Una nueva investigación ha desvelado una impactante consecuencia de las políticas educativas implementadas durante el régimen militar de Augusto Pinochet en Chile: la reducción de las oportunidades de educación superior condujo a un aumento significativo en la tasa de mortalidad de una generación completa.
El estudio, titulado “Educación superior y mortalidad: legados de una transformación universitaria autoritaria”, liderado por Pablo Muñoz del Instituto Milenio MIPP, revela que las medidas autoritarias que limitaron el acceso a la educación superior tras el golpe de Estado de 1973 tuvieron un efecto directo en la esperanza de vida de los chilenos.
Al analizar datos censales y de mortalidad, los investigadores encontraron que las generaciones que alcanzaron la edad universitaria durante la dictadura experimentaron una tasa de mortalidad anual significativamente mayor en comparación con aquellas que no se vieron afectadas por las restricciones. Este aumento en la mortalidad se observó especialmente en hombres y se asoció a un mayor riesgo de muerte por cáncer y enfermedades del sistema circulatorio.
La educación superior no solo abre puertas a mejores oportunidades laborales, sino que también está vinculada a estilos de vida más saludables, un mayor acceso a información médica y una mejor comprensión de los sistemas de salud. Al limitar el acceso a la educación, el régimen de Pinochet privó a una generación de herramientas fundamentales para mejorar su calidad de vida.
Los resultados del estudio muestran que la reducción de las vacantes universitarias tuvo un impacto desproporcionado en los sectores más vulnerables de la población, exacerbando las desigualdades sociales existentes. Aquellos que no pudieron acceder a la educación superior experimentaron mayores dificultades para encontrar empleos bien remunerados y con buenas condiciones laborales, lo que a su vez se tradujo en un peor acceso a servicios de salud y una mayor exposición a factores de riesgo para la salud.
Este estudio pone de manifiesto las graves consecuencias a largo plazo de las políticas autoritarias en materia educativa. La reducción de las oportunidades de educación superior no solo limitó el desarrollo personal y profesional de una generación, sino que también tuvo un impacto duradero en su salud y bienestar.
Los hallazgos de esta investigación son una llamada de atención sobre la importancia de garantizar un acceso equitativo a la educación superior. Las decisiones políticas en materia educativa tienen consecuencias que trascienden las generaciones y pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de la población.