Salud y bienestar

La detección oportuna del cáncer de mama aún enfrenta barreras invisibles

Octubre tiñe el mundo de rosa y recuerda la urgencia de hablar sobre el cáncer de mama, una enfermedad que sigue siendo la principal causa de muerte oncológica en mujeres chilenas. Aunque la medicina ha avanzado en diagnóstico y tratamiento, las brechas de acceso, el miedo y la desinformación siguen levantando muros entre las mujeres y una detección a tiempo. Lo más alarmante es que más del 85% de los casos en Chile aparecen en mujeres sin antecedentes familiares, lo que deja claro que la prevención no puede depender solo del azar genético o de un mes simbólico.

Detectar a tiempo marca la diferencia entre vivir y no hacerlo. La matrona Estefanía de la Peña, del Centro de Salud Usach, subraya que cuando el cáncer se identifica en etapas iniciales, la sobrevida supera el 90%. Pero si se llega tarde, las probabilidades se desploman. “La detección precoz permite diagnosticar el cáncer de mama en etapas iniciales, con tratamientos más efectivos y menos invasivos, reduciendo la mortalidad y mejorando la calidad de vida al evitar cirugías radicales y terapias agresivas”, comentó la especialista a Diario Usach. Su mensaje es directo: no se trata solo de salvar vidas, sino de evitar sufrimientos innecesarios.

En Chile, el sistema GES garantiza una mamografía gratuita cada tres años para mujeres entre 50 y 69 años. Sin embargo, muchos expertos recomiendan comenzar antes. “Se sugiere comenzar desde los 40 años con controles mamográficos anuales, sobre todo si existen factores de riesgo como antecedentes familiares de cáncer de mama. Una técnica para no olvidar la toma de mamografía anual es asociarla al día de tu cumpleaños y ‘regalarte una mamografía’”, agrega de la Peña. La idea es simple, pero potente: transformar la prevención en un hábito personal, en un gesto de autocuidado y amor propio.

La Fundación Arturo López Pérez (FALP) ha demostrado que el acceso puede cambiarlo todo. Sus clínicas móviles han recorrido el país llevando mamógrafos a zonas rurales y comunas donde no hay infraestructura médica suficiente. “Desde su inicio, el programa ha realizado más de 420.000 mamografías, y solo en 2024 hicimos alrededor de 50.000. Eso representa cerca del 10% de todas las mamografías realizadas en el país ese año”, explicó el Dr. José Miguel Bernucci, director de Prevención y Detección Precoz del Cáncer de FALP. De esas 50.000 pruebas, 350 mujeres fueron derivadas por resultados alterados, lo que significa que sin este programa, probablemente muchas de ellas no habrían sido diagnosticadas a tiempo.

Pero el problema de fondo sigue siendo estructural. La cobertura nacional de mamografías apenas alcanza el 40% en el grupo objetivo, muy por debajo del mínimo del 70% recomendado por la OMS. “El problema no es solo de tiempo o dinero. Muchas mujeres ni siquiera saben que deben hacerse la mamografía”, advierte Bernucci. El desafío, dice, no está solo en los hospitales, sino en la conciencia colectiva: aumentar el presupuesto, mejorar la comunicación y acercar los servicios al entorno laboral o familiar podría marcar un punto de inflexión.

En los últimos años, el país ha avanzado en políticas públicas. La Ley Nacional del Cáncer, promulgada en 2020, busca equidad en el acceso y financia investigación. Desde 2023, las trabajadoras mayores de 40 años pueden tomarse medio día laboral para realizarse una mamografía, y ya no se necesita orden médica para mujeres de 50 a 59 años. Además, desde 2025, se incorporó un tratamiento gratuito para el cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos. Sin embargo, los expertos coinciden en que sin educación y voluntad política, las leyes pierden fuerza.

Desde FALP proyectan que si la cobertura de mamografías aumentara, la mortalidad podría reducirse hasta en un 30%. Eso requiere más que recursos: requiere conciencia. Alimentación equilibrada, actividad física, reducción del consumo de alcohol y tabaco son también parte de la ecuación. Porque la prevención empieza mucho antes de un diagnóstico. Octubre puede ser el mes de la visibilización, pero la lucha debe ser permanente. Nueve de cada diez mujeres podrían sobrevivir al cáncer de mama si se detecta a tiempo. Esa estadística debería bastar para entender que la detección oportuna no es solo una recomendación médica: es un derecho que aún necesita ser garantizado.

Expertos desmienten vínculo entre paracetamol y autismo en embarazadas

Las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump advirtiendo sobre los supuestos riesgos del paracetamol durante el embarazo y su vinculación con el autismo encendieron la polémica en redes y medios globales. Según Trump, las mujeres deberían limitar el uso de Tylenol a menos que fuese estrictamente necesario, asegurando que su consumo podría “estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo”. Sin embargo, especialistas y organismos científicos han salido rápidamente a desmentir estas afirmaciones, calificándolas de infundadas y peligrosas.

Leonel Rojo, toxicólogo y académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago, sostuvo que “los estudios epidemiológicos ni los basados en meta análisis permiten concluir la existencia de una relación entre el autismo y el paracetamol”. El especialista enfatizó que este medicamento “tiene buenas propiedades analgésicas, antipiréticas y es muy seguro”, y que las declaraciones de Trump deben tomarse “con bastante calma”. Rojo aclaró además que las investigaciones que han intentado vincular el analgésico con autismo consideraron dosis extremadamente altas, muy alejadas del consumo habitual en mujeres embarazadas.

En la misma línea, Pablo Salinas, neurólogo de la Clínica Universidad de Chile Quilín, destacó que “la evidencia científica ha desmentido categóricamente la asociación entre uso de paracetamol en el embarazo y la aparición de neurodivergencia en recién nacido”. Salinas advirtió sobre la irresponsabilidad de difundir afirmaciones de este tipo: “A mí manera de ver es una falta de respeto para las personas neurodivergentes y su familia, lo que habla claramente de la altura moral de las personas que dicen esas mentiras, sobre todo quienes son líderes de opinión”.

Organismos internacionales respaldan esta postura. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) afirmó que “no existe evidencia que vincule una exposición al paracetamol en el útero con el desarrollo de trastornos del desarrollo neurológico, como el autismo”. Steffen Thirstrup, director médico de la EMA, recalcó que el paracetamol “sigue siendo una opción importante para tratar el dolor o la fiebre en mujeres embarazadas” y que sus conclusiones se basan en “una evaluación rigurosa de los datos científicos disponibles”. De manera similar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió “prudencia antes de concluir que existe una relación causal” entre el paracetamol y el autismo.

La controversia se intensificó debido a que Trump mencionó que su equipo implementaría un sistema llamado “Gold Standard Science” para abordar el aumento de los casos de autismo en Estados Unidos, incluyendo la modificación de la etiqueta de seguridad del medicamento en ese país. Sin embargo, la comunidad científica coincide en que estas medidas carecen de sustento científico y podrían generar alarma innecesaria entre mujeres embarazadas que utilizan este fármaco de manera responsable.

Ante la confusión, los expertos coinciden en que el paracetamol sigue siendo un analgésico seguro y eficaz cuando se administra de acuerdo al peso y la condición fisiológica de la paciente. Rojo subraya que este medicamento representa una de las opciones más confiables para controlar fiebre y dolor durante la gestación, mientras que Salinas insiste en que “es absolutamente falso que haya una asociación entre paracetamol y autismo”. La recomendación general es mantener la calma, consultar siempre con un profesional de salud y no dejarse llevar por afirmaciones sin evidencia científica.

Cómo enfrentar la acidez sin arruinar las celebraciones patrias

En Chile, septiembre siempre llega cargado de asados, empanadas, anticuchos, terremotos y fondas interminables. Las Fiestas Patrias son un momento de identidad y encuentro, pero también una prueba de fuego para el estómago. La acidez, ese ardor incómodo en la boca del estómago que puede arruinar la celebración, se vuelve tan común como la cueca o el volantín. Millones de personas lo sufren y, según especialistas, muchas veces la automedicación es la primera reacción frente al malestar.

El profesor Mario Rivera Meza, académico del Departamento de Química Farmacológica y Toxicológica de la Universidad de Chile, lo explica sin rodeos: “En general, son sustancias que uno les llama bases. Estas sustancias básicas al combinarse con el ácido se neutralizan entre ellas y con eso se calma y disminuye esa sensación de ardor”. Con esto se refiere a los antiácidos, medicamentos de venta libre que lideran la estrategia contra la acidez durante los días de celebraciones.

Estos antiácidos suelen estar compuestos por sales de magnesio y aluminio, y se comercializan principalmente en tabletas masticables o para tragar con agua. Su función es rápida y concreta: neutralizar el exceso de ácido en el estómago. Algunos formatos incluyen alginato, una sustancia que aumenta la densidad del moco gástrico, ayudando a proteger los tejidos del estómago y el esófago de la irritación. Otros suman simeticona, un compuesto que reduce la flatulencia y los gases intestinales, una ayuda no menor tras varias horas de chicha y choripanes.

Las versiones líquidas de estos medicamentos son otro recurso común, ya que actúan de manera más rápida, aunque requieren agitarse antes de usarse. En el imaginario popular chileno, la sal de fruta también ocupa un lugar protagonista. Este preparado combina bicarbonato de sodio y ácido cítrico: el primero neutraliza el ácido, mientras el segundo genera las clásicas burbujas que hacen más refrescante su consumo. “Se recomienda colocar el agua primero y después poner la sal de fruta, porque si no se sube. La sal de fruta tiene algunas contraindicaciones porque tiene alto contenido de sodio”, advierte Rivera, recalcando que quienes sufren de hipertensión arterial deben consumirla con especial cuidado.

El especialista también apunta a un factor clave: los antiácidos no deben convertirse en un hábito constante. Funcionan para episodios puntuales, pero en casos de molestias crónicas lo indicado es acudir a un médico, ya que existen medicamentos más específicos para problemas como úlceras, que solo se adquieren con receta. Además, los antiácidos pueden alterar la absorción de otros fármacos, un riesgo muchas veces ignorado en la automedicación. Pese a esto, se consideran seguros incluso durante el embarazo, lo que los convierte en una opción versátil para muchas personas.

En tiempos donde la sobremesa y los brindis parecen no tener fin, hablar de acidez estomacal es casi tan realista como hablar de cuecas improvisadas. La recomendación es clara: moderar el consumo, escuchar al cuerpo y, en caso de dudas, consultar a un químico farmacéutico. Porque más allá del folclor y la fiesta, cuidar la salud digestiva es también parte de celebrar con responsabilidad.

Daltonismo una realidad genética que afecta a millones en silencio

El 6 de septiembre se conmemoró el Día de Concientización del Daltonismo, una condición que, aunque suele pasar desapercibida, impacta la vida de millones de personas en todo el mundo. Según datos de Electro IQ, uno de cada 12 hombres y una de cada 200 mujeres conviven con esta alteración visual, que modifica la manera en que se perciben los colores y que se encuentra mucho más presente de lo que solemos imaginar.

El oftalmólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, Osvaldo Berguer, precisa que el daltonismo, o discromatopsia, “es un trastorno hereditario de la visión de los colores y que se manifiesta en las dificultades para percibir algunas tonalidades como el rojo, el verde y el café (que es el resultante de la mezcla de las dos primeras). A veces, también ocurre con la percepción del azul y el amarillo (y el verde que se obtiene de dicha mezcla)”. Aunque en Chile no se dispone de un registro oficial, el especialista proyecta que alrededor de 600 mil personas podrían estar afectadas, siguiendo los porcentajes internacionales.

La diferencia en su prevalencia entre hombres y mujeres tiene un origen genético. “Los hombres tienen una sola de esas estructuras y si se llega a alterar, eso basta para tener la enfermedad. Como las mujeres tienen dos, es mucho más raro que ambos cromosomas presenten la mutación”, explica Berguer, haciendo referencia al cromosoma X. Aunque reconoce que la condición impone ciertas limitaciones en áreas específicas, aclara que no se trata de una discapacidad. “La discromatopsia no es una discapacidad, ya que los pacientes afectados pueden llevar una vida normal, incluso manejar. Eso sí, hay algunas limitaciones específicas”.

El diagnóstico temprano es clave, y suele realizarse en la infancia, entre los cuatro y cinco años, cuando los niños empiezan a familiarizarse con los colores y pueden aparecer las primeras confusiones. Si bien no existe cura, hoy existen lentes con filtros que mejoran la percepción y aplicaciones móviles que ofrecen experiencias visuales adaptadas, como “Chromatic Vision Simulator”, “Color Binoculars” o “Daltonizer”. Estos recursos, aunque no corrigen el problema de raíz, amplían las posibilidades de quienes viven con daltonismo para interactuar con el entorno de una manera más plena.

Pese a la falta de tratamientos definitivos, lo que prevalece es la capacidad de adaptación. “Aprenden a reconocer los colores sin verlos. Y eso se da, más que nada, por el contexto”, afirma Berguer. Esa flexibilidad demuestra cómo las personas con daltonismo no solo encuentran maneras de integrarse, sino que también desarrollan habilidades para resignificar la relación entre percepción y entorno, dejando en claro que, más allá de las limitaciones, la vida continúa en todo su espectro.

La caída natural de la reserva ovárica y sus implicancias en la fertilidad

Cada vez más mujeres postergan la maternidad, ya sea por razones profesionales, económicas, educacionales o de salud. Frente a este escenario, la reserva ovárica se ha convertido en un concepto clave dentro de la medicina reproductiva, pues entrega información esencial sobre el potencial fértil de una mujer y permite tomar decisiones informadas respecto a su futuro reproductivo. “Evaluar la reserva ovárica es importante porque permite a la mujer conocer su potencial reproductivo y así tomar decisiones en relación a la planificación de su futura maternidad”, explica la doctora Abril Salinas Quero, ginecóloga especialista en Medicina Reproductiva y profesora asistente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.

La reserva ovárica se refiere al número de óvulos presentes en los ovarios, una cifra que está determinada desde la vida intrauterina y que no puede aumentar. “Lamentablemente la reserva ovárica no se puede aumentar, dado que está destinada desde nuestra vida intrauterina. Y va declinando a medida que vamos desarrollándonos hasta que se termina con la llegada de la menopausia”, detalla Salinas, quien también dirige el Programa de Fertilización in Vitro del IDIMI y es vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva. Según la especialista, la calidad y cantidad de óvulos comienza a disminuir a partir de los 30 años, se acentúa después de los 35 y a partir de los 40 el descenso es mucho más acelerado, lo que complica lograr un embarazo exitoso y aumenta el riesgo de aborto.

Existen factores que pueden acelerar esta disminución, como múltiples cirugías ováricas, quimioterapia o radioterapia, lo que expone a algunas mujeres a una reducción temprana de su fertilidad. Frente a esto, Salinas enfatiza la necesidad de una atención especializada y oportuna. Al mismo tiempo, destaca que llevar un estilo de vida saludable ayuda a mantener mejor la función ovárica: una dieta balanceada, actividad física regular, y evitar el tabaco y el alcohol son claves para disminuir el riesgo de una pérdida más rápida de óvulos.

Hoy en día, evaluar la reserva ovárica es más accesible gracias a dos exámenes principales. La hormona antimülleriana (AMH) se mide a través de un examen de sangre sencillo, cubierto por Fonasa en modalidad Libre Elección, aunque su disponibilidad en el sistema público aún es limitada. El otro método es el recuento de folículos antrales mediante ecografía transvaginal, que se realiza en los primeros días del ciclo menstrual. Ambos procedimientos, según Salinas, “nos permiten a nosotras las mujeres entender mejor nuestra salud reproductiva y así poder tomar decisiones más informadas sobre nuestra planificación familiar”.

Una alternativa que gana cada vez más terreno es la congelación de óvulos, especialmente para quienes desean postergar la maternidad. “Es una opción viable para las mujeres que desean postergar la maternidad. La congelación de óvulos es más efectiva cuando se realiza a edades más tempranas (idealmente antes de los 35 años) debido a la mejor calidad ovocitaria”, sostiene la especialista. Si bien no garantiza al 100% un embarazo en el futuro, incrementa significativamente las posibilidades en etapas más avanzadas de la vida. Factores como la edad, la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la exposición a toxinas ambientales o condiciones ginecológicas como la endometriosis también impactan la calidad de los óvulos. Ante esto, el mensaje de los expertos es claro: informarse, evaluarse y adoptar estilos de vida saludables son pasos esenciales para resguardar la fertilidad.

Cómo enfrentar el cambio de hora y minimizar sus consecuencias

Este domingo, gran parte de Chile adelantará sus relojes para dar inicio al horario de verano. A las 23:59 horas deberán ajustarse a la 01:00 del domingo, en una medida que se aplica en casi todo el país, salvo en la Región de Magallanes, la Antártica Chilena y Aysén. Aunque esta práctica lleva años implementándose, sigue generando debate por su impacto en la salud, particularmente en el sueño.

El neurólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Gabriel Abudinén, explica que este tipo de modificaciones desregula nuestro sistema interno de tiempo. “Biológicamente hablando nosotros también tenemos un reloj, es un reloj biológico que está en el centro de nuestro cerebro que se llama núcleo supraquiasmático y que ordena nuestras transiciones para el despertar y para el dormir para que funcione perfectamente y no despertemos con fatiga y no nos cueste conciliar mucho el sueño”, señala.

Según Abudinén, esta alteración puede generar insomnio y sensación de fatiga prolongada. Algo que complementa el neurólogo Pablo Salinas, también académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quien detalla que el problema radica en que “cambia el esquema de sincronización que hay con el consenso social que tenemos respecto al concepto tiempo, hora, con los ciclos de luz y oscuridad que tiene el medio ambiente, que son por la rotación del planeta”. Para Salinas, la adaptación a este cambio puede tomar entre tres y cuatro días, tiempo en el que el cuerpo se ajusta a la nueva relación entre la hora oficial y los ciclos naturales de luz.

No todos los especialistas, sin embargo, apoyan esta medida. Margarita Bórquez, académica del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, plantea que lo más recomendable sería eliminar definitivamente el cambio de hora. “La primera recomendación sería no cambiar el horario en lo absoluto. Eso posibilitaría tener luz más temprano en la mañana, coincidente con el horario de despertar y, por tanto, favoreciendo una sincronización circadiana del ambiente con nuestro reloj interno (endógeno)”, argumenta.

En paralelo, Bórquez entrega una serie de consejos para enfrentar el ajuste horario y mitigar sus efectos. Destaca la importancia de mantener horarios regulares de sueño, alimentación y ejercicio, evitar el consumo excesivo de cafeína, reducir el uso de pantallas antes de dormir y procurar ambientes adecuados para el descanso, con temperaturas que oscilen entre los 18 y 21 grados. Además, recomienda adelantar gradualmente los horarios de acostarse en los días previos al cambio, para suavizar el impacto en el organismo.

Más allá de las diferencias en la opinión académica, el cambio al horario de verano sigue siendo una medida que, año tras año, abre la discusión entre sus posibles beneficios energéticos y los costos que implica para la salud de las personas.

La verdad sobre las verrugas y por qué requieren atención dermatológica

Las verrugas son mucho más comunes de lo que parecen y, aunque generalmente no representan un riesgo grave para la salud, un mal manejo puede complicar el cuadro. Lejos de ser un simple detalle estético, estas lesiones cutáneas están provocadas por variantes del virus del papiloma humano (VPH) que, si se tratan incorrectamente, pueden extenderse por distintas zonas del cuerpo y transmitirse a otras personas. La Dra. Irene Araya, directora del Departamento de Dermatología y especialista del Hospital Clínico Universidad de Chile, explica que “lo primero que hay que identificar es que la verruga es un virus, por lo tanto, hay que tener precaución de no contagiar a otros ni a uno mismo”.

A pesar de que suelen pasar desapercibidas, los números hablan por sí solos: se estima que entre un 7% y un 19% de la población presenta verrugas, con una prevalencia especialmente alta en escolares, donde alcanza entre un 10% y un 20%. El peak de casos ocurre en la adolescencia, entre los 12 y 16 años. Existen principalmente dos tipos: las verrugas planas, pequeñas y lisas, que se concentran en la cara, cuello y manos, y las verrugas vulgares, de textura dura y rugosa, más frecuentes en la zona de la barba de los hombres y que se propagan con facilidad al afeitarse.

La facilidad de contagio está directamente ligada a las características del virus. Según la Sociedad Chilena de Dermatología, el VPH puede sobrevivir hasta ocho meses en objetos inanimados, lo que significa que toallas, máquinas de afeitar y utensilios de uso personal pueden transformarse en focos de transmisión. “El virus se contagia por contacto directo, piel con piel. Además, el trauma lo activa, así que hay que tratar de evitar irritaciones”, advierte la Dra. Araya, subrayando que niños, embarazadas y personas inmunodeprimidas son especialmente vulnerables.

Cuando se trata de buscar soluciones, no todas las opciones en el mercado son seguras. Para las verrugas planas, los retinoides —como el retinol— pueden ayudar al recambio celular, aunque requieren estricta supervisión médica, ya que un mal uso puede irritar la piel y favorecer la aparición de nuevas lesiones. En el caso de las verrugas vulgares, los tratamientos más utilizados son el nitrógeno líquido (crioterapia) y la electrocirugía. En casos más complejos, resistentes o extensos, se puede recurrir a procedimientos quirúrgicos con anestesia local. Sin embargo, la dermatóloga es enfática en desaconsejar los productos de venta libre que prometen “quemar” verrugas, ya que pueden dejar cicatrices permanentes.

Los cuidados posteriores también juegan un rol fundamental. Mantener una higiene adecuada, usar toallas personales, aplicar correctamente los medicamentos recetados y proteger la piel con bloqueador solar son pasos clave para evitar complicaciones. “Esto no es un tema dermocosmético; es un virus que requiere consulta médica. Es importante tratar las lesiones antes de usar productos de skincare”, concluye la especialista, recordando que lo esencial no es ocultar la verruga, sino abordarla desde su raíz viral con un tratamiento profesional.

Cómo el juego protege el desarrollo frente al exceso de pantallas

El juego ha sido históricamente reconocido como una de las principales vías para que los niños desarrollen habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Así lo sostiene Unicef, que lo define como una de las formas más importantes de adquirir conocimientos en la primera infancia, mientras que la Superintendencia de Educación chilena enfatiza su rol para imaginar, explorar y expresar emociones. Sin embargo, este espacio esencial hoy se ve tensionado por un factor creciente en los hogares: el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas. Según la Sociedad Nacional de Pediatría, en 2022 los menores en Chile permanecían entre 5,3 y 6,1 horas al día conectados, lo que representa más de un tercio de su tiempo despiertos.

Frente a la pregunta sobre si esta tendencia es perjudicial, Rodrigo Rojas, psicólogo y académico de la Universidad de Santiago, plantea que la clave no está en demonizar la tecnología, sino en regularla. Explica que en edades tempranas la exposición debe ser mínima: casi nula en los primeros dos años de vida, no más de una hora diaria entre los 2 y 5 años, y menos de dos horas en el rango de 6 a 10, siempre fuera del contexto escolar. El exceso, advierte, puede limitar experiencias fundamentales que solo el juego libre y simbólico puede ofrecer, como el desarrollo de habilidades sociales, la motricidad o la creatividad.

No obstante, no todo uso de pantallas es negativo. El académico de la Pontificia Universidad Católica, Valerio Fuenzalida, recuerda que existen programas infantiles con un fuerte componente educativo que aportan al aprendizaje socioemocional, la autoestima y la resiliencia. Series como Las Pistas de Blue o Bob Esponja, afirma, han demostrado trabajar con elementos vinculados a la neurociencia, ofreciendo a los niños herramientas para enfrentar emociones y obstáculos. A su juicio, el CNTV debería potenciar la producción y distribución de este tipo de contenidos en Chile, de modo que incluso puedan ser utilizados en el aula.

El riesgo, según Rojas, es que las pantallas reemplacen el espacio del juego libre, esencial en la construcción de la infancia. Cuando los niños exploran, corren, inventan historias o interactúan con otros, no solo se divierten, sino que entrenan la empatía, la cooperación y la resolución de conflictos. Varios estudios han demostrado que la sobreexposición digital se asocia a dificultades en el lenguaje, problemas de atención, alteraciones del sueño y menor capacidad de regulación emocional. En un escenario de rutinas aceleradas y padres con poco tiempo disponible, entregar un celular o una tablet se convierte en un recurso fácil, pero que a largo plazo puede traer consecuencias significativas.

Para los especialistas, el desafío está en recuperar y proteger el valor del juego en la infancia. Esto implica establecer límites claros al uso de pantallas, fomentar la supervisión parental y crear entornos que favorezcan la curiosidad, la exploración y la interacción social. “Proteger el juego es, de alguna forma, proteger la infancia”, concluye Rojas, recordando que invertir en esos primeros años significa construir una sociedad más sana, creativa y empática para el futuro.

El peligro silencioso de la pornografía en la infancia y adolescencia

En un mundo cada vez más conectado, el acceso a internet sin límites ha expuesto a niños, niñas y adolescentes a contenidos pornográficos desde edades muy tempranas. Esta realidad preocupa a especialistas, quienes advierten que el consumo precoz de pornografía puede afectar profundamente el desarrollo emocional de los menores, distorsionar su comprensión de las relaciones afectivas y sexuales, e incluso abrir la puerta a otras adicciones en la adultez.

Un reciente estudio presentado en el congreso de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) evidenció que los jóvenes con uso problemático de pornografía muestran niveles elevados de ansiedad, depresión y somatización. Además, suelen presentar conductas adictivas concurrentes, que van desde el consumo de alcohol y drogas hasta problemas con videojuegos, internet y compras compulsivas. Este fenómeno, aún no reconocido formalmente como trastorno mental por los principales manuales diagnósticos, se vincula con la conducta sexual compulsiva, donde el uso problemático de pornografía se considera un síntoma.

Los expertos señalan que los hombres, especialmente adolescentes, son más vulnerables a desarrollar esta problemática. Se estima que entre un 1% y 38% de los adultos, y entre un 5% y 14% de los adolescentes, podrían presentar este tipo de uso problemático. Si bien la terapia cognitivo conductual ha mostrado resultados prometedores para mejorar la calidad de vida y reducir síntomas asociados, se requieren más estudios para confirmar su eficacia.

Desde Chile, el psicólogo clínico y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Antonio Letelier, explica que la pornografía entrega una imagen distorsionada de la sexualidad, dificultando que niños y adolescentes integren aspectos emocionales y afectivos esenciales para un desarrollo sexual sano. Este contenido refuerza roles de género patriarcales, asocia violencia con placer y enfatiza una hipersexualización centrada en el rendimiento genital, lo que empobrece la complejidad de la experiencia sexual.

Letelier advierte que esta exposición precoz puede generar en los niños percepciones erróneas y traumáticas, desembocando en ansiedad, síntomas depresivos y distorsiones en la percepción corporal. Muchas veces, el problema surge cuando estos menores enfrentan una realidad para la cual no fueron preparados adecuadamente por una educación sexual integral y abierta.

Para enfrentar esta situación, el especialista enfatiza la necesidad de un diálogo constante y una educación sexual amplia, tanto en el hogar como en los colegios. Destaca que la sexualidad va más allá de la biología y las identidades sexuales, abarcando también el placer, las emociones, las expectativas y las frustraciones que moldean la experiencia humana desde la infancia.

Este llamado a una educación sexual integral y realista busca no solo proteger a las nuevas generaciones, sino también brindarles herramientas para construir relaciones saludables y una comprensión madura y respetuosa de su propia sexualidad.

Fatiga crónica y vida moderna cuando el cansancio no desaparece

Sentirse agotado constantemente puede parecer una consecuencia natural del ritmo de vida actual, pero para muchas personas es la manifestación de una condición clínica conocida como Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) o encefalomielitis miálgica. Según el académico Mario Ríos, de la Universidad de Santiago, esta enfermedad se caracteriza por una fatiga intensa y persistente que no mejora con el descanso y puede durar más de seis meses, reduciendo drásticamente la capacidad funcional y afectando el bienestar físico, social y emocional de quienes la padecen.

El síndrome se presenta con síntomas complejos como dolor muscular, sueño no reparador, deterioro cognitivo, hipersensibilidad sensorial, malestar post esfuerzo y, en algunos casos, intolerancia ortostática. Aunque sus causas no están completamente claras, se ha asociado a factores genéticos, infecciones virales como el Epstein-Barr, alteraciones inmunitarias, traumas y estrés crónico. Además, afecta principalmente a mujeres entre 20 y 50 años, aunque no hay estudios concluyentes en Chile sobre su prevalencia, y los diagnósticos suelen hacerse por descarte debido a la falta de pruebas específicas.

Internacionalmente, el SFC afecta entre el 0,2% y el 0,8% de la población, y suele vincularse a otras condiciones como el dolor crónico o la fibromialgia. Según Ríos, aunque no existe una cura, el tratamiento incluye terapias psicológicas, ejercicio adaptado, una dieta antiinflamatoria y apoyo médico integral. El experto enfatiza que reconocer y tratar esta condición es clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes y para visibilizar una realidad que muchas veces queda en silencio bajo el disfraz del “cansancio normal”.