías y recomendaciones que circulan en páginas web y en redes sociales, pero sabemos que no siempre se usan o se aplican. Como dice un viejo dicho de la sabiduría popular ‘entre el dicho y el hecho, hay mucho trecho’. Quienes trabajamos en lo que se llama la Ciencia de la Implementación, sabemos que muchas de las iniciativas que se proponen no llegan a implementarse en forma completa, y más aún cuando los cambios a los que esta pandemia nos está sometiendo han transcurrido muy rápido. Es aquí, basado en la realidad de los hechos, donde nosotros queremos aportar para proteger y cuidar la salud mental de nuestras trabajadoras y trabajadores”.