A veces, antes de un salto monumental, hay que volver al origen. Eso es exactamente lo que harán Macha y El Bloque Depresivo este diciembre, cuando se presenten en dos conciertos íntimos en el Teatro Municipal de Valparaíso los días 17 y 18. Serán noches cargadas de simbolismo en una ciudad que no solo forma parte de su geografía emocional, sino también de la estética bohemia y melancólica que ha acompañado al grupo desde sus primeras tocatas porteñas.
El anuncio se da en la antesala de su desafío más grande hasta ahora: el primer concierto de El Bloque Depresivo en el Estadio Nacional, este sábado 20 de diciembre. Se trata de un hito que no solo confirma la vigencia del proyecto, sino también su expansión desde las peñas, los bares y los teatros pequeños hasta uno de los escenarios más relevantes del país. Un viaje que, en su propia lógica, requiere detenerse en Valparaíso, respirar su humedad salada y reencontrarse con el público que ha llorado, amado y sanado con su música.
A este conjunto de novedades se suma otro anuncio que viene alimentando la conversación en redes: el lanzamiento de “Turista”, el nuevo single interpretado por Bad Bunny, estrenado el viernes 28 de noviembre. El tema llega como una pieza inesperada dentro del universo emocional del Bloque Depresivo, ampliando los cruces musicales y reafirmando la estética híbrida que caracteriza al proyecto. “Turista” entra al repertorio como una extensión del imaginario de pena, memoria y cariño latinoamericano que la banda ha cultivado durante años.
El retorno a Valparaíso no es un gesto nostálgico, sino una declaración estética. En el Teatro Municipal, la banda prepara dos jornadas que serán más cercanas, más sudorosas, más humanas. Un espacio donde la voz de Macha se entrelaza con la vulnerabilidad de un público que se reconoce en canciones como Continentales, Isla de errores, Mar de mares y De quererte así. El repertorio mezclará composiciones originales y versiones que han cruzado fronteras, resonando en públicos de distintos países que encuentran en su sonido una mezcla única de bolero desgarrado, vals latinoamericano y una sensibilidad profundamente popular.
Tres días más tarde, el Estadio Nacional recibirá un concierto que promete transformarse en rito colectivo. Será la primera vez que El Bloque Depresivo tome posesión del coloso de Ñuñoa, en una noche que se proyecta como un homenaje a la pérdida y al amor, pero también a la memoria musical del continente. Un show agendado para las 20:00 horas que no apunta a la épica vacía, sino a la emoción desnuda: a ese sentimiento que hace que miles de personas canten con los ojos cerrados mientras la voz de Macha se quiebra a propósito, por necesidad.
La trilogía de fechas —dos noches íntimas en Valparaíso y un estadio lleno en Santiago— marca un punto de inflexión en la historia del Bloque Depresivo. No es solo un capítulo más, sino la confirmación de un fenómeno cultural que ha sabido crecer desde la penumbra del puerto hasta la inmensidad de un recinto que guarda la memoria emocional del país.