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Economista del Banco Mundial proyecta complejo escenario para Latinoamérica por la pandemia

Esta crisis es verdaderamente global, no hay región que se esté escapando de este gran shock. Hay que regresar a los años ’30 para poder tener un punto de comparación”, afirmó Carmen Reinhart, economista jefe del Banco Mundial, respecto a la magnitud del impacto de la pandemia en la economía global.

Advirtió además que, desde su perspectiva, “Latinoamérica lamentablemente va a ser una región muy impactada por mucho tiempo por esta pandemia. No solamente por el tema de la vulnerabilidad de más alta deuda, que será bien global, también ya habían problemas de más bajo crecimiento, y la dependencia de los commodities primarios y el turismo”.

Esto fue parte del análisis que realizó Reinhart, quien hoy destaca como la mujer y latinoamericana más citada del mundo en la disciplina, en un webinar organizado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y el MIT Sloan School of Management.

En la transmisión, la también académica de la Universidad de Harvard dialogó sobre las secuelas de la crisis del COVID-19 y las medidas de apoyo a las economías emergentes de la región junto al decano de la Facultad de Economía y Negocios, José De Gregorio, y al académico del MIT Sloan School of Management, Roberto Rigobón.

La brusca y profunda paralización de gran parte de los mercados es la mayor consecuencia económica de la pandemia a nivel planetario, recalcó Reinhart, marcando las diferencias respecto a la última crisis del 2008-2009. 

Para dimensionar la magnitud de lo que ha significado, señaló que en el caso de Estados Unidos “tomó un año llegar al punto de contracción que tuvimos ahora en seis semanas. Este punto aplica no solamente a los indicadores de flujo de capital, la gráfica de desempleo refleja lo mismo. En el 2008-2009 tomó 64-65 semanas llegar al nivel de desempleo al que se ha llegado en mes y medio”.

Sobre el impacto en nuestra región, planteó que “otro paralelo con la crisis de los años ’30 es que impacta mucho a Latinoamérica, ya que -a diferencia de la crisis del 2008 y 2009- esta crisis es acompañada por una fuerte caída en el precio del petróleo y de los commodities primarios. El 2008-2009, en contraste, fue una crisis donde si bien Estados Unidos, Europa y Japón entraron en recesión, China estaba creciendo en un promedio superior al 10 por ciento, y eso fue una gran locomotora para los emergentes”.

A la depresión del mercado de commodities actual, se suma una peor condición financiera precrisis. “Cuando la crisis del 2008-2009 golpeó a América Latina muchos países emergentes habían bajado considerablemente sus niveles de deuda pública y externa, e incluso algunos registraban superávit en cuenta corriente”, apuntó.

Sostuvo, asimismo, la posibilidad de que “los sistemas bancarios de la región, y fuera de ella también, incluyendo Estados Unidos, van a ser muy impactados por la morosidad y los préstamos que no se van a poder recuperar… Estos problemas de solvencia son algo que recalco porque históricamente lo que comienza como deuda privada termina siendo deuda pública también”. 

Este escenario de alto riesgo en las economías emergentes, incluso para países más robustos financieramente como Perú y Chile, generaría un período donde habrán mayores dificultades en el acceso a mercados de capitales. Por esta razón, advirtió el riesgo que puede significar la emisión de deuda hoy.

Afirmó que la pandemia traerá secuelas duraderas, sobre todo si se traduce en crisis bancarias, donde la recuperación puede tardar cinco a siete años. En este sentido, indicó que se podrá ver una reactivación, pero que una recuperación que nos haga volver a los niveles de ingreso y empleo anteriores a la crisis, tomará mucho más tiempo. A todo esto se sumaría la inflación. “No es un mensaje bonito, pero es realista”, sentenció.

Otra de las posibles consecuencias observadas por Reinhart es el avance hacia un ciclo de desglobalización.

Al respecto, planteó que “un tema importante para entender el impacto y secuelas del COVID-19 es que éste no sólo es un enorme shock a la demanda agregada, también lo es sobre la oferta. Eso puede llevar a otra ola de desglobalización, porque todos los canales que se habían establecido de comercio se han visto de distinta forma impactados por los cierres de las economías a nivel internacional”.

Este fenómeno, agrega, “alimenta la percepción de que los países tienen que depender de sí mismos mucho más que antes, es decir, en vez de mirar hacia afuera, esto va a dejar una percepción de que muchas políticas van a mirar más hacia adentro”.

A la realidad actual, indica, se suma el hecho de que el crecimiento del volumen del comercio global los 10 años antes de la crisis financiera del 2008-2009 fue de alrededor del 6 por ciento, mientras que en la última década ha sido menos de la mitad, en torno a un 2,5 por ciento.

Reinhart aseguró que en este escenario es fundamental buscar mecanismos de apoyo para países emergentes ante la falta de liquidez, acción que -indicó- requiere de una gran arquitectura financiera.

El mayor problema, señaló, está dado por el acceso al mercado financiero internacional, ya que “no existe un prestamista para el financiamiento de la expansión fiscal… algo que es necesario para mantener vivas las economías durante este período”.

En el caso de los países donde el problema más que de liquidez es de solvencia propuso comenzar a pensar en una reestructuración de la deuda desde ya.

Las instituciones multilaterales pueden jugar un rol en el proceso de renegociación de deuda, pero esos procesos son complicados y pueden tomar hasta siete años en un escenario como el actual. 

Pandemia del COVID-19 provocará en Latinoamérica la peor recesión en la historia

La pandemia del coronavirus (COVID-19) impacta a las economías de América Latina y el Caribe a través de factores externos e internos cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción que la región ha sufrido desde 1914 y 1930. Según las últimas estimaciones, se prevé una contracción regional promedio de -5,3% para 2020, informó hoy la CEPAL durante el lanzamiento de un nuevo informe.

La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena,  presentó este martes 21 de abril el Informe especial COVID-19 N⁰ 2, titulado Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivación, sobre el seguimiento de los efectos económicos y sociales de la actual crisis derivada del impacto del coronavirus en la región (cuya primera entrega se efectuó el 3 de abril pasado). En una conferencia de prensa virtual transmitida en vivo desde la sede central del organismo regional de las Naciones Unidas en Santiago de Chile, Bárcena dio a conocer también las nuevas proyecciones de crecimiento para cada uno de los países miembros de la Comisión.

Según el informe, desde antes de la pandemia, América Latina y el Caribe ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019. La crisis que sufre la región este año 2020, con una caída del PIB de -5,3%, será la peor en toda su historia. Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5%) o más aún hasta 1914 (-4,9%).

 La pandemia del coronavirus (COVID-19) impacta a las economías de América Latina y el Caribe a través de factores externos e internos cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción que la región ha sufrido desde 1914 y 1930. Según las últimas estimaciones, se prevé una contracción regional promedio de -5,3% para 2020, informó hoy la CEPAL durante el lanzamiento de un nuevo informe.

La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena,  presentó este martes 21 de abril el Informe especial COVID-19 N⁰ 2, titulado Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivación, sobre el seguimiento de los efectos económicos y sociales de la actual crisis derivada del impacto del coronavirus en la región (cuya primera entrega se efectuó el 3 de abril pasado). En una conferencia de prensa virtual transmitida en vivo desde la sede central del organismo regional de las Naciones Unidas en Santiago de Chile, Bárcena dio a conocer también las nuevas proyecciones de crecimiento para cada uno de los países miembros de la Comisión.

Según el informe, desde antes de la pandemia, América Latina y el Caribe ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019. La crisis que sufre la región este año 2020, con una caída del PIB de -5,3%, será la peor en toda su historia. Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5%) o más aún hasta 1914 (-4,9%).

El documento plantea también que la crisis del coronavirus se ha transmitido a América Latina y el Caribe a través de cinco canales: una reducción del comercio internacional, la caída de los precios de los productos primarios, la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales, una menor demanda de servicios turísticos y una reducción de las remesas.

“Los efectos del COVID-19 generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad”, declaró Alicia Bárcena en su presentación.

“Los países de la región han anunciado medidas importantes, las que deben ser reforzadas mediante la ampliación del espacio fiscal. Es urgente acceder a recursos financieros con base en un apoyo flexible de los organismos financieros multilaterales, acompañado de líneas de crédito a bajo costo, alivios del servicio de la deuda y eventuales condonaciones. Además, se requiere repensar el modelo de inserción de la región y las alternativas de reactivación a la luz de los cambios estructurales que ocurrirán en la globalización y el mundo post COVID-19”, agregó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.

En el detalle de sus proyecciones, el organismo prevé que América del Sur se contraiga -5,2% debido a que varios países de esta zona se verán muy afectados por la caída de la actividad de China, que es un importante mercado para sus exportaciones. En tanto, en América Central la caída sería de -2,3%, afectada por la caída en el turismo y la reducción de la actividad de Estados Unidos, su principal socio comercial y fuente de remesas; mientras que el Caribe se contraería en -2,5%, debido a la reducción de la demanda de servicios turísticos.

La interrupción de las cadenas de valor producida por la pandemia impactará con mayor intensidad en las economías brasileña y mexicana, que poseen los sectores manufactureros más grandes de la región. 

En tanto, el valor de las exportaciones de la región caería cerca de 15%. Los mayores impactos se darían en los países de América del Sur, que se especializan en la exportación de bienes primarios y, por lo tanto, son más vulnerables a la disminución de sus precios. Por su parte, el valor de las exportaciones de Centroamérica, el Caribe y México sufrirá el impacto de la desaceleración de la economía de los Estados Unidos. México además se verá golpeado por la caída del precio del petróleo.

Las proyecciones también anticipan un importante deterioro de los indicadores laborales en 2020. La tasa de desempleo se ubicaría en torno a 11,5%, un aumento de 3,4 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019 (8,1%). De esta forma, el número de desempleados de la región llegaría a 37,7 millones. Asimismo, la elevada participación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en la creación del empleo (más del 50% del empleo formal) aumenta los impactos negativos, pues este sector ha sido duramente afectado por la crisis, mientras que la desigualdad de género se acentuará con medidas como el cierre de las escuelas, el aislamiento social y el aumento de personas enfermas, pues aumentará la sobrecarga de trabajo no remunerado de las mujeres.

Por otro lado, la caída de -5,3% del PIB y el aumento del desempleo tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas. En ese contexto, la tasa de pobreza en la región aumentaría en 4,4 puntos porcentuales durante 2020 al pasar de 30,3% a 34,7%, lo que significa un incremento de 29 millones de personas en situación de pobreza. Por su parte, la pobreza extrema crecería en 2,5 puntos porcentuales pasando de 11,0% a 13,5%, lo que representa un incremento de 16 millones de personas.

“Los líderes del G-20 deben apoyar que las organizaciones multilaterales presten a tasas de interés favorables y alivien de la deuda de los países altamente endeudados, aplazándola o condonándola. De lo contrario, los pagos serán imposibles y se comprometerá el espacio fiscal. Se requieren medidas excepcionales para enfrentar una crisis sin precedentes. No habrá progreso sin cooperación y solidaridad internacionales”, recalcó Alicia Bárcena.

La crisis productiva traerá cambios que persistirán más allá de la pandemia sanitaria, explica el reporte. Se necesitará mayor resiliencia en las redes de producción diversificando proveedores en términos de países y empresas, privilegiando ubicaciones más cercanas a los mercados finales de consumo (nearshoring) y relocalizando procesos productivos y tecnológicos estratégicos (reshoring). Las empresas ya están adecuando su funcionamiento interno a las medidas de distanciamiento social, acelerando la tendencia a la automatización y digitalización, y se aprecia una agudización en la fragilidad del multilateralismo. La CEPAL agrega que no se revertirá la globalización, pero sí habrá una economía mundial más regionalizada en torno a tres polos: Europa, América del Norte y Asia oriental.

“Hay que prepararse para el mundo post COVID-19. Debemos pensar el futuro de la región en la nueva geografía económica ante la elevada dependencia de manufacturas importadas”, indicó Bárcena. “Se requieren políticas industriales que permitan a la región fortalecer sus capacidades productivas y generar nuevas capacidades en sectores estratégicos”, agregó.

“Para incidir en la nueva economía mundial, la región debe avanzar hacia una mayor integración regional tanto en lo productivo, comercial y tecnológico. La coordinación de nuestros países en materia macroeconómica y productiva es crucial para negociar las condiciones de la nueva normalidad, particularmente en una dimensión urgente en la actual crisis y en el mediano plazo: la del financiamiento para un nuevo estilo de desarrollo con igualdad y sostenibilidad ambiental”, enfatizó la máxima autoridad de la CEPAL.

Expertos consideran que la pandemia constituye una oportunidad para repensar el modelo económico

Entre las principales preocupaciones de los gobiernos del mundo ante el avance de la pandemia del Covid-19, está mantener el equilibrio entre la protección de la salud y el funcionamiento de la economía para evitar una crisis social. Ante esta disyuntiva, el académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, psicólogo y antropólogo, Sergio González, sostuvo que existe una falsa dicotomía entre salud y economía. 

“No existe esa dicotomía de salud pública versus economía. Los gobiernos se deben primero a la sociedad y, en esa línea, la economía es un instrumento de la sociedad”, afirmó González.

“Hoy, lo que hemos perdido, son acuerdos fundamentales acerca de cómo construir sociedad, país, nación. Y, en ese sentido, esta es una tremenda oportunidad para repensar el pacto social. Los gobiernos, por ejemplo, en el tema economía, tienen la responsabilidad de llamar a la mesa a todos los actores relevantes para repensar esta lógica del acuerdo que implica una nueva mirada a lo que es la convivencia de la sociedad”, agregó el psicólogo. 

A juicio del experto, “la economía, hoy más que nunca, estará en una situación de reformulación en términos de lo que sean los acuerdos sociales y el gran pacto social que se pueda construir, incluso pensando en una nueva Constitución para Chile”. 

Para Sergio González, estas inquietudes ya estaban sobre la mesa desde el estallido social de octubre, “y ahora, con la pandemia, claramente se transforma en un tema irrenunciable, para pensar en lo que viene postpandemia. Tenemos la oportunidad de repensar nuevas formas de cohesión social”.

Otro de los aspectos relevantes abordados por González, es el, en sus palabras, “fracaso de las estrategias de acción individuales o de grupos pequeños, y de la lógica del sálvese usted solo y por sí mismo”.

“Hoy está claro que la función del Estado es fundamental, no solo respecto a la salud de la población, sino para generar las medidas que permitan construir un mejor futuro para todos”, señaló, poniendo como ejemplo las medidas adoptadas a favor de la ciudadanía y las pequeñas empresas en países como Nueva Zelanda y Alemania, y el vuelco en las políticas que guiaron el actuar del Primer Ministro de Inglaterra.

“Lo de Boris Johnson, quien estaba en la lógica de privatizar el sistema de salud público, y que hoy reconoce que su vida se la debe al servicio público y, específicamente a una enfermera y enfermero migrante que lo cuidaron, nos llama a entender estos temas desde una mirada del Estado y desde las políticas públicas”, puntualizó Sergio González.  

El riesgo del gasto público mínimo

Por su parte, el sociólogo y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Usach, Vicente Espinoza, concordó en que las proyecciones económicas, al menos a un año, estarán cruzadas por las medidas que adopten los gobiernos para lidiar con la pandemia del COVID-19. 

No obstante, afirmó que se debe colocar especial atención en “la carta de ex Presidentes latinoamericanos  y ex ministros de Hacienda, que ven en el dogmatismo del gasto público mínimo, el mayor factor de riesgo para el futuro de la economía, ya que crearía y profundizaría una recesión, deteriorando las condiciones de vida de la población”.

El Director del Magíster en Ciencias Sociales del IDEA-Usach hace alusión a la misiva firmada por ex mandatarios como el chileno Ricardo Lagos, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el colombiano Juan Manuel Santos y el mexicano Ernesto Zedillo, quienes reclamaron por políticas más audaces de organismos multilaterales de crédito.

El doctor en sociología y experto tanto en fenómenos como transformaciones de las sociedades americanas contemporáneas hizo hincapié en el perjuicio que provocan las medidas de distanciamiento social para quienes no tienen empleos formales o posibles de desempeñar a distancia. 

“La mejor alternativa en ese caso sería proveer un ingreso universal permanente incondicional mientras dure la crisis sanitaria, al estilo de lo aplicado experimentalmente en años anteriores en Canadá, algunos países de Europa y también en Kenya (por razones no asociadas con la pandemia, sino con la eventual pérdida de empleos por la robotización)”, planteó. 

“Algo de este estilo, por razones diferentes en cada país, se está haciendo a propósito de la pandemia en Canadá y Estados Unidos. Por cierto, ello involucra incremento del gasto público, pero esto no es indeseable en las actuales condiciones”, concluyó.   

CEPAL llama a los Estados a garantizar el derecho de las mujeres en el marco de la pandemia COVID-19

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) resaltó que es necesario diseñar e implementar políticas públicas integrales desde una perspectiva de género y de derechos para responder a la pandemia del COVID-19 en el corto, mediano y largo plazo.

Alicia Bárcena, máxima autoridad del organismo regional de las Naciones Unidas, participó este miércoles 8 de abril en la Reunión informativa entre las Ministras y altas autoridades de los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres de América Latina y el Caribe: La respuesta a la crisis de la pandemia COVID-19 desde la perspectiva de género, que se realizó de manera virtual bajo la organización de la CEPAL y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), y en la cual estuvieron presentes representantes de 29 países de la región: 14 de América Latina y 15 del Caribe. 

La actividad contó con la participación especial de María-Noel Vaeza, Directora Regional para las Américas y el Caribe de ONU-Mujeres, y Carolina Cuevas, Ministra de la Mujer y la Equidad de Género del Gobierno de Chile, en su calidad de Presidenta de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.

Los principales objetivos del encuentro fueron analizar los distintos escenarios económicos y sociales de la crisis actual y su impacto diferenciado en las mujeres en el corto, mediano y largo plazo; intercambiar información en torno a las principales iniciativas que los gobiernos de la región están llevando adelante, teniendo en especial consideración las necesidades de las mujeres y las desigualdades de género en el marco de la crisis actual; y promover iniciativas de cooperación regional, subregional y bilateral que permitan una respuesta coordinada a la crisis del coronavirus, incorporando lecciones aprendidas de la región y otras partes del mundo.

En su presentación ante las ministras y autoridades, Alicia Bárcena recalcó que la pandemia de la enfermedad por coronavirus ha puesto de relieve las desigualdades entre hombres y mujeres, pero también ha cristalizado la importancia de los cuidados para la sostenibilidad de la vida. “Es clave hoy reflexionar y actuar sobre la poca visibilidad que tienen los cuidados y las diversas actividades de las mujeres en las economías de la región. Urge pensar las respuestas a las necesidades de la población desde un enfoque de género”, enfatizó.

En la reunión de este miércoles, Alicia Bárcena invitó a las autoridades a pensar cómo las medidas que se están tomando en los Estados de la región afectan los nudos estructurales de la desigualdad de género planteados en la Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030: “Esto es, cómo lo que se planifique e implemente en este escenario de crisis no agudice aquellos fenómenos de desigualdad e injusticia que durante tanto tiempo trabajamos para revertir. Hemos avanzado muchísimo en acuerdos y compromisos que conforman nuestra Agenda Regional de Género y hace un par de meses los gobiernos adoptaron el Compromiso de Santiago (en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, realizada en enero), dando un importante paso más hacia el logro de la igualdad de género”, indicó.

En ese sentido, insistió en la importancia de asegurar la incorporación de la perspectiva de género en las políticas macroeconómicas, de protección social y de empleo, entre otras.

Según la CEPAL, los siete años de lento crecimiento económico que se han venido acumulando en América Latina y el Caribe, con tasas crecientes de pobreza, pobreza extrema y desigualdad, podrían afectar significativamente a las mujeres. Tal como advirtió el organismo hace pocos días, si los efectos del COVID-19 llevan a la pérdida de ingresos del 5% de la población económicamente activa, la pobreza podría aumentar 3,5 puntos porcentuales. Esto implicaría que 107 millones de mujeres en la región se encontrarían en situación de pobreza.

Además, las medidas de contención de la pandemia podrían tener efectos sobre el trabajo formal de las mujeres producto de su concentración en los sectores más afectados como servicios sociales, comercio al por mayor y al por menor, servicios empresariales y transporte, almacenamiento y comunicaciones. Estos cuatro sectores concentran el 78% de las mujeres ocupadas en la región. Por otro lado, las medidas de cuarentena y salud pública también tendrán un efecto adverso en las personas en el mercado informal y a las pequeñas empresas.

También, la cobertura limitada y desigual a los sistemas de salud afecta el acceso de las personas al cuidado y refuerza el trabajo no remunerado de las mujeres. De esta forma, las medidas de contención y cuarentena profundizan la crisis de los cuidados en la región: el 72,8% del total de personas ocupadas en el sector salud son mujeres, mientras que el trabajo doméstico remunerado representa el 11,4% de las mujeres ocupadas. En tanto, en el período previo a la crisis sanitaria, las mujeres destinaban un tercio de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Hoy con el cierre de las escuelas, el aislamiento social y el aumento de personas enfermas, la sobrecarga de trabajo no remunerado se intensifica.  

En otro ámbito, la situación de cuarentena o confinamiento conlleva serias amenazas a la seguridad de muchas mujeres y niñas que sufren violencia en sus hogares, advierte la CEPAL, ya que aumenta el tiempo que las mujeres están solas con sus abusadores y reduce las posibilidades de buscar ayuda: en los países de la región que cuentan con mediciones, al menos una de cada cuatro mujeres ha experimentado un episodio de violencia física o sexual infligida por su pareja. En tanto, en la mayoría de los países latinoamericanos, los perpetradores de feminicidios son las parejas o exparejas de las víctimas. En Ecuador, Uruguay y Perú, por ejemplo, este tipo de feminicidio supera el 85% del total de las muertes de mujeres en el país.

En su presentación, Alicia Bárcena enfatizó que la Estrategia de Montevideo contribuye a la incorporación de la perspectiva de género en las políticas para hacer frente al COVID-19 y sus consecuencias, ya que permite impulsar campañas de amplia difusión de los servicios disponibles para garantizar los derechos de las mujeres; promueve iniciativas de cooperación regional, subregional y bilateral; impulsa la disponibilidad de datos de los impactos sobre las personas y la economía, desagregados por sexo y de estudios prospectivos; fomenta la participación mediante plataformas virtuales para consultar con organizaciones de mujeres y feministas sobre las estrategias para enfrentar la pandemia; y amplía el espacio fiscal para movilizar recursos públicos suficientes para enfrentar el COVID-19 desde una perspectiva de género.

“Estamos frente a una crisis sin precedentes pero donde claramente el rol de los Estados y de organismos intergubernamentales será decisivo para coordinar acciones que nos lleven lo antes posible a la superación de la emergencia y a transitar hacia la recuperación económica y social, sin dejar a nadie atrás”, declaró Alicia Bárcena.

En el marco de la reunión, la CEPAL puso a disposición de los países un primer mapeo de las iniciativas anunciadas por los Ministerios y Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres para abordar las dimensiones de género, en las respuestas a la pandemia en los países de América Latina y el Caribe. Este mapeo se actualizará con los avances presentados en la reunión y se convertirá en un repositorio digital actualizado disponible para los países.

Además se dio a conocer el documento La pandemia del COVID-19 profundiza la crisis de los cuidados en América Latina y el Caribe que presenta la importancia de los cuidados para la sostenibilidad de la vida y la poca visibilidad que tiene este sector en las economías de la región, estudio que ha sido incorporado al  Observatorio sobre el COVID-19 en la región creado recientemente por la CEPAL, que agrupa información detallada sobre las políticas que se están tomando a nivel regional y mundial para enfrentar la pandemia de COVID-19, así como el análisis de los impactos económicos y sociales que éstas van a tener a nivel nacional y sectorial.

CEPAL pronostica profunda recesión en Latinoamérica por COVID-19

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas afirmó que la región no tiene otra opción estratégica que avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible a través de una mayor integración para mitigar los efectos de la pandemia del COVID-19 en la región, en un nuevo documento divulgado hoy en su sede central en Santiago de Chile.

El informe titulado América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales, fue dado a conocer en una conferencia de prensa virtual (vía video) por la Secretaria Ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena. El reporte aborda la coyuntura, los escenarios y las proyecciones hacia 2030 ante la presente crisis pandémica global, junto con recomendar acciones de política en diversos ámbitos para contrarrestar sus negativas consecuencias.

En el estudio la CEPAL señala que solo con un nuevo modelo de desarrollo la región evitará volver a transitar por los caminos que condujeron a una situación en la que los efectos de la pandemia del COVID-19 pueden no solo ser devastadores en el corto plazo, sino también deteriorar las condiciones de la recuperación y el desarrollo.

El informe expresa la urgencia de implementar en la región acciones inmediatas que permitan aplanar la curva de contagio por la enfermedad del coronavirus (COVID-19), sin aplanar la curva de la economía.

Asimismo, insta a los gobiernos de la región a tomar medidas urgentes para abordar la emergencia sanitaria, la emergencia social y la emergencia económica. En el largo plazo, llama también a los países a repensar sus estrategias de desarrollo, fortaleciendo la coordinación e integración subregional y regional para asegurar las cadenas de suministro de bienes críticos, promover una migración voluntaria, no forzada, aliviar la pobreza y fomentar la reducción de la desigualdad, y fortalecer el comercio intrarregional y las cadenas de producción, entre otras medidas.

“El mundo se encuentra ante una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en el último siglo en un contexto económico ya adverso. A diferencia de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar. Una situación de economía de guerra es demasiado importante para dejarla al mercado. Los Estados están asumiendo un papel central para suprimir el virus y los riesgos que afectarán a la economía y la cohesión social”, afirmó Alicia Bárcena.

La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL agregó que en esta coyuntura la cooperación internacional juega un rol fundamental. “La salida de la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país, por lo tanto, dadas las asimetrías entre los países desarrollados y en desarrollo, el papel de la ONU, el FMI y el Banco Mundial será esencial para garantizar el acceso al financiamiento y sostener el gasto social y la actividad económica con medidas innovadoras”, indicó.

Precisó que, para apoyar el seguimiento y monitoreo de avances a mediano y largo plazo, la CEPAL ha puesto en marcha el Observatorio COVID-19, un esfuerzo coordinado por la CEPAL con el apoyo de los coordinadores residentes de las Naciones Unidas, que presentará información actualizada sobre los anuncios de política de cada país y otros materiales de interés. El Observatorio contiene información sobre movimientos dentro y entre los países, salud, trabajo, economía y escolaridad.

El estudio indica que América Latina y el Caribe enfrenta la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo. Antes de la llegada del COVID-19, la CEPAL preveía que la región crecería un máximo del 1,3% en 2020. Sin embargo, los efectos de la crisis han llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos -1,8%, aunque no se puede descartar que se llegue a contracciones de entre -3% y -4%, o incluso más. El impacto económico final dependerá de las medidas que se tomen a nivel nacional, regional y global, advierte la Comisión.

Según el informe, la crisis del COVID-19 tendrá efectos económicos directos en los sistemas de salud y las tasas de mortalidad, y efectos indirectos, que se materializarán por el lado de la oferta y la demanda en la economía.

Entre los efectos directos se cuenta el impacto en los sistemas de salud de la región, cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar los problemas generados por la pandemia. La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19. Por ello, fortalecer los sistemas de salud requiere mayor y mejor gasto público: los países de la región gastan en promedio el 2,2% del PIB en salud; por lo tanto, es necesario encontrar espacio fiscal para fortalecerlos.

Los efectos indirectos de la crisis desatada por la pandemia se están sintiendo en la región a través de cinco canales externos de transmisión, tal como lo señaló Alicia Bárcena hace pocos días[1]: 1) La disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales y sus efectos; 2) La caída de los precios de los productos primarios; 3) La interrupción de las cadenas globales de valor; 4) La menor demanda de servicios de turismo; y 5) La intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales.

De acuerdo con el estudio de la CEPAL, se prevé que el valor de las exportaciones de la región caerá por lo menos en 10,7% en 2020, debido a la disminución de los precios y a la contracción en la demanda agregada global. Además, dado que la propagación del virus ha acelerado el uso de internet y de las tecnologías digitales, este aumento puede exacerbar las desigualdades derivadas del distinto acceso a las mismas entre los países y entre los grupos de ingresos.

La integración regional es crucial para enfrentar la crisis, enfatiza el organismo de las Naciones Unidas. Los países de la región tienen capacidades productivas poco sofisticadas y fragmentadas a nivel regional, por lo que se requiere escalar las capacidades nacionales y regionales, principalmente en la producción y provisión de bienes de primera necesidad. Para ello es imperativo impulsar el comercio intrarregional, señala el informe.

En el área interna, las medidas de contención tendrán costos en la producción (hasta 67% del PIB regional) y el empleo (hasta el 64% del empleo formal). Asimismo, las medidas de prevención y contención profundizan la crisis de los cuidados en la región: en el período previo a la crisis sanitaria, las mujeres destinaban entre 22 y 42 horas semanales a actividades de trabajo doméstico y de cuidados. La presión sobre los sistemas de salud impactará significativamente a las mujeres, pues son el 72,8% del total de personas ocupadas en este sector.

“El mundo y la región enfrentan una recesión que va a tener efectos de corto y largo plazo. La pregunta es cómo minimizar sus costos y retomar el crecimiento. La magnitud dependerá, entre otros factores, de la contundencia de la respuesta económica, en la que la política fiscal tiene un papel fundamental”, enfatizó Alicia Bárcena.

De acuerdo con la CEPAL, para abordar la emergencia sanitaria es imperativo aplicar inmediatamente y de manera eficiente las medidas de contención sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), fortalecer los sistemas de salud y garantizar acceso universal a pruebas, medicamentos y curas. Para abordar la emergencia social son necesarias medidas de protección de los ingresos para los grupos más vulnerables, medidas de protección del empleo, como los subsidios de desempleo e ingreso básico de emergencia, y medidas de apoyo a las pequeñas y medias empresas (PYMES) y los trabajadores por cuenta propia.

En tanto, para abordar la emergencia económica se requieren acciones de política fiscal, de política monetaria y de cooperación internacional, explica el estudio. En materia fiscal, se deben reorganizar presupuestos para implementar paquetes de estímulo fiscal a fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía. En el área monetaria hay que procurar la estabilización de los tipos de cambio y preservar la solvencia y el funcionamiento del mercado bancario. Y para incentivar la cooperación internacional es necesario reconsiderar las políticas de préstamos concesionales y de graduación de los organismos internacionales. También facilitar los préstamos a bajo interés y postergar el servicio de deuda a los países en vías de desarrollo, incluidos los de renta media. 

En particular, el organismo de las Naciones Unidas llama a levantar las sanciones impuestas a Cuba y a Venezuela para permitir su acceso a alimentos, suministros médicos y pruebas de la COVID-19 y asistencia médica. “Es tiempo de solidaridad, no de exclusión”, indica el documento.

A largo plazo, la región deberá repensar sus estrategias de desarrollo para prevenir la severidad de futuros choques, enfatiza el informe. En este sentido, la CEPAL propone la creación de un fondo regional dedicado a las necesidades particulares de los países de ingresos medios para apoyar la recuperación social, económica y productiva. Asimismo, enfatiza la importancia de contar con un apoyo flexible de las organizaciones financieras multilaterales. Los países en desarrollo deben negociar colectivamente préstamos en condiciones favorables y servicios de la deuda y revisar las políticas de graduación para los países de ingresos medios, explica.

“La CEPAL ofrece un espacio intergubernamental para convocar a las partes interesadas de los sectores público y privado, la sociedad civil y la academia para desarrollar soluciones políticas a los impactos a largo plazo de la crisis y monitorear sus impactos”, declaró Alicia Bárcena.

El reporte también advierte que la crisis del COVID-19 pone en riesgo la integralidad de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos (ODS). En su análisis presenta ejercicios de simulación para 72 series estadísticas de los indicadores de los ODS. Según la Comisión, el 73% de los indicadores analizados muestra que hay problemas para lograr los ODS hacia el año 2030. En este sentido, la CEPAL enfatiza que evaluar los impactos de las políticas utilizadas para implementar la Agenda 2030 en los países de la región es crucial. De allí que, para apoyar el seguimiento y monitoreo de avances a mediano y largo plazo, el organismo ha desarrollado dos instrumentos concretos: el Portal de los ODS (SDG Gateway) y el Observatorio COVID-19, que estarán próximamente a disposición de la comunidad.

RECOMENDACIONES PARA EMPRENDEDORES EN CRISIS POR CORONAVIRUS

Se acaba de promulgar una ley de teletrabajo en nuestro país y una serie de medidas económicas para resguardar el flujo y la subsistencia de pymes y negocios desde el ejecutivo ya se dieron a conocer en medios de comunicación; pero ¿qué pasa en la realidad del día a día de los emprendedores?. Daniela Pesce, psicóloga de intervención en crisis, da algunas pistas para no desesperar.

CÓMO ADAPTAR LA NUEVA RUTINA AL NEGOCIO

Respecto de quienes puedan tomarse la cuarentena como una opción, según la profesional, es fundamental antes que cualquier orden de tareas, “considerar que éste es un periodo en el que se nos ha pedido un ajuste nunca antes visto. El cambio de rutina de esta envergadura, es en sí mismo un gran desafío, sobre todo cuando el estrés circundante, con tanta información y cifras alarmantes, interfiere con nuestra capacidad de organizarnos y tomar buenas decisiones. En este periodo de ajuste, es importante permitirse no ser perfecto. Hay muchas fórmulas y recomendaciones dando vueltas que orientan, pero es necesario ajustarla a nuestros estilos personales y organizacionales de funcionar, para que sean un aporte y no una fuente de estrés”. Para Daniela es imprescindible, además, resguardar el descanso y la desconexión real de trabajo incluidas las preocupaciones: “Date permiso para recuperarte, es la mejor inversión de tiempo que puedes hacer en estas circunstancias”.

Para lograr esto, el autocuidado debe incluir el comer balanceado, la actividad física y dormir bien o propiciar la instancia para el buen descanso.

DISMINUIR LA ANSIEDAD PARA ENFOCAR METAS EN UN NUEVO ESCENARIO

La ansiedad, la preocupación y el miedo ante una situación incierta es lo esperable. Si no estuvieran presentes en algún grado, sería anormal. En este sentido, “la mejor fórmula es la descompresión, es decir, conversar, compartir con un otro de confianza lo que nos agobia” aconseja Pesce, pero además en relación al emprendimiento indica que “el establecer alianzas o conversaciones con otras organizaciones parecidas o complementarias a la nuestra, cuyas estrategias de supervivencia puedan ser replicadas. puede ser una solución estratégica y saludable al mismo tiempo. Esta aproximación a la competencia puede ser una gran desafio, pero también nos abre ventanas hacia interesantes alianzas y emprendimientos a futuro”.

¿ES LA CRISIS UNA OPORTUNIDAD PARA MI NEGOCIO?

Hay decisiones técnicas de supervivencia de la empresa y la calculadora es una herramienta indispensable, “pero más allá de la viabilidad del proyecto, es clave entender que el éxito o supervivencia del emprendimiento en esta situación extraordinariamente difícil, no compromete mis capacidades como emprendedor, ni impide el éxito en el futuro con otros proyectos” reflexiona la experta. 

Desmarcar la contingencia de las capacidades individuales debe ser una de las principales herramientas para enfrentar esta crisis, pues “se puede instalar una suerte de inseguridad en los propios recursos emprendedores y eso es lo que debemos evitar” concluye Daniela Pesce.

Plataforma se posiciona como el Netflix del Fitness

Con más de cuatro años en el mercado, Fitco se ha convertido en una exitosa empresa que provee de software y app de gestión, retención y ventas para centros fitness en toda América Latina. Dentro de su línea de acción, presentó hace unos meses, una plataforma de entrenamiento llamada “Butiq Live”, la que debido a la emergencia sanitaria por el Covid-19 se ha vuelto una increíble alternativa para que los gimnasios puedan continuar entregando su servicio a todos sus clientes. 

La plataforma, también conocida como el Netflix para realizar ejercicio en línea, permite que los centros fitness partners puedan fidelizar a sus usuarios, así como también mantener el nivel de sus clases, aun cuando las personas no puedan desplazarse. Si bien Butiq Live” fue pensada para las ocasiones en que los   clientes  no   podían   llegar  a   las   clases,   por   vacaciones   o   por   tener  otro compromiso a la misma hora, está se ha transformado durante esta coyuntura en un servicio   primordial   para   los   gimnasios,   ya   que   les   permite   tener   sus   clases digitalizadas para seguir atendiendo los requerimientos de sus usuarios. 

En este momento, en “Butiq Live” se pueden encontrar clases de cardio, functional, box, baile, barre, yoga, entre otros, de los mejores gimnasios de Latinoamérica. Para colaborar en esta contingencia de salud y dar a conocer esta plataforma en el país, es que Fitco a través de “Butiq Live” ofrece una membresía gratis por un mes; de forma que quienes se encuentren en cuarentena puedan mantenerse activos mientras se levantan las medidas sanitarias. Para acceder a este beneficio se debe utilizar el código ENCASACONBUTIQ al momento de registrarse.

https://vimeo.com/340741602

Butiq Live, cumple un rol de “market place” donde se pueden encontrar las clases más premium de los mejores centros fitness de LATAM, sin embargo Fitco, ante la coyuntura, ha desarrollado un nuevo feature para su software y app donde es posible  que los centros fitness suban su propio contenido de clases “on demand” y grabadas  para   que   tanto   profesores,   como   dueños   de gimnasios no pierdan la oportunidad de mantener su negocio activo. Asimismo, esta nueva funcionalidad a la cual le han llamado “Fitco Live” es una solución integral para los centros deportivos que quieran   posicionar   su   marca,   mejorar   la   calidad   de   experiencia   y   brindarles mayores beneficios a sus usuarios durante esta cuarentena, y a futuro. 

FitCo opera en toda Latinoamérica, con oficinas en Ciudad de México y Lima. En Chile, este startup tiene el 15% de su cartera y se ha desarrollado bajo el alero de Devlabs, oficina de capital de riesgo con presencia en toda América que invierte en empresas de software para la agricultura, energía y tecnología, entre otras.

OMS señala que casos de COVID-19 a nivel mundial superan los 500.000

El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló esta mañana que a nivel mundial se tienen registrados los trágicos números de más de medio millón de casos confirmados de COVID-19, incluyendo más de 20.000 muertes.

“Todavía faltan al menos 18 meses para tener una vacuna contra el coronavirus”, dijo el titular de la OMS en una conferencia de prensa, en la que señaló que mientras ese momento llegue “es urgente tener tratamientos para salvar la vida de los pacientes”, aunque tomando en cuenta la precaución que ha hecho.

Actualmente desde la OMS están trabajando con urgencia para aumentar masivamente la producción y la capacidad de pruebas en todo el mundo para detectar coronavirus.

Tedros indicó además que existen cientos de miles de supervivientes a nivel mundial en medio de la pandemia.

 

Secretario General de las Naciones Unidas llama a un alto al fuego mundial

El Secretario General de las Naciones Unidas pidió “poner en encierro” a los conflictos armados, suspenderlos y centrarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas: el coronavirus.

El jefe ha lanzado este mensaje para recordar la precaria situación de las poblaciones más vulnerables en los países en guerra, ya que se enfrentan a recursos sanitarios escasos y a una falta de medios y auxilio en la lucha contra esta pandemia.

Mensaje

Nuestro mundo se enfrenta a un enemigo común: el COVID-19.

Este virus no entiende de nacionalidad ni de etnia, facción o fe. Ataca a todos, sin tregua.

Mientras tanto, los conflictos armados continúan en todo el mundo.

Los más vulnerables — las mujeres y los niños, las personas con discapacidad, las personas marginadas y desplazadas — pagan el precio más elevado.

También son quienes tienen un mayor riesgo de sufrir devastadoras pérdidas por el COVID-19.

No olvidemos que en los países devastados por la guerra ha habido un colapso de los sistemas de salud..

Los profesionales de la salud, ya escasos, han sido con frecuencia atacados.

Los refugiados y otras personas desplazadas por conflictos violentos son doblemente vulnerables.

La agresividad del virus ilustra la locura de la guerra.

Necesitamos poner fin al mal de la guerra y luchar contra la enfermedad que está devastando nuestro mundo

Por eso, hoy pido un alto al fuego mundial inmediato en todos los rincones del mundo.

Es hora de “poner en encierro” los conflictos armados, suspenderlos y centrarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas.

A las partes beligerantes les digo:

Cesen las hostilidades.

Dejen de lado la desconfianza y la animosidad.

Silencien las armas; detengan la artillería; pongan fin a los ataques aéreos.

Es crucial que lo hagan …

Para ayudar a crear corredores a fin de que pueda llegar la ayuda vital.

Para abrir oportunidades de valor incalculable para la diplomacia.

Para llevar esperanza a los lugares más vulnerables al COVID-19.

Inspirémonos en las coaliciones y el diálogo que poco a poco van tomando forma entre las partes rivales para permitir nuevas formas de hacer frente al COVID-19. Pero no solo eso; necesitamos mucho más.

Necesitamos poner fin al mal de la guerra y luchar contra la enfermedad que está devastando nuestro mundo.

Y esto empieza poniendo fin a los enfrentamientos en todas partes. Ahora.

Eso es lo que la familia que somos la humanidad necesita, ahora más que nunca.

COVID-19 tendrá graves efectos sobre la economía mundial e impactará a A. Latina y el Caribe

La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, advirtió hoy que la pandemia del Coronavirus (COVID-19) tendrá efectos devastadores sobre la economía mundial, seguramente más intensos y distintos que los sufridos durante la crisis financiera global de 2008-2009, y que los países latinoamericanos y caribeños no estarán ajenos a ellos, ya que serán impactados a través de varios canales.

La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó este jueves 19 de marzo en una teleconferencia del Diálogo Interamericano sobre el Coronavirus y sus consecuencias para las economías de América Latina y el Caribe, moderada por Michael Shifter, Presidente de la institución con sede en Washington, y que incluyó también a Santiago Levy, economista senior de la Brookings Institution

Según Alicia Bárcena, la crisis del COVID-19 pasará a la historia como una de las peores que el mundo ha vivido. Explicó que la enfermedad pone en riesgo un bien público global esencial, la salud humana, e impactará a una ya debilitada economía mundial y la afectará tanto por el lado de la oferta como de la demanda, ya sea a través de la interrupción de las cadenas de producción -que golpeará severamente al comercio mundial- como a través de la pérdida de ingresos y de ganancias debido a un alza del desempleo y mayores dificultades para cumplir con las obligaciones de deuda.

“América Latina y el Caribe, así como otras regiones emergentes, se verá afectada negativamente”, declaró la máxima autoridad de la CEPAL. Recordó que la región creció a una tasa estimada de apenas 0,1% en 2019, y que los últimos pronósticos de la Comisión realizados en diciembre pasado preveían un crecimiento de 1,3% para 2020. Sin embargo, “las proyecciones han sido revisadas a la baja significativamente en el actual escenario”, señaló.

Modelo de virus 3D

Explicó que en estos momentos CEPAL estima una contracción de -1,8% del producto interno bruto regional, lo que podría llevar a que el desempleo en la región suba en diez puntos porcentuales. Esto llevaría a que, de un total de 620 millones de habitantes, el número de pobres en la región suba de 185 a 220 millones de personas; en tanto que las personas en pobreza extrema podrían aumentar de 67,4 a 90 millones.

Bárcena precisó que el Coronavirus afectará a la región a través de cinco canales. Un primer canal de transmisión de esta crisis es el efecto de la disminución de la actividad económica de varios de los principales socios comerciales en las exportaciones de bienes de los países de la región. China, por ejemplo, es un destino importante para las exportaciones de varias economías latinoamericanas, siendo el principal socio comercial en los casos de Chile, Perú y Brasil. CEPAL estima que las exportaciones de la región a ese destino podrían caer hasta 10,7% en valor.

Un segundo canal proviene de la caída en la demanda de servicios de turismo, que impactaría más severamente a los países del Caribe. Se calcula que si la prohibición de viajes a causa del virus se prolonga por uno, dos, o tres meses, la actividad turística en el Caribe, por ejemplo, en 2020 se contraería en 8%, 17% y 25%, respectivamente.

Bárcena agregó que un tercer canal de transmisión se daría a través de la interrupción de las cadenas globales de valor. Esto afectaría principalmente a México y Brasil, países que importan partes y bienes intermedios desde China para sus sectores manufactureros (en especial en los casos de repuestos para automóviles, electrodomésticos, productos electrónicos y farmacéuticos).

Un cuarto canal que afectaría a la región de América Latina y el Caribe está en la caída de los precios de los productos básicos (commodities), sobre todo para los países exportadores de materias primas en América del Sur. En tanto, un quinto canal de transmisión se deriva de la mayor aversión al riesgo de los inversionistas y el empeoramiento de las condiciones financieras globales, explicó. “Parte de estos efectos ya se aprecia en la fuerte disminución de los índices bursátiles en la región”, indicó Bárcena.

Durante la teleconferencia, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL se refirió también a las medidas que ya están tomando los gobiernos de la región para tratar de contrarrestar los negativos efectos económicos de la pandemia. Estas van desde las acciones sanitarias para reducir y prevenir los contagios, hasta las medidas de contención social que buscan proteger a los grupos más vulnerables.

También los gobiernos están tomando medidas económicas, fiscales y monetarias, que implican aumentar el gasto social, bajar las tasas de interés, intervenir los mercados de tipo de cambio, suspensión de cobros de créditos bancarios, provisión de líneas de crédito para el pago de los salarios de las compañías, congelamiento del recargo por no pago en los servicios de agua, y acciones para evitar el desabastecimiento de bienes básicos, entre otras.

Alicia Bárcena recalcó además la importancia de proteger de la crisis a los grupos más vulnerables, en especial los adultos mayores, los sectores de bajos ingresos y los más pobres. “El grado de desigualdad es también importante para evaluar hasta qué punto la crisis impactará en los grupos más vulnerables de la sociedad. Mientras más desigual sea un país, más llevarán estos grupos vulnerables el peso del impacto económico de la pandemia y menos recursos tendrán para combatirla. Atención especial debe darse a las mujeres por su doble rol de trabajadoras y cuidadoras”, dijo.

Finalmente, la máxima autoridad de la CEPAL hizo un llamado a la coordinación y cooperación global y regional para enfrentar el COVID-19. “Ningún país podrá combatir esta pandemia sin la cooperación global y regional. Al final del día, lo que realmente necesitamos considerar es qué pasará con el multilateralismo. Debe haber más integración. Definitivamente debemos movernos hacia una mayor coordinación y la prioridad de las políticas debe ser cómo abordar la actual crisis social y de salud”, enfatizó.

“Esta pandemia tiene el potencial de rearmar la globalización geopolítica, pero es también una oportunidad para recordar los beneficios de la acción multilateral. Esto es lo que, por ejemplo, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, está tratando de hacer: ver cómo la coordinación de políticas puede ir en apoyo de los países en desarrollo, ya que las asimetrías entre las naciones desarrolladas y en desarrollo se notarán cada vez más claramente. Ya lo hemos visto con todo el movimiento de descontento social contra estos modelos de globalización que no están respondiendo a las expectativas de la gente”, declaró.

“Necesitamos repensar todo, la economía completa. Necesitamos una nueva visión para enfocarnos en cómo sobrellevar este escenario tan difícil que tenemos por delante”, enfatizó Bárcena.