El corazón cordillerano de la Región Metropolitana guarda una amenaza latente. Un estudio reciente de los geólogos Felipe Ugalde y Sergio Sepúlveda, de la Universidad de Chile, alerta sobre la alta susceptibilidad de remociones en masa de origen glaciar en al menos cuatro glaciares del Cajón del Maipo: El Morado, Loma Larga, Muñiri y Mesoncito. Esta investigación, publicada en Journal of South American Earth Sciences, no busca alarmar, sino anticipar. En palabras de Ugalde, se trata de una evaluación preventiva destinada a orientar decisiones en torno al resguardo de comunidades y ecosistemas vulnerables.
A diferencia de la bien documentada inestabilidad glaciar en la Patagonia, este estudio se centra en los Andes centrales, donde la cercanía con núcleos habitados como Baños Morales y Lo Valdés eleva la urgencia. Lo que está en juego no es menor: un colapso glaciar puede liberar millones de metros cúbicos de hielo que, al movilizarse súbitamente, desatan aluviones similares a los que devastaron zonas alpinas en Suiza hace apenas unos días.
El análisis técnico se basa en cinco tipos de amenazas geológicas: desde vaciamientos súbitos de lagos glaciares (GLOF) hasta deslizamientos catastróficos de hielo o avances anómalos de glaciares. De los 70 cuerpos de hielo evaluados, más de una decena mostró alta susceptibilidad en al menos dos categorías. Los cuatro glaciares destacados preocupan por su proximidad a poblados, su exposición al turismo y su inestabilidad concreta.
El glaciar El Morado, por ejemplo, perdió una cascada de hielo clave para su equilibrio estructural. Este hecho incrementa el riesgo de rebalse de la laguna que se encuentra justo debajo. En Loma Larga, el atractivo turístico de su cueva de hielo convive con una amenaza inminente: el avance del glaciar podría bloquear el cauce de agua, formando una represa natural con potencial destructivo. El glaciar Muñiri sorprendió a los científicos con el vaciamiento total de una laguna en solo tres días, lo que evidencia una dinámica violenta y difícil de predecir. Y en Mesoncito, la acumulación de cuerpos de agua sobre el hielo podría detonar vaciamientos súbitos hacia el valle, dada la fuerte pendiente de mil metros.
La investigación no habla de riesgos inminentes, pero sí urge a actuar ahora. En un contexto de acelerado cambio climático, la estabilidad de estas masas de hielo se ve comprometida. Lo que antes se desplazaba en siglos, hoy puede hacerlo en días. Los glaciares, que alguna vez fueron símbolos de quietud, se están volviendo impredecibles.
La lección de Suiza deja claro que la anticipación salva vidas. En Chile, el Cajón del Maipo es un laboratorio natural de glaciología aplicada, pero también un espacio donde ciencia, planificación y comunidad deben dialogar antes de que el hielo decida moverse.