Medio Ambiente

Chile necesita mejorar su gobernanza hídrica para enfrentar crisis de escasez de agua

La Región de Coquimbo fue declarada zona de riesgo sanitario debido a la escasez hídrica, una grave situación causada por la sequía que ha afectado la zona durante más de una década. Esta tendencia, que también impacta otras áreas del país, se desprende de la “Actualización del Balance Hídrico Nacional” liderada por académicos de la Universidad de Chile. Los expertos advierten sobre la fuerte reducción de los recursos hídricos presentes y futuros en base a modelos de clima global.

Con motivo del Día Mundial del Agua, celebrado el 22 de marzo, especialistas de la Universidad de Chile han señalado que la situación hídrica es crítica y tiende a empeorar en el futuro. Por ello, enfatizan la necesidad de mejorar la gobernanza del agua para hacer frente a este escenario adverso.

María Christina Fragkou, académica de la Universidad de Chile y coordinadora del Programa Transdisciplinario en Medio Ambiente, resalta que los años húmedos no significan el fin de la crisis hídrica. Señala que los factores estructurales, como el modelo extractivista y la privatización de los recursos, han llevado al agotamiento de las fuentes de agua, exacerbando la crisis.

Pilar Barría, experta en gestión de recursos hídricos, añade que la falta de acumulación de agua en el suelo, los glaciares y los acuíferos agrava la situación. Además, aunque el año pasado hubo más precipitaciones, estas ocurrieron en periodos cortos y de alta intensidad, lo que no contribuye a la recuperación de los almacenamientos de agua.

Los problemas de escasez hídrica y sus soluciones varían según la región. En el norte, no hay reservas de agua, en la zona central falta ordenamiento territorial, y en el sur hay poca infraestructura para almacenar y distribuir. Sin embargo, en todos los casos, la gobernanza del agua emerge como un factor clave para abordar la crisis.

Barría destaca la importancia de fortalecer la gobernanza, incluyendo el marco normativo, la coordinación institucional y la gestión del agua. Además, enfatiza la necesidad de mejorar el abastecimiento de agua potable en áreas rurales.

Por su parte, Ximena Vargas, especialista en hidrología y cambio climático, concuerda con la necesidad de priorizar el uso humano del agua y gestionar adecuadamente los derechos de aprovechamiento del recurso. Añade que se deben diseñar obras de control y almacenamiento considerando el cambio climático y sus efectos en las precipitaciones y el deshielo.

Respecto a las desalinizadoras, las expertas sugieren que son útiles en casos específicos, pero no son una solución sostenible para todas las necesidades de agua. Los costos de transportar agua desde la costa a zonas interiores elevan los precios para la agricultura y la minería.

Eduardo Muñoz, investigador de la Universidad de Chile, señala que mitigar el déficit hídrico mediante el transporte de agua de una región a otra puede agotar recursos naturales y destruir ecosistemas. Propone planificar estratégicamente la gestión del agua con una visión a largo plazo.

Fragkou concluye que agotar todas las fuentes hídricas sin cuestionar el modelo económico y de gestión no traerá soluciones ni justicia para las comunidades afectadas por la falta de agua.

En resumen, los especialistas de la Universidad de Chile llaman a mejorar la gobernanza hídrica y adoptar un enfoque sostenible y equitativo en la gestión del agua para enfrentar la crisis de escasez hídrica en el país.

Investigadora transforma aceite desechado en bioplásticos

El desperdicio de aceite de cocina usado es un problema ambiental significativo en Chile, con graves consecuencias para nuestros ecosistemas acuáticos y, por ende, para la salud de nuestro planeta. Sin embargo, la doctora Francisca Werlinger, investigadora de postdoctorado en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, ha emprendido un proyecto innovador para convertir este desecho en una solución sostenible: bioplásticos.

El simple acto de desechar el aceite usado por el lavaplatos o verterlo en lugares inapropiados puede tener consecuencias devastadoras. Según advierte la Dra. Werlinger, incluso pequeñas cantidades de aceite pueden contaminar grandes volúmenes de agua, creando una barrera que impide el intercambio gaseoso vital para la vida marina. Esta contaminación afecta la biodiversidad y los procesos biológicos esenciales en los ecosistemas acuáticos.

Ante este desafío, el equipo de la Dra. Werlinger, junto con la profesora Oleksandra Trofymchuk, ha desarrollado un proceso para transformar el aceite usado en bioplásticos, específicamente biopoliuretano y biopoliéster. Este método implica la limpieza y filtración del aceite, seguido de la incorporación de dióxido de carbono (CO2) para producir compuestos carbonatados, que sirven como base para los bioplásticos. Este enfoque, publicado en revistas científicas de renombre, representa una solución innovadora para la gestión de residuos y la mitigación de la contaminación.

La colaboración con la cooperativa “Valdivia Sin Basura” ha sido fundamental para obtener el aceite de desecho necesario para la investigación. Este trabajo no solo ofrece una forma de reciclar un residuo común, sino que también contribuye a reducir las emisiones de CO2 al incorporar este gas en el proceso de fabricación de bioplásticos.

El equipo de investigación, compuesto por estudiantes y colaboradores nacionales e internacionales, ha logrado no solo convertir el aceite desechado en bioplásticos, sino también enriquecer la base científica y tecnológica para la producción sostenible de materiales plásticos. Este avance no solo tiene el potencial de reducir la contaminación ambiental, sino que también abre nuevas oportunidades para la economía circular y la innovación tecnológica en Chile.

La investigación de la Dra. Werlinger y su equipo demuestra el poder de la ciencia y la colaboración para abordar los desafíos ambientales más urgentes de nuestro tiempo. Su trabajo ofrece una esperanza tangible para un futuro más sostenible, donde los desechos se convierten en recursos y la innovación impulsa el cambio hacia un mundo más limpio y saludable.

Investigadores hallan seis ejemplares de la Ranita del Loa

En una reveladora expedición realizada el 19 de enero de 2024 al sector Las Vertientes, en Calama, un equipo de investigadores liderado por el profesor Marco Méndez, académico del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, ha logrado un descubrimiento significativo. Tras años de incertidumbre sobre la supervivencia de la Ranita del Loa (Telmatobius dankoi), una especie en peligro crítico de extinción, se han encontrado seis ejemplares y una larva en su hábitat natural.

El hallazgo marca un hito en la conservación de esta especie endémica del oasis en el Desierto de Atacama, que enfrenta numerosos desafíos debido a la intervención humana y a la sequedad extrema de su entorno. La presencia de agua en el área, aunque aún no ha alcanzado niveles originales, ha brindado un rayo de esperanza para la supervivencia de la población.

El profesor Méndez, especialista en anfibios, y su equipo están dedicados a la conservación de la Ranita del Loa. Trabajando en colaboración con el Centro de Biodiversidad y Conservación de Calama (CENByC), respaldado por Codelco, están implementando medidas para proteger y preservar esta especie única. El compromiso de la Universidad de Chile en este esfuerzo se refleja en proyectos como el Laboratorio Natural Desierto de Atacama (LANDATA), que busca comprender y mejorar la situación ambiental en la región.

El rescate y la conservación de la Ranita del Loa también involucran esfuerzos ex situ, como el mantenimiento de ejemplares en cautiverio para su reproducción. El Centro de Conservación y Diversidad en Calama, financiado por Codelco, se ha convertido en un refugio vital para estos animales, con miras a repoblar su hábitat natural en el futuro.

Sin embargo, a pesar de este emocionante hallazgo, persisten desafíos. La dificultad para localizar más individuos en Las Vertientes plantea interrogantes sobre la distribución exacta de la especie en la región. El crecimiento de la vegetación ha dificultado los esfuerzos de muestreo, lo que subraya la necesidad de una vigilancia continua y un manejo cuidadoso del entorno.

El descubrimiento de estos ejemplares refuerza la importancia de la conservación del ecosistema único del Desierto de Atacama y subraya la necesidad de esfuerzos coordinados entre instituciones académicas, organizaciones de conservación y entidades gubernamentales para proteger la biodiversidad única de esta región. La historia de la Ranita del Loa es un recordatorio de que, con dedicación y colaboración, es posible revertir el curso de la extinción y asegurar un futuro para las especies en peligro.

Publican estudio del agua para medir el pulso de las personas en torno a la crisis hídrica

La Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) dio a conocer el primer estudio del agua; encargado a Criteria, para entender el grado de conciencia que tienen las personas sobre la crisis hídrica, sus hábitos de consumo y cuidado del agua. Si bien se han realizado estudios respecto a la situación que se vive en el país, no había levantamiento de información respecto al conocimiento y percepciones que tiene la población sobre la temática.

El estudio “Radiografía Crisis Hídrica y Cuidado del Agua en Chile” se realizó a través de encuestas a personas mayores de 18 años, abordando múltiples temas ligados a la crisis hídrica. Consideró 1.249 casos ponderados por zona, sexo, edad y nivel socioeconómico.

“En Andess estamos conscientes de los desafíos que conlleva el cambio climático y sus consecuencias, que deben ser abordados por todas las esferas de la sociedad. En ese sentido, tomarle el pulso a cómo ven el tema del agua a nivel general, nos entrega información extremadamente valiosa para tomar decisiones, definir rumbos y ejecutar acciones. Lo que dice la ciudadanía es relevante para nosotros”, comentó Lorena Schmitt, presidenta de Andess.

Entre los principales hallazgos se encuentra que casi la unanimidad de los encuestados (95%) cree que pese a los récords de lluvia de este año se deben mantener las restricciones y cuidados del agua, en un contexto de sequía que afecta hace más de 14 años al país. A su vez, hay una sensación de riesgo que se mantiene, pese a los sistemas frontales de este año y los récords de lluvia. Es por ello que la mayoría (93%) coincide que se deben mantener las restricciones para el cuidado del agua.

Ahora bien, la mayoría de las personas (86%) declaran haber escuchado, visto o leído sobre crisis hídrica y consideran (85%) que es un tema relevante para ellos. No obstante, un 77% considera que no tienen nivel suficiente de conocimientos sobre la materia y que, en general, en Chile hay una baja conciencia (77%) respecto a este fenómeno.

“Es una buena noticia que el 95% de las personas considere que pese a los récords de lluvia de este año, sea necesario mantener las restricciones y cuidados del agua. Ello habla de una mayor consciencia respecto de este fenómeno. Si bien el estudio revela que la mayoría de las personas declara haber escuchado sobre la crisis hídrica y consideran que es un tema relevante, el problema es que señalan no tener suficiente conocimiento sobre el tema y ahí es clave lo que como industria y, en conjunto con las autoridades, podamos hacer para educar y sensibilizar a la población”. señaló Lorena Schmitt.

De acuerdo a los resultados, las personas consideran que hay mucho por hacer aún en materia de agua. De hecho, la gran mayoría está de acuerdo con intentar usar el agua de la manera más racional posible y no desperdiciar este recurso.

En el ámbito de las industrias, el estudio concluyó que las empresas de agua potable destacan como las que más aportarían tanto al cuidado del agua, como a la búsqueda de soluciones para la crisis hídrica. Sin embargo, aún hay mucho por hacer y el desafío es seguir avanzando en una cultura del cuidado del agua en la población.

A raíz de esto, Cristián Munita, gerente general de Criteria, señaló que “las personas son conscientes que el problema de la escasez hídrica es multidimensional y por tanto se requiere del esfuerzo conjunto de diversos actores para desarrollar una cultura en torno al cuidado del agua. En este sentido, las sanitarias aparecen como un actor clave en la coordinación de iniciativas y en visibilizar la problemática frente a la ciudadanía”.

Seguridad hídrica alcanzaría niveles críticos hacia mediados de siglo

“Seguridad hídrica en Chile: Caracterización y perspectivas de futuro” es el nombre del nuevo informe a las naciones desarrollado por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2”, estudio que fue presentado el pasado jueves 23 de noviembre en el Salón Gorbea de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. El documento muestra los niveles de seguridad hídrica durante el siglo XXI en un contexto de cambio climático, y entrega recomendaciones específicas para avanzar hacia la seguridad hídrica, considerando la realidad territorial en términos de uso, disponibilidad y gobernanza del agua.

De acuerdo al informe, Chile duplicó su uso de agua desde 1960. Camila Álvarez, investigadora del CR2 y coordinadora del informe, agrega que “en una perspectiva histórica de más largo plazo, las tendencias de las últimas seis décadas indican un incremento importante en los niveles de estrés hídrico en la zona central de Chile. Este incremento se asocia, en primer lugar, al aumento en el consumo de agua y, en menor medida, a la disminución en la disponibilidad hídrica superficial. Durante este periodo, los usos de agua consuntivos se han duplicado, impulsados principalmente por el desarrollo de las industrias agrícola y forestal”.

Respecto a la situación actual, en tanto, el trabajo indica que “la megasequía está directamente relacionada con los niveles de estrés de las cuencas de esta zona. Sin embargo, el aumento en los usos ha sido el factor preponderante del aumento en estrés en el largo plazo”. Esta megasequía, añade la ingeniera civil de la Universidad de Chile especialista en hidrología, es causada en parte por la variabilidad climática natural, pero se superpone a –y acentúa– “una tendencia observada durante varias décadas hacia un clima más seco en Chile central, que asociamos a una señal de cambio climático”.

Las cuencas de Elqui, Limarí, Petorca/La Ligua, Aconcagua, Maipo y Rapel, así como aquellas ubicadas en la zona costera de las regiones de Valparaíso y O’Higgins, son las que enfrentan una realidad más crítica hoy. “La mayoría de las cuencas entre las regiones de Coquimbo y del Maule han experimentado niveles altos a extremos de estrés hídrico durante la década de 2010-2020. Esta situación está directamente vinculada a la megasequía y a la menor disponibilidad hídrica particular de este período, pero se agrava sustantivamente debido a niveles elevados de uso de agua en estas regiones”, detalla Camila Álvarez.

Entre sus conclusiones, el informe advierte que “los usos de aguas superficiales y subterráneas se acercan o sobrepasan la disponibilidad hídrica en cuencas de Chile centro-norte. Esto genera impactos socioeconómicos y ecológicos, y plantea un dilema intergeneracional al encaminarnos hacia el agotamiento de las reservas (o día cero)”. De hecho, los altos índices de estrés hídrico en Chile central, donde la principal fuente de abastecimiento es agua fresca superficial, sugieren que un “día cero” -descrito como el momento en que ya no se puede satisfacer la demanda de agua por falta de disponibilidad- estaría cercano a ocurrir en la capital del país.

La investigadora del (CR)2 de la U. de Chile sostiene que el consumo de agua en los años de megasequía ha sido a costa de la explotación de fuentes subterráneas, lo que está causando un descenso sostenido de estas reservas y nos encamina hacia un agotamiento total de recursos hídricos o “día cero absoluto”. “Si consideramos los usos actuales de agua en la cuenca y una proporción de uso subterráneo con respecto al uso total entre 30 y 65%, el tiempo para agotar el acuífero sería de entre 50 y 200 años. Si bien estas son estimaciones gruesas, proporcionan un orden de magnitud de varias décadas a unos pocos siglos para alcanzar un día cero absoluto en la capital de Chile”, explica.

En este sentido, advierte que “en un escenario adverso de menor disponibilidad hídrica y de mayor uso del agua, es probable que la mayoría de las cuencas de la zona centro y norte del país experimenten de forma permanente niveles altos y extremos de estrés hídrico a mediados de este siglo”. Añade, además, que “hacia fines del siglo XXI se proyectan condiciones similares a aquellas de la megasequía, pero de forma permanente, con disminuciones de precipitación cercanas a un 30% y una menor capacidad de almacenamiento de nieve en los Andes. Este escenario supone una importante disminución en la disponibilidad hídrica superficial, particularmente durante el verano, cuando hay una mayor demanda de agua, lo que representa un riesgo para la industria agrícola y la seguridad alimentaria”.

Juan Pablo Boisier, investigador del (CR)2, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y también coordinador del informe, coincidió en que las proyecciones futuras de agua para Chile en un contexto de cambio climático son más bien negativas. “En general, el escenario es adverso, en el sentido de que nosotros ya sabemos que tenemos una señal de cambio climático que nos lleva a menor disponibilidad hídrica en la zona central de Chile”. Planteó también que “podríamos tener una condición parecida al de la megasequía, pero en un régimen permanente, no solo de años, sino que realmente ese va a ser nuestro clima, lo que conlleva mucho impacto para el estrés hídrico”.

Frente a estas proyecciones, los investigadores plantean la urgencia de tomar medidas que permitan mitigar, al menos en parte, el impacto a largo plazo de este fenómeno, ya que “el agotamiento parcial o total de los acuíferos representa un daño medioambiental extremo debido a los largos tiempos de recarga. Además, plantea un dilema de justicia intergeneracional ya que, de no revertir el uso no sostenible de estos recursos, una futura generación será la que enfrente los impactos de una perturbación mayor de los acuíferos”, plantea Camila Álvarez.

En esta línea, propone metas de seguridad hídrica en la política pública, a partir de un indicador objetivo de nivel máximo de estrés hídrico tolerable en las cuencas, el cual considere los impactos de sobrepasar dicho nivel en la sociedad y en los ecosistemas. “El objetivo de limitar el estrés hídrico, junto con metas enfocadas en otros aspectos de la seguridad hídrica (acceso, calidad, priorización de usos, etc.), deberían orientar de forma transversal los distintos instrumentos de política pública, así como los programas políticos y sectoriales”, propone la investigadora del (CR)2.

En el Código de Aguas, además, existen disposiciones que se contraponen con las metas de seguridad hídrica. El resguardo del caudal ecológico, en particular, no cumple con requisitos ambientales mínimos. “Si se otorgarán y ejercieran todos los derechos de aprovechamiento de aguas superficiales permitidos por ley, todas las cuencas de Chile tendrían indicadores de estrés hídrico superiores al 80%, lo que se asocia con un nivel extremo de estrés hídrico”. Asimismo, los derechos de agua superficial y subterránea se asignan como valores absolutos fijos en el tiempo, sin considerar cambios a largo plazo en la disponibilidad de agua ocasionados por el clima. Por otra parte, la declaración de zonas de escasez hídrica exime el resguardo de los caudales ecológicos y propicia la mantención de los usos de agua que existían en épocas de mayor disponibilidad, por lo que su aplicación sucesiva promueve condiciones estructurales de sobreuso y degradación de los ecosistemas.

El estudio observa también que existen dificultades en satisfacer las necesidades de las más de 2.2 millones de personas que habitan en localidades y territorios rurales. “De esta población, solo el 54 % cuenta con abastecimiento de agua potable provisto por una empresa sanitaria mediante una conexión domiciliaria. En tanto, el 46 % restante se abastece mediante una gestión comunitaria, como comités de Agua Potable Rural (APR) u otro tipo de organización, o a través de gestión individual de los hogares, extrayendo agua directamente de la fuente y que no pasa por un proceso de potabilización fiscalizado por el Estado”. De esta forma, complementa el documento, “el camión aljibe es una respuesta de emergencia para el abastecimiento de agua potable en zonas rurales que no representa una solución para garantizar la seguridad hídrica”.

Fiu: más que una mascota, un símbolo de la fauna chilena

El Tachuris rubrigastra, conocido como el pajarito siete colores, es la musa que da vida a la entrañable mascota de los Juegos Panamericanos 2023: Fiu. Este pequeño habitante de los humedales no solo deslumbra con su plumaje multicolor, sino que comparte su hogar acuático con otras aves, tejiendo una rica tapestry de vida en los ecosistemas donde habita. El nombre “Fiu” no es mero capricho, es un eco melódico que responde al canto característico del ave, un suave ¡Fiuuuu! que se convierte en sinónimo de la diversidad y la esencia natural que envuelven a estos juegos.

Fiu, el embajador alado, simboliza la armonía entre la biodiversidad y el espíritu deportivo, recordándonos la importancia de preservar y celebrar la riqueza natural que forma parte integral de estos encuentros panamericanos en tierras chilenas. Pablo Galdames Alarcón, investigador de la Unidad de Epidemiología Veterinaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile, detalla aspectos sobre su vida y la de sus amigos en los humedales.

“El siete colores es el ave con mayor diversidad de colores de las que habita en Chile”, dice el profesor. “Son aves paseriformes de la familia Tyrannidae. Es un ave pequeña que mide cerca de 11.5 cm y no pesan más de 8 gramos, y que, como su nombre lo indica, son aves muy coloridas, algo inusual en su familia. Los colores que destacan a simple vista son el amarillo de su pecho, su cabeza negra azulada con franjas amarillas, dorso verde, zona subcaudal de color rojo y ojos celestes. Estas características lo hacen inconfundible”, agrega el académico, quien es amante de las aves. 

Esta especie, que se puede ver ampliamente en el sur de Sudamérica, se alimenta de pequeños artrópodos mediante saltos cortos o afirmándose, incluso boca abajo, a los juncos o totora. Vuela bajo, principalmente para cambiarse de un sector a otro, es un ave muy curiosa. No efectúa grandes desplazamientos, manteniéndose durante todo el año en un área dependiendo de la disponibilidad de alimento. 

Los siete colores son aves que tienen preferencias por hábitats que estén estrechamente vinculados a cuerpos de agua, principalmente aguas tranquilas y poco profundas, como son los humedales, como lagunas, tranques, canales de regadío, desembocaduras de río, etc. Siempre que exista presencia de pajonales densos y extensos, como las Totoras, recurso clave para su existencia y en los cuales hacen sus nidos. En los humedales esta y otras aves se alimentan, nidifican y tienen refugio.

Los siete colores nidifican entre agosto y diciembre, colocan 2 a 3 huevos. Tienen un periodo de incubación promedio de 16 días. Los nidos los construye entre los juncos y totoras en los cuales construye una taza, muy conspicua, profunda y firme. Ambos padres incuban y participan activamente en el cuidado y alimentación de los polluelos. 

El siete colores es un regulador de ecosistemas. Como se indicó, se alimentan de pequeños artrópodos, como mosquitos, arañas y otros insectos, contribuyendo a mantener controladas sus poblaciones y la de otros animales que participan en esa cadena trófica.

Sin duda, es un ave hermosa, tanto en su representación como Fiu como en la vida real. No era un ave muy conocida por las personas y su elección como mascota de estos juegos ha permitido visibilizar su existencia. Es un ave muy representativa de los humedales, y espero que aporte en la conservación de estos, los cuales han sido constantemente amenazados por la expansión urbana y la depredación de las inmobiliarias, y -en paralelo- la extracción de agua, desvío de canales, sumado a la sequía y contaminación. Fiu, de alguna forma, ha permitido concientizar sobre estas y otras amenazas que ponen en peligro a los humedales del país, ecosistemas frágiles. Debemos garantizar el cuidado del hogar del verdadero Fiu y de muchas otras aves y animales.

Otra ave representativa de su hábitat es otro passeriforme, llamado Trabajador (Phleocryptes melanops). En general, comparten la misma distribución en el país y algunos comportamientos, como el cuidado parental y tipo de alimentación. Es un ave que vocaliza mucho con vocalizaciones que recuerdan un motor eléctrico o una faena con muchos trabajadores, es un ave que desempeña un trabajo meticuloso en la construcción de su nido, razones que podrían explicar su nombre común. 

Otras aves con las que comparte hábitat son las garzas como Huairavo, Huairavillo, Garza grande y chica, además varias especies de patos, golondrinas y gaviotas, entre otras. Las aves en los humedales cumplen varios roles. Son cruciales en el equilibrio ecológico, participando en la polinización de plantas, controlando plagas y manteniendo la biodiversidad. Son indicadores de la salud del ecosistema. Su presencia o ausencia puede ser un reflejo de la calidad del agua y la biodiversidad del ecosistema. 

Todas comparten con Fiu, lamentablemente, las mismas amenazas, como el drenado y contaminación de los humedales en los que viven. Este hábitat debe ser preservado. 

Presentan argumentos para creación de primera área marina protegida en alta mar

Hace unos días, en la 78ª Asamblea General de la ONU en Nueva York, más de 80 países firmaron el Acuerdo de Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) o Tratado de Alta Mar, el que permitirá, entre otras cosas, la creación de áreas marinas protegidas en aguas internacionales.

La protección de las aguas internacionales es de vital importancia para la conservación de la biodiversidad marina, por ello el Gobierno de Chile en conjunto con la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar (CRHSC), impulsan una iniciativa tendiente a crear la primera área marina protegida de alta mar en el Océano Pacífico, labor en la que colabora el Centro de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas ESMOI, de la Universidad Católica del Norte (UCN), por lo cual participaron hace algunas semanas en la reunión del Comité Científico de la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur, en Panamá.

“Como parte de la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar y en conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, hemos trabajado por varios años en la fundamentación científica para la protección de las cordilleras submarinas de Nazca y Salas y Gómez, en lo que sería la primera Área Marina Protegida de Alta Mar”, explicó el Dr. Carlos F. Gaymer, académico del Departamento de Biología Marina de la UCN y director de ESMOI.

Para contar con esta primera área marina protegida, Chile y la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar esperan que, como primera medida, se prohíba la pesca en el sector de la futura área marina protegida, razón por la cual participaron en la reunión del Comité Científico de la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur, instancia que regula las actividades pesqueras en alta mar en el Pacífico Sur.

“El alta mar es un espacio de gran importancia, representa el 70% del océano, y es por eso que también debemos avanzar en mecanismos que nos permitan protegerlo y conservarlo, con una enfoque ecosistémico, en donde podamos asegurar su salud al largo plazo. El acuerdo de BBNJ será clave para avanzar en el establecimiento de áreas marinas protegidas en alta mar, pero no podemos esperar a que este acuerdo ya esté en vigor, tenemos que comenzar a trabajar ahora mismo en los marcos existentes y de esta forma asegurar una protección efectiva y de esta manera cumplir la meta de protección del 30% del océano para el año 2030”, indicó Salvador Vega, Jefe de Asuntos Oceánicos de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos del Ministerio de Relaciones Exteriores.     

En años anteriores el Ministerio de Relaciones Exteriores y ESMOI ya habían presentado estudios y propuestas a esta comisión, pero ahora se enfocaron en la importancia de contar con ecosistemas marinos en excelente estado para lidiar con los efectos del cambio climático. Además, ESMOI dio cuenta de los avances científicos que habían sido prometidos por Chile e informó sobre futuras expediciones en el área.

“Hablamos sobre la importancia de proteger estos ecosistemas porque son fuente de biodiversidad y también son áreas importantes de reproducción y crianza de recursos que esta misma organización está gestionando, como el jurel chileno”, explicó el Dr. Carlos F. Gaymer.

Para que el BBNJ entre en vigencia debe ser ratificado, y luego implementado, por ello se avanza en reuniones con las organizaciones que regulan las actividades en alta mar, de manera de establecer medidas que permitan mantener los ecosistemas en buen estado, hasta que se concrete la creación del área marina protegida.

Cabe recordar que en diciembre del 2022, en la Conferencia de las Partes de Biodiversidad -COP 15- del Convenio sobre Diversidad Biológica -CDB-, 195 países se comprometieron a proteger el 30% del total de los océanos y de la tierra para el año 2030 (objetivo 30/30). En este marco, la protección de la alta mar es fundamental para avanzar en esta ambiciosa meta.

Científico descubre por casualidad una nueva especie de pez

“El descubrimiento se dio en el 2019, a partir de un monitoreo del Dr. Konrad Górski (de la U. Austral de Chile) para estudiar otra especie nativa (el puye) en el río Bueno, a la altura de Osorno. Sin embargo, encontró otros pececitos. Luego de fotografiarlos y liberarlos, enviaron una foto al Dr. Carlos Muñoz de la UMCE, quien es experto en bagres, que son peces que tienen bigotes, en inglés catfish. Ahí se dio cuenta que estos peces no eran conocidos para esos ríos ya que solo se conocían desde Santiago a Valdivia (desde el Río Maipo al Río Valdivia). “Hasta ese momento solo pensábamos que estábamos extendiendo el rango de distribución de las especies ya conocidas”, señaló Muñoz. 
 
Los científicos atraparon tres especímenes, a los que les extrajeron una pequeña muestra de tejido, y luego los dejaron libres. Después de unos meses, al ver los resultados de los análisis de ADN quedaron sorprendidos. Se dieron cuenta que estos peces eran muy distintos genéticamente de los que se encuentran entre Santiago y Valdivia, eran definitivamente algo nuevo, nunca registrado, pero ya no tenían los especímenes, puesto que los habían liberado. Es ahí donde parte la odisea de tratar de atraparlos nuevamente, demorando más de dos años en encontrarlos.
 
“Como ya no teníamos los ejemplares, porque los liberamos, no podíamos concretar el descubrimiento, ya que para hacer una descripción formal y ponerle nombre a una especie, existen una serie de requisitos para llegar a demostrar que son efectivamente distintos y uno de ellos es tener los ejemplares depositados en un Museo. Tuvimos que volver a recolectarlos, pandemia de por medio, y sólo luego de dos años se pudieron atrapar cinco ejemplares nuevos y presentarlos como una especie nueva para la ciencia”, explica el científico de la UMCE, académico del Instituto de Entomología de la institución. 
 
Muñoz, agrega que “en esa cuenca se han hecho varios monitoreos en el pasado y nunca había salido esa especie anteriormente, son rarísimos y difíciles de pescar”. 
 
Esta nueva especie pertenece a un grupo único de bagres, conocidos también como peces gato por poseer bigotes, que son únicos en el mundo por ser los más primitivos de todos. “Existen más de tres mil especies de bagres en el mundo, y el grupo al que pertenece esta nueva especie, es tan antiguo que tiene registros fósiles de la época de los dinosaurios. Es de alto valor científico por ser la familia más primitiva de los peces gatos en el mundo, y solo quedan ocho especies, de las cuales seis habitan nuestro país”, aclara el científico de la UMCE.
 
“La nombramos en honor a la Dra. Evelyn Habit, ictióloga de la Universidad de Concepción que ha hecho contribuciones importantes al conocimiento de los peces de Chile”.
 
Además, la investigación descubrió que otra especie en realidad eran dos. En la cuenca del Biobío y el Imperial era conocida la especie Diplomystes nahuelbutaensis. Sin embargo, se descubrió que la del Biobío es tan distinta que amerita que se clasifique como otra especie nueva para la ciencia y se le coloque un nuevo nombre. “A la especie del Biobío le dimos el nombre de Diplomystes arratiae en honor a la Dra. Gloria Arratia, una ictióloga chilena de renombre mundial”. 
 
Finalmente, Muñoz señala que si bien siempre se están descubriendo nuevas especies, “en Chile no es tan común, sobretodo en peces de agua dulce, así que este hallazgo es algo muy significativo, es un grupo de interés científico mundial, por eso lo importante del hallazgo. Esto permite conocer mejor la diversidad de peces de agua dulce que tenemos y con ello contribuir a su conservación ya que todas estas especies se encuentran en peligro de extinción”.
 
Recientemente salió el estudio publicado en la revista internacional Molecular Phylogenetics and Evolution, en el que trabajaron, a parte del Dr. Muñoz (UMCE), otros investigadores chilenos como el Dr. Konrad Gorski (UACH), la Dra. Nicole Colin (UACH), el Dr. Cristian Canales (ULAGOS), Ruby Lopez (UACH) y Aliro Manosalva (UDEC), y el investigador norteamericano Dr. Jeet Sukumaran (San Diego State University).

Realizan el primer Inventario de Biodiversidad del Campus Guayacán, Coquimbo

En la comunidad de la Universidad Católica del Norte se formó el grupo de voluntarios y voluntarias que durante el mes de septiembre y octubre realizarán avistamientos y registros fotográficos, con el fin de levantar un catastro de las especies del campus.

Para Roberto Moreno Gutiérrez, jefe del Departamento de Servicios y Obras, “este trabajo es muy importante porque por primera vez se realizará este inventario que permitirá conocer qué especies habitan en el campus y de qué forma debemos protegerlas, además este estudio será presentado en el Reporte de Sostenibilidad 2023 de la institución”.

Por su parte, Kathalina Silva Caquisani, encargada de UCN + Sustentable, señaló que el proyecto se extenderá por tres semanas, donde trabajarán con un grupo de 15 voluntarios y voluntarias, quienes se dividirán para recorrer las cinco zonas del campus que fueron delimitadas para hacer más eficiente la búsqueda y cubrir toda la extensión del Campus.

Toda esta información se va subir a iNaturalist que es una plataforma que fomenta la observación de la naturaleza, así como el registro y divulgación de la biodiversidad y permite conocer más acerca de la distribución y ciclos de vida de las especies que habitan en el país.

Así lo explicó Bastián Riveros Flores, estudiante de Biología Marina UCN e integrante del grupo de observación Simbiontes, quienes crearon el proyecto Campus Guayacán dentro de iNaturalist para poder circunscribir lo identificado y poder tener un registro más completo. “Nosotros como estudiantes amantes de la biodiversidad valoramos mucho esta iniciativa UCN,  que se suma al trabajo que iniciamos hace algunos años y que nos permitirá conservar estas especies, y tener un mejor manejo de la biodiversidad del campus”.

 

Chile avanza a paso firme en la estrategia de electromovilidad

En el marco de la celebración del Día Mundial del Vehículo Eléctrico, que busca concientizar a las nuevas generaciones sobre la importancia del uso de medios de transporte más sustentables con el medio ambiente, tanto el Ministerio de Energía, como el Transportes y Telecomunicaciones y empresas privadas como astara Chile, dan cuenta de algunas de las iniciativas que ya están en curso para masificar el uso de la movilidad eléctrica en el corto y mediano plazo.

Chile tiene como meta ser carbono neutral a 2050 y la Estrategia Nacional de Electromovilidad establece que para 2035 el 100% de la venta de vehículos nuevos livianos y medianos sean cero emisiones, llegando así a 2050 a que el 40% del total de parque automotriz particular sea cero emisiones. 

En el lanzamiento de la Hoja de Ruta de la Electromovilidad, el Gobierno anunció que se estudiará la elaboración de un proyecto de ley que permita tener una penetración más acelerada de la movilidad eléctrica en nuestro país. El último informe entregado en julio por la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), muestra que la venta de vehículos eléctricos creció un 40% en el primer semestre de 2023, en comparación a igual periodo del año anterior. Asimismo, mientras que en 2020 la cantidad que circulaban era sólo 1.791 unidades, a junio de este año la cifra alcanza los 6.812, es decir, más de 120% anual en tres años.

El crecimiento acelerado en la venta de vehículos eléctricos se debe, en gran medida, a la llegada de nuevas marcas y modelos que permiten cubrir las diferentes necesidades de movilidad, junto a precios cada vez más convenientes y competitivos. “A través de la amplia variedad de marcas que representa astara en el país buscamos incrementar la oferta de modelos para dar respuesta a las diferentes necesidades de las personas, y que van desde el hatchback eléctrico más económico del mercado, SUVs, sedán, pick up y comerciales”, asegura Juan Luis Larroulet, jefe de electromovilidad. 

Para que la electromovilidad se convierta en el estándar de los próximos años, la formación de capital humano es crucial. Y para abordar este desafío, el Gobierno estableció dos grandes objetivos: capacitar al menos 250 técnicos al año en materias de electromovilidad, mantención de vehículos eléctricos e instalación de infraestructura de carga; y contar con al menos tres nuevos perfiles de egreso de aquí a 2026.

En esta línea, astara Chile en conjunto con la Fundación Chile Dual y el Ministerio de Educación, hace ya 12 años que detectaron esta necesidad y desarrollaron el programa “Fortalecimiento de la estrategia de Alternancia en los Liceos Técnico Profesionales del País”, que tiene como objetivo vincular a liceos de manera activa con empresas e instituciones de educación superior, a través de la actualización de los conocimientos de profesores, respecto a los cambios que vive la industria automotriz en el marco de la electromovilidad.