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Politóloga señala que respuesta de presidente Piñera es insuficiente tras reportaje de Pandora Papers

Una nueva arista de los “Pandora Papers” se dio a conocer por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en donde el nombre del presidente Sebastián Piñera salió a la palestra. En el reportaje, se reveló que las familias Piñera y Délano cerraron un acuerdo de compraventa de Dominga en las Islas Vírgenes Británicas.

Conocidas por ser un paraíso fiscal, este hecho generó un verdadero remezón político, con algunos parlamentarios pensando en una acusación constitucional y con el mandatario saliendo a dar explicaciones. “La decisión de vender minera Dominga no me fue consultada ni informada”, se defendió Piñera.

Para Pamela Figueroa, politóloga y académica de la Usach, esto “resulta muy dañino para la situación que vive la sociedad mundial en estos tiempos”. En ese sentido, apuntó su carácter de “gravedad” tanto para el gobierno chileno y el rol del presidente Piñera, como a nivel de impacto en todo el mundo.

Respecto a la defensa de Piñera, fue clara. “Me parece una respuesta que fue inadecuada para la gravedad del problema, creo que se esperaba que por lo menos dijera que el proyecto Dominga se congelara mientras se desarrollaba la investigación. Fue insuficiente”.

Consultada sobre una posible acusación constitucional, Figueroa sostuvo “que hay que estudiar bien el detalle, porque sería por conflicto de intereses, más que por hacer solamente transacciones a un paraíso fiscal”. “Es algo que deben investigar bien los parlamentarios”, cerró.

Investigación revela las similitudes y diferencias de las respuestas estatales a la violencia de género en pandemia en el país y Argentina

Tras el inicio de la pandemia de COVID-19 y la rápida expansión de la enfermedad a escala global, los diferentes Estados tomaron una serie de medidas para contenerla, entre ellas, algunas  que restringieron la movilidad de las personas y cierre de fronteras y de escuelas.Pero no solo la movilidad fue un aspecto trastocado. También se evidenciaron consecuencias que afectaron de manera diferenciada a grupos más vulnerables dentro de la población general, profundizando las desigualdades pre-existentes, ante lo cual los Estados adoptaron una serie de medidas con el objetivo de enfrentarlas y disminuirlas.

Con el objetivo de conocer los efectos de estas medidas en las realidades de Chile y Argentina, particularmente las referidas a la violencia de género,  un equipo liderado por la profesora de la U. de Chile, Tatiana Rein, y  de la Universidad de San Martín, Fernanda Page, analizó ambos casos, llegando a la conclusión de que, aunque ambos países realizaron importantes esfuerzos para responder a esta situación extraordinaria, fueron insuficientes y adolecieron de una serie de limitaciones que les impidieron ser exitosas.

Al respecto, el proyecto “Medidas estatales para prevenir la violencia contra las mujeres en tiempos de Covid-19”,financiado por ANID y el Instituto de Estudios Internacionales de la U. de Chile, se basa en un análisis de contenido y estadístico de 1360 artículos de prensa y 45 entrevistas semi estructuradas con funcionarias de organismos de los Estados involucrados y de referentes de la sociedad civil. Entre sus resultados, el estudio identificó una serie de diferencias entre ambos país. 

La primera contempla la definición de violencia: El trabajo identifica que, si bien Argentina cuenta con una ley integral que abarca de manera amplia diversos tipos y modalidades de violencia, Chile tiene sólo una ley de violencia intrafamiliar, que regula un tipo específico, dejando restringida la acción del Estado. En el contexto de la pandemia, aunque las medidas adoptadas por ambos Estados se supone que abarcan la violencia en todas sus dimensiones, el énfasis estuvo en la violencia intrafamiliar, desatendiendo o no considerando otras situaciones como violencia sexual, obstétrica, económica, callejera o digital.

Otra diferencia es el peso de la sociedad civil. La presión de las organizaciones sociales fue clave en el proceso de definición de las medidas que el Estado implementó en Argentina, pero en Chile no se las incorporó hasta muy avanzada la situación, y con las medidas ya definidas, teniendo más peso la experiencia de otros países. 

Uno de los hechos que llamó la atención es que durante la pandemia aumentó el número de llamadas de auxilio, pero disminuyeron las denuncias, lo que de acuerdo a la profesora del Instituto de Estudios Internacionales de la U. de Chile, Tatiana Rein, se puede deber a factores como la confinación de las mujeres con sus agresores debido a las restricciones sanitarias, al desconocimiento de las medidas que les permitían salir de sus casas si eran víctimas de violencia o de los mecanismos de denuncia virtual, y al “impacto económico que tuvo la pandemia en la población, que afectó en forma desproporcionada a las mujeres. Esto tiene una implicancia en que si las mujeres no tienen sustento económico ni redes a las que recurrir, probablemente se mantengan con su agresor, ya que no encuentran una salida a su situación”.

La profesora Rein destacó que tanto Chile como Argentina adoptaron numerosas medidas para contener la violencia, con especial énfasis en la entrega de información como  la línea 144 en Argentina y la 1455 en Chile; la adopción de canales silenciosos, como chat, o el Barbijo rojo en Argentina y la mascarilla 19 en Chile. Sin embargo, si bien estas medidas son importantes “no dan una respuesta integral a la violencia: no apoyan a las mujeres con las denuncias, con la necesidad de salir del hogar, con apoyo sicológico, entre otros, y por supuesto no contribuyen a la prevención de la violencia”.

“Las medidas implementadas debieran haber sido diseñadas y especialmente implementadas considerando la diversidad que existe dentro de la categoría mujeres, es decir, mujeres indígenas, migrantes, adultas mayores, de sectores socioeconómicos desventajados, niñas, mujeres lesbianas o trans, entre otras, a fin de dar respuesta adecuada a sus situaciones específicas. Las medidas también debieron ser implementadas considerando la diversidad territorial y asegurar que pudieran llegar de forma adecuada a todas las localidades”, sigue la académica de la U. de Chile. 

Para el estudio, las medidas fueron analizadas desde las categorías de disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad. En cuanto al  primero, señalan que partiendo de la base de que ya había elementos restringidos por la definición estrecha de violencia, en el caso argentino las líneas telefónicas no dieron abasto y en algunas provincias se debió incorporar líneas adicionales.

En ambos países la investigación determinó que la capacidad de los/as funcionarios/as en ámbitos como el judicial, de salud o policial está poco desarrollada por lo que la atención de víctimas no es óptima.

Respecto a la accesibilidad, ni en Chile ni en Argentina las medidas llegaron a toda la población. En el caso de Argentina, el tamaño del territorio y el carácter federal del Estado provocaron dificultades requiriéndose además una mayor coordinación para que fueran efectivas, cosa que no sucedió. A nivel local, a pesar de que las medidas se toman de manera centralizada, la necesaria coordinación interinstitucional fue deficiente en ámbitos como el judicial, el funcionamiento de las casas de la mujer o de las policías.

Otro factor que afectó es que las medidas no contemplaron a la mujer en toda su diversidad, por lo que quienes contaban con algún tipo de discapacidad no necesariamente lograron informarse de las medidas, las mujeres de estratos socioeconómicos más bajos tenían mayores dificultades para acceder a internet o a recursos para sobrevivir en caso de agresión. Tampoco se consideró a la población LGBTIQ+ o a las mujeres migrantes o indígenas.

Sobre aceptabilidad, si bien las medidas se enfocaron en la violencia intrafamiliar, que aumentó considerablemente en el contexto de la pandemia, no hubo respuesta a otros problemas, como la entrega de servicios relacionados a salud reproductiva o ciber violencia. No hubo reforzamiento en la prevención, la atención integral y a dar respuesta a otras formas de violencia. No se incorporó formas de evaluación que den cuenta de la situación de violencia ni de la calidad de la respuesta estatal adoptada.

Finalmente, respecto a la adaptabilidad, no se consideró una adaptación de las medidas a las particularidades de cada territorio, como zonas rurales o remotas, ni tampoco a grupos culturales como migrantes o pueblos indígenas. Tampoco estuvieron presentes grupos especiales de mujeres con situaciones especiales de vulnerabilidad: niñas, adolescentes, adultas mayores, con alguna discapacidad, etc.

Las integrantes del proyecto propusieron una serie de recomendaciones de manera de superar las limitaciones identificadas. Entre estas se encuentra planificar e implementar políticas contra la violencia hacia las mujeres que abarquen todas las formas de violencia y que incorporen de forma importante la prevención.

Se suma garantizar el alcance nacional de las políticas por violencias en razón de género, tomando en consideración las consideraciones territoriales particulares y las necesidades específicas de los grupos poblacionales.

Apuntaron también a  implementar formación específica y orientada a operadores judiciales, personal policial y personas que atienden a mujeres y niñas víctimas de violencia. Además, relevaron la necesidad de adoptar medidas para eliminar los sesgos que limitan el acceso de las mujeres a la justicia.

Adoptar medidas que contribuyan a acortar la brecha digital, disminuyendo la desigualdad en el acceso a internet y las tecnologías de la información y la comunicación; fortalecer y elaborar políticas de corresponsabilidad de cuidado para favorecer el acceso y permanencia de las mujeres en el mundo del trabajo; establecer encuestas permanentes sobre todos los tipos de violencia de género, que incorporen una perspectiva interseccional; y elaborar mecanismos de evaluación constante de las políticas públicas y medidas implementadas, también fueron parte de las propuestas.

UNESCO redobla esfuerzos en pro de la conservación de la biodiversidad con la designación del 20 nuevas reservas

El Programa de la UNESCO sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) aprobó hoy la incorporación de 20 nuevos sitios de 21 países a la Red Mundial de Reservas de Biosfera. Con estas designaciones el número total de reservas de biosfera en el mundo asciende ahora a un total de 727 (22 de ellas transfronterizas), repartidas por 131 países. Las reservas de biosfera de la UNESCO cubren ahora más del 5% de la superficie terrestre, y en ellas, la conservación de la biodiversidad, la educación ambiental, la investigación y el desarrollo sostenible van de la mano.

En su reunión celebrada en Abuja (Nigeria) entre el 13 y el 17 de septiembre, primera celebrada en el continente africano, el Consejo Internacional de Coordinación del programa MAB aprobó esas designaciones y procedió también a ampliar o volver a zonificar dos reservas ya existentes. Este programa está cumpliendo 50 años de vida en 2021.

Este año, entre las nuevas reservas designadas para formar parte de la Red Mundial figuran las de Matšeng, Ashaafean y Juzur Farasan, ubicadas respectivamente en Lesoto, Libia y Arabia Saudita. Con esas designaciones estos tres países se incorporan por primera vez a la Red. En Europa, la Reserva de Biosfera de Mura-Drava-Danubio se convierte en el primer sitio de la Red gestionado conjuntamente por cinco países: Austria, Croacia, Eslovenia Hungría y Serbia.

Las reservas de biosfera son un elemento esencial para la educación, la investigación y la concienciación para fomentar prácticas innovadoras en materia de desarrollo sostenible y contrarrestar la pérdida de biodiversidad. La red que forman apoya a las comunidades locales e indígenas y a los Estados Miembros en la tarea de conocer mejor, valorar y salvaguardar la riqueza biológica del medio ambiente en que viven.

Las nuevas reservas de biosfera son designadas cada año por el Consejo Internacional de Coordinación del MAB, un órgano ejecutivo rotatorio integrado por representantes elegidos de 34 Estados Miembros de la UNESCO. El MAB, creado en 1971, es un programa científico intergubernamental precursor desde hace medio siglo de la idea del desarrollo sostenible.

Las nuevas reservas son:

Reserva de Biosfera Plurinacional de Mura-Drava-Danubio (Austria, Croacia, Eslovenia, Hungría y Serbia)

Reserva de Biosfera de Atl’ka7tsme/Howe Sound (Canadá)

Reserva de Biosfera de Martinica (Francia)

Reserva de Biosfera del Sur del Mosela (Francia)

Reserva de Biosfera de Kolsai Kolderi (Kazajstán)

Reserva de Biosfera de Matšeng (Lesotho)

Reserva de Biosfera de Ashaafean (Libia)

Reserva de Biosfera de Penang Hill (Malasia)

Reserva de Biosfera Transfronteriza de la Depresión del Lago Uvs (Mongolia y Federación de Rusia)

Reserva de Biosfera del Archipiélago de las Wando (República de Corea)

Reserva de Biosfera Avireri-Vraem (Perú)

Reserva de Biosfera de Kuznetski Alatau (Federación de Rusia)

Reserva de Biosfera del Gran Bogdo (Federación de Rusia)

Reserva de Biosfera de Juzur Farasan (Arabia Saudita)

Reserva de Biosfera Ribeira Sacra e Serras Do Oribio e Courel (España)

Reserva de Biosfera de Doi Chiang Dao (Tailandia)

Reserva Estatal de Biosfera del Bajo Amudarya (Uzbekistán)

Reserva de Biosfera de Nui Chua (Viet-Nam)

Reserva de Biosfera de Kon ha Nung (Viet-Nam)

Extensión, recalificación o cambio de nombre de las reservas de biosfera existentes:

-Reserva de Biosfera del Apenino Tosco-Emiliano (Italia)

-Reserva de Biosfera Lauca (Chile)

BiblioQuinoa: La primera biblioteca y videoteca digital de pueblos originarios de América

La plataforma online BiblioQuinoa, nació con el objetivo de ser una vitrina para las obras entorno a los pueblos originarios de América, ofreciendo acceso organizado, sin limitaciones geográficas y de distribución actuales y a un precio mucho menor al de los libros físicos. En este catálogo, las personas pueden acceder a contenidos sobre antropología, política, ensayo, literatura infantil y juvenil y documental, entre otros, además de transmisiones en vivo de eventos, actividades, charlas y congresos sobre la materia. 

“BiblioQuinoa busca nutrir; al igual que el importante alimento presente desde los orígenes del poblamiento americano; de conocimiento, memoria, historia y sabidurías ancestrales de las naciones indígenas”, explica Rocío Barros, directora de BiblioQuinoa. En esta línea, agrega que en esta biblioteca y videoteca virtual, “las personas podrán encontrar títulos escritos por autores de cualquier nacionalidad sobre algún tema referente a los pueblos originarios o autores indígenas que se expresan sobre los más diversos tópicos”. 

A este espacio cultural, que posee cientos de libros y videos de las mejores editoriales de Chile y Latinoamérica, se puede ingresar mediante una cuenta gratuita, para ver sin costo los streamings y una lista de libros y videos seleccionados que cambian mes a mes, o bien por una membresía pagada (US$10 aproximadamente) para acceder a todo el contenido de la plataforma, con descuentos por pago de seis meses o por un año. 

Asimismo, las instituciones pueden contratar un plan especialmente diseñado para ellas, con accesos sin necesidad de internet, diseño personalizado con logos de la organización e integración en biblioteca con usuarios y servidores de la institución. 

Estudio busca convertir a Chile en el primer país de América con viñedos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO

Catalogada como la principal industria emblemática de la nación y la principal exportación industrial, Chile exporta más de dos mil millones de dólares en vino, lo que convierte a nuestro territorio en la cuarta potencia del mundo como exportadora. Solo superada por las tres superpotencias de Francia, España e Italia, pero por sobre países como Estados Unidos, Australia, Argentina, Nueva Zelanda o Sudáfrica, Chile tendría el potencial, sin embargo, no el desarrollo de identidad de la industria.

Así enmarca la situación de nuestro país el historiador y académico del Instituto de Estudios Avanzados Usach, Dr. Pablo Lacoste, quien apuntó que, ante este problema, el vino chileno tendría un precio de venta “muy bajito”, siendo percibido en el mercado como un vino sin mucho valor simbólico o patrimonial, un área importante para tener “mayor rentabilidad para los viticultores, para la gente del campo, toda la industria y la cadena de valor que podría fortalecerse gracias al desarrollo de esta dimensión”.

Es ante esto es que surgió el estudio sobre las viñas patrimoniales en Chile, recientemente publicado en la revista científica italiana “Opificio della Storia”, que buscaría revertir esta situación y poner valor a la dimensión patrimonial de los viñedos de nuestro país.

“Hasta ahora, Chile no ha podido desarrollar la dimensión simbólica, cultural y patrimonial de sus vinos. Este ha sido el lado débil que ha sufrido la industria vitivinícola chilena. A diferencia de lo que ocurre con los países del llamado “nuevo mundo vitivinícola”, donde la tradición vitivinícola es muy reciente como en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Argentina, en Chile es muy antigua. En estos 500 años de tradición que tiene, todavía no lo ha podido poner en valor y realizar desde el punto de vista patrimonial y simbólico”, sostuvo el académico y autor del libro “La vid y el vino en el Cono Sur de América”.

El estudio, en el que también formó parte el fundador del Diplomado en Vino Chileno de la PUC y director de la Escuela de Agronomía de la Universidad Mayor, Philippo Pszczolkowski, y el creador del 4 de septiembre como Día Nacional del vino chileno, Gonzalo Rojas, detectó 15 mil hectáreas, al interior sur del Río Mataquito hasta el Bío Bío que mantuvieron los métodos tradicionales de cultivo de comienzos de la colonia española con desarrollo de métodos propios de sistema de riegos y de vinos con uva tradicional del país que lograron mantenerse vivas “a pesar del discurso de la industria que recomendaba arrancar las cepas tradicionales y plantar la cepa francesa”.

“Los campesinos fueron fieles a su identidad, a su legado cultural, y mantuvieron estas viñas, y estas son las viñas que tienen ahora un enorme valor patrimonial. Desde ahí surge esta idea, se ha ido reflexionando de la importancia del patrimonio vitivinícola. Para ayudar a que se instale el tema en la agenda para tratar de crear conciencia y lograr el apoyo de la cancillería y la presidencia de la República para hacer la postulación formal ante la UNESCO de estos viñedos como Patrimonio de la Humanidad”, apuntó el Dr. Pablo Lacoste, también director de la Revista Iberoamericana de Viticultura, Agroindustria y Ruralidad (RIVAR).

Con el objetivo de lograr el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, el historiador indicó que este paso lograría subir de categoría a la industria, incorporarse a un mapa mundial en una corriente internacional de turismo que va a conocer los viñedos patrimoniales lo que podría ser rentable para las regiones del Maule, Ñuble y del Bío Bío y un impacto social y económico relevante para el país. “Si logramos que estos viñedos campesinos se conviertan en Patrimonio de la Humanidad, vamos a tener múltiples beneficios sociales y económicos porque esas zonas son de fácil acceso, y los campesinos podrán poner en marcha un montón de pymes turísticas para recibir a esos turistas. Además, vamos a frenar el avance de la frontera forestal, que es la que está avanzando en esos territorios, que arrancan viñas patrimoniales de 500 años para plantar eucaliptos y pinos porque resultan más rentables”, concluyó Lacoste.

Naciones Unidas y sus socios piden 187,3 millones de dólares para ayudar a Haití a recuperarse del terremoto

Las Naciones Unidas y sus socios han hecho hoy un llamado para conseguir 187,3 millones de dólares que se necesitan urgentemente para proporcionar ayuda vital a más de 800.000 personas afectadas por el devastador terremoto de Haití, incluyendo refugio, agua y saneamiento, atención sanitaria de emergencia, alimentos, protección y recuperación temprana. Un terremoto de 7,2 grados de magnitud sacudió Haití el 14 de agosto causando daños a gran escala en la península del sur del país. Más de 2.200 personas perdieron la vida y más de 12.000 resultaron heridas.

Le siguió la tormenta tropical Grace, que provocó inundaciones en las zonas afectadas por el terremoto. La situación también ha aumentado el riesgo de otra oleada de COVID-19, ya que la vacunación contra esta enfermedad no había comenzado en Haití hasta mediados de julio. El llamado de emergencia se destinará a 500.000 de las personas más vulnerables de las 650.000 identificadas como necesitadas de asistencia. Inmediatamente después de la catástrofe, bajo el liderazgo del Gobierno, los socios humanitarios locales e internacionales lanzaron rápidamente una operación de ayuda masiva. Los equipos de búsqueda y rescate y los equipos médicos están trabajando para encontrar supervivientes y proporcionar atención médica urgente en zonas de difícil acceso. Los socios han comenzado a suministrar agua potable y alimentos a las víctimas del terremoto.

El Primer Ministro de Haití, Ariel Henry, subrayó: “Necesitamos que los esfuerzos de recuperación y reconstrucción comiencen en serio y simultáneamente con la respuesta humanitaria”. El Coordinador Residente y de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Bruno Lemarquis, declaró: “Haití y su pueblo necesitan hoy más que nunca la solidaridad del mundo al tener que hacer frente a múltiples crisis al mismo tiempo. Agradecemos a los países que han respondido tan rápida y generosamente con personal y ayuda humanitaria y esperamos que continúen haciéndolo.

En el contexto de esta respuesta, avanzando hacia la recuperación, y teniendo en cuenta las lecciones aprendidas del devastador terremoto de 2010, será absolutamente esencial apoyar y respaldar el liderazgo nacional y los esfuerzos de coordinación, apoyar las capacidades nacionales y locales, los sistemas, los actores económicos, y aprovechar los conocimientos y la experiencia de Haití para una respuesta contextualizada.”

“Las Naciones Unidas y sus socios están trabajando junto con el Gobierno de Haití para atender las necesidades urgentes de los haitianos afectados por el terremoto y la depresión tropical Grace”, dijo el Coordinador Adjunto de Ayuda de Emergencia de la ONU, Ramesh Rajasingham. “Para ello, necesitamos financiación inmediata”. Y continuó: “Necesitamos un acceso seguro y sin obstáculos a todas las personas necesitadas. Todas las partes, incluidos los grupos armados, deben garantizar que las organizaciones humanitarias y los suministros de ayuda tengan un acceso sostenido y seguro a las zonas afectadas.” 

El aumento de la violencia relacionada con las bandas desde junio ha provocado el desplazamiento de unas 19.000 personas en zonas cercanas a la capital, Puerto Príncipe, lo que ha dificultado el acceso a la península suroccidental afectada por el terremoto.

El llamado refleja tanto la magnitud de las necesidades como los importantes retos logísticos relacionados con la prestación de una respuesta humanitaria eficaz a gran escala en zonas de difícil acceso. Los socios proporcionarán servicios básicos de emergencia, como alojamiento, agua y saneamiento, salud, alimentos, educación y servicios de protección a 500.000 personas. El Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de la ONU ha puesto a disposición 8 millones de dólares para poner en marcha las actividades humanitarias sobre el terreno.

Expertas advierten que políticas migratorias restrictivas pueden aumentar los ingresos ilegales

El Servicio Nacional de Migraciones y la PDI dieron a conocer las cifras oficiales de extranjeros que han entrado y salido del país hasta julio de 2021. “Por primera vez en muchísimos años tenemos un flujo negativo”, explicó el director del Servicio, Álvaro Bellolio. “La señal que había en Chile, de esta migración descontrolada, donde los migrantes entraban como turistas y buscaban suerte y que estaba muy validada, se desmitificó”, consideró.

Para Adriana Palomera, académica del Centro de Estudios Migratorios (CEM) de la Universidad de Santiago, la disminución en el flujo se relacionaría con el foco restrictivo con que el Gobierno ha abordado el tema migratorio. De acuerdo a las cifras, hasta julio del 2021, ingresaron a Chile 401.798 extranjeros y salieron 415.932. Es decir, hubo 14.134 personas que no volvieron más al país. En 2019, se habrían quedado 314.815 migrantes en el país.

Sin embargo, Palomera advierte que una de las consecuencias de esto puede ser el aumento de ingresos ilegales al país. “El tráfico o de la trata de personas va a ir creciendo a medida que hay mayores restricciones”, afirmó. De acuerdo a la experta en migraciones y académica del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Usach, Daisy Margarit, cifras del Servicio Jesuita Migrante, a través de Transparencia, indican que a junio de 2021 se han registrado 20.876 personas que ingresaron por pasos no habilitados. 

“Nunca en la historia habíamos tenido un ingreso tan elevado de personas que han ingresado a través de pasos no habilitados, con las consecuencias que hemos visto. Personas han muerto en las fronteras por hipotermia o han sido dejadas en la carretera, por las redes de trata y tráfico de personas. Hay una realidad que no podemos obviar. Si nos quedamos solo con las cifras oficiales, no estamos comprendiendo el fenómeno migratorio”, apuntó.

Finalmente, Palomera, criticó lo restrictivo de la normativa. “Si la gente no ingresa y no va a regularizarse por miedo a que lo expulsen, porque hay una ley restrictiva y que castiga, eso refleja los problemas de las legislaciones de este tipo”, concluyó.

Experto apunta a vacunación de niños como una de las claves ante el aumento de variante Delta en la población infantil en Estados Unidos

Luego de un aumento importante de cifras en niños y niñas internados por Coronavirus en Estados Unidos, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades emitió una alerta ante la preocupación por la variante Delta. Con un promedio de 217 ingresos diarios desde el 31 de julio al 6 de agosto, la cifra casi igualó al promedio de internados en los peores momentos de la pandemia.

Para el pediatra y académico del Departamento Clínico Usach, Dr. Javier Bravo, el impacto de la variante Delta en niños, que también se ha replicado en Inglaterra, marca cierta diferencia con lo que tenemos en Chile. Con una política menos restrictiva en cuanto al uso de mascarillas, un retorno a la vida cotidiana mucho más holgado y menor protección, el país del norte se encontraría mucho más susceptible a una situación como la que están viviendo.

“Las características que ha tenido la variante Delta, primero que todo de la transmisión, o sea las posibilidades de contagio que tiene respecto al Covid normal es el doble. Haciendo una comparación, digamos que el Covid ya tiene el doble y un poquito más de la facilidad de contagio de una influenza, y este Covid Delta tiene el doble del doble de la influenza. Entonces realmente se vio que los números empezaron a avanzar rápidamente”, apuntó.

Con una sintomatología “un poquito diferente” a la del Covid habitual en donde la variante Delta “es muy similar a lo que es un resfrío común con coriza que es este moquito transparente, dolor de cabeza, garganta y luego tos y fiebre”, el también director de la Sociedad Chilena de Emergencia Pediátrica y médico de la UCI pediátrica de la Clínica Dávila señaló que es una preocupación para el mundo pediátrico ante su rápida propagación, donde justamente una gran cantidad de población infantil aún no está vacunada.

“Se vuelven un público susceptible y por eso da la sensación del aumento de los casos infantiles. No es que sea una variante que se encargue de los niños, sino que los niños, hoy por hoy al no estar vacunados el público con mayor riesgo resulta ser que los números de infección en los niños aumentaron”, indicó.

Finalmente, el académico del Departamento Clínico de Usach enfatizó en el escenario de mayor movimiento en las urgencias pediátricas, y donde el desconfinamiento también ha hecho que los niños se vean más expuestos a virus invernales. Haciendo un llamado a “ser adultos responsables” y ayudar a los niños ante un invierno que está siendo un poco mixto con ambas infecciones respiratorias: el Virus Respiratorio Sincicial (VRS) y el Covid-19.

“El tema es que actualmente nos pilla a los equipos de salud pediátricos en un escenario donde no estamos completos, muchos equipos están con labores mixtas y realmente, en esta situación, llega a ser bastante estremecedor que se empiece a presentar un invierno como era en prepandemia. Realmente la actualidad del mundo pediátrico, hacerse frente a un Covid y a un alza de casos por VRS que se acerque a lo que veíamos previamente a los años prepandemia, es una situación súper compleja y va a traer consecuencias importantes”, concluyó Bravo.

Analista considera improbable una intervención de occidente en Afganistán en el corto plazo

Luego de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, este domingo los talibanes volvieron a tomar la capital de Kabul luego de casi dos décadas de conflicto con Estados Unidos. Con la huida del presidente afgano y cientos de personas colapsando el aeropuerto para salir del país, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a las partes afganas a la moderación y protección de civiles.

El analista internacional y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago, Fernando Estenssoro, explicó que el conflicto con los talibanes se arrastra desde hace varias décadas. El grupo fundamentalista, que fue ayudado en plena Guerra Fría por Estados Unidos, para hacer que el partido comunista afgano se retirara en 1989, se instaló en el poder en 1996 con un gobierno teocrático y radical.

“En 2001 vienen los atentados a las Torres Gemelas en Estados Unidos, adjudicados por Al Qaeda. El Gobierno de Bush los utiliza para justificar la invasión a Afganistán e Irak, pero este último no tenía nada que ver”, señaló. El analista sostuvo que fue esto último lo que impulsa a EE.UU. a quedarse 20 años e instalar regímenes de corte occidental. El académico afirma que, en 2020, bajo el gobierno de Donald Trump, llega la negociación con los talibanes y es la administración de Biden la que decide retirarse.

“Se dan cuenta de que no los podían derrotar, que han gastado una cantidad enorme de miles de millones de dólares y han muerto casi 300 mil personas entre afganos, talibanes, civiles y soldados occidentales. Todavía no se ha terminado de ir Estados Unidos, porque se pensaba que el ejército iba a resistir como tres o cuatro meses para luchar contra el avance talibán. Se fue el Presidente, los talibanes ya llegaron y todavía quedan estadounidenses que no hallan como salir ahora”, sostuvo.

A su juicio, actualmente, el país se encuentra “totalmente fraccionado, empobrecido y en una situación muy compleja, y los soldados con altos niveles de corrupción”. Para Estenssoro, la situación en Afganistán está peor o igual que cuando llegó Estados Unidos hace 20 años, con gente intentando huir por “la cantidad impresionante de gente que mataron los talibanes cuando estuvieron en el poder”. A su juicio, es poco probable que occidente intervenga en el corto plazo.

“Hay declaraciones de las Naciones Unidas. Pueden intentar algunos bloqueos, pero ¿qué van a bloquear, si el tráfico de opio es clandestino? Afganistán es un país que está muy empobrecido, entonces nadie de occidente ni de Naciones Unidas va a querer meterse”, consideró.

Finalmente, advirtió que existe gran preocupación de parte de países vecinos ante la posible desestabilización de la población musulmana.

Científicos y científicas analizan estrategias frente a las graves consecuencias del cambio climático

El doctor Carlos Gaymer García Director del Núcleo Milenio Ecología y Manejo Sostenible de Islas Oceánicas (ESMOI); la Doctora Práxedes Muñoz Parra,  Oceanógrafa y Secretaria de Investigación, Extensión y Asistencia Técnica de la Facultad de Ciencias del Mar; el Doctor en Ciencias en Ecología, Julio Vásquez Castro; y Laura Ramajo, Doctora en Cambio Global e integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), todos (as) académicos y académicas de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte; indican que el fenómeno ya está instalado, por lo que se deben realizar acciones para disminuir sus consecuencias, afirman expertos.

Hace ya años se comenzó a registrar el notorio aumento de la temperatura media global, fenómeno que en la década de los 80 se llamaba efecto invernadero. Fue en el año 1988 que se reconoció la teoría del efecto invernadero y se creó el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), por el Programa medioambiental de la ONU y la Organización Mundial Meteorológica, instancia que hace unos días entregó un lapidario informe de la situación actual.

Tras analizar más 14.000 artículos científicos, IPCC dio un contundente informe sobre el cambio que sufriría el planeta en los próximos años, ya que las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían pasar un límite clave de la temperatura global en poco más de una década, además se podría registrar una subida del nivel del mar cercana a los 2 metros, a finales de este siglo. De acuerdo al informe, la temperatura media mundial fue 1,09 °C más alta entre 2011-2020 que entre 1850-1900 y la tasa reciente de aumento del nivel del mar casi se ha triplicado en comparación con 1901-1971. 

La sequía es lo más visible del cambio climático y las temperaturas extremas lo que más se siente. Pero ¿qué pasa a nivel de los océanos?, ante esta pregunta el Director de ESMOI, y científico asociado al CEAZA, Doctor Carlos Gaymer, dijo que junto al aumento de la temperatura hay una mayor frecuencia e intensidad de grandes fenómenos tipo marejadas, que ocurren en el océano y afectan la costa, lo que significa que hay zonas donde el mar le ha ganado terreno al continente. Esto implica que  hay destrucción de infraestructura y cada vez menos días hábiles para trabajar en la costa, ya sea en pesca o actividad portuaria. 

Gaymer mostró su preocupación sobre la aceleración de los cambios que se están registrando, pues son modificaciones de las condiciones que permiten que se desarrolle la biodiversidad y los recursos pesqueros. “Se deben generar planes para lograr la mejor adaptación a estas situaciones, pues el cambio climático ya existe y no se puede evitar, pero esto no significa que no se pueda hacer menos brusco y revertir el problema a mediano y largo plazo”

Sostiene que la principal forma para reducir el impacto del cambio climático en los océanos, es la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMPs), que son grandes  captadoras de CO2 atmosférico, protegen la costa, a sus comunidades de las tormentas, y a las especies que migran por el cambio climático, son los mejores “amortiguadores” frente a la amenaza del cambio climático. Por eso, recalcó el científico,  en el centro-norte de Chile es fundamental avanzar en la creación del Área Marina Protegida “Archipiélago de Humboldt”, zona reconocida a nivel mundial y que hace 17 años se trata de proteger, con una aprobación unánime del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.

Al respecto, la Oceanógrafa de la UCN Coquimbo y Secretaria de Investigación, Extensión y Asistencia Técnica de la Facultad de Ciencias del Mar, Doctora Práxedes Muñoz Parra, destacó que todo lo que sucede en la atmósfera está íntimamente ligado con los océanos, y terminado el siglo se podría llegar a aumentar a 3 grados la temperatura promedio, lo que implica también cambios en los océanos, pues el aumento del CO2 también los afecta, lo que en las últimas décadas ha generado una disminución en el pH del agua, de manera que es más ácida, esto también tiene implicancias en la circulación global, afectando la oxigenación de las aguas de fondo, que hace que el fondo marino tenga menos oxígeno, afectando a los organismos marinos. 

Práxedes Muñoz señaló que también se verá una intensificación y extensión del periodo temporal de las marejadas. Respecto a cómo hacer frente a esta situación, la Oceanógrafa agregó “debemos pensar cual es nuestro rol como país en este tema, somos un país pequeño, pero somos grandes consumidores. Es hora de que nos eduquemos en estas temáticas, que entendamos cual es nuestro rol como ciudadanos y qué podemos hacer para reducir las emisiones”. La solución, dijo, es reducir en parte el consumo y utilizar energías limpias, se puede aportar a reducir las emisiones con acciones como disminuir el consumo de diversos productos, evitar producir productos que sean de corta vida y  que las empresas indiquen cuál es su huella de carbono de sus productos para poder decidir responsablemente como consumidores.

En esta línea, y luego que el planeta se declara en “sobregiro ecológico” el Doctor en Ciencias en Ecología, y Académico del Departamento de Biología Marina de la Facultad Ciencias del Mar de la UCN, Julio Vásquez Castro, resaltó que somos un país que vive de la explotación y exportación de los recursos naturales, por lo que una mejor estrategia es aumentar su valor agregado y consecuentemente disminuir las emisiones de contaminación. Agregó que “debemos generar políticas públicas que nos permitan a nivel país, disminuir las emisiones, mejorar nuestros ecosistema a nivel global, por lo que como país estamos expectante en cómo incorporamos estas políticas públicas en la nueva constitución, el cuidado de nuestros recursos naturales y cómo los usaremos en el futuro, cómo cambiamos nuestra matriz energética y hacemos más interconexiones con energías renovables. Además, y central en toda la decisión a nivel país, es fundamental generar estrategias para incorporar a los niveles más básicos de la educación la conciencia ambiental, y también la igualdad de oportunidades que permita entender la importancia de la conservación de nuestros ecosistemas marinos y terrestres”.

El informe del IPCC fue claro, ahora continúan con su labor en materia de impacto, vulnerabilidad y adaptación sobre el cambio climático, trabajo que finalizará en septiembre. Este reporte se utilizará para generar el resumen técnico para los tomadores de decisiones en la materia, documento que se discutirá el próximo año, y debería estar aprobado en marzo del 2022, por parte de los representantes de Naciones Unidas, informó Laura Ramajo, Doctora en Cambio Global, profesora asistente de la UCN Coquimbo,  investigadora en el Grupo Mar del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) e integrante de los autores líderes del IPCC que trabajan sobre el impacto, vulnerabilidad y adaptación en  América Central y del Sur.

Laura Ramajo, explicó que estudian los impactos observados y proyectados en la atmosfera, océanos y tierra, y los riesgos de los impactos en los ecosistemas naturales, sociales y humanos, como en materia de salud y pobreza, por lo que se entregará un reporte de evaluación sobre las potenciales estrategias para adaptarse a los cambios e impactos y un análisis de lo que funciona o lo que no funciona, entre otras materias.