La Comic Con de Los Ángeles 2025 ya tiene su primera gran polémica antes de abrir sus puertas. El nombre de Stan Lee, la leyenda de Marvel fallecida en 2018, vuelve a estar en boca de todos, esta vez no por una reedición de sus cómics ni por un cameo póstumo, sino por una recreación digital que promete dividir a los fans. Proto Hologram, en alianza con HyperReal y Kartoon Studios, desarrolló un holograma del creador de Spider-Man, Hulk y Iron Man que no solo podrá fotografiarse con los asistentes, sino también conversar con ellos durante tres minutos, a cambio de entre 5 y 20 dólares según la anticipación de la compra.

La experiencia se ha bautizado como Stan Lee Experience, un híbrido entre homenaje y experimento tecnológico que busca medir hasta qué punto los seguidores aceptan la presencia de un ídolo que en realidad ya no está. El holograma no será solo una atracción para selfies: también tendrá apariciones sorpresivas dentro de la convención e incluso podría llegar a moderar paneles de alto nivel. La idea de ver al “Padrino del cómic” caminando por un evento del presente, aunque sea en forma digital, marca un nuevo capítulo en la relación entre cultura pop y tecnología.

El fenómeno, sin embargo, despierta dudas sobre los límites de la memoria y el marketing. José Huichaman, ilustrador y académico de la Usach, expresó que “es una recreación que me responde lo que tal vez, basado en miles y miles de datos, me habría respondido Stan Lee… Creo que hay una especie de valoración, pero también de banalización de lo que es la existencia misma”. Para él, la posibilidad de hablar con alguien que murió rompe con el sentido mismo de la vida y la muerte, y plantea la pregunta de si estamos dispuestos a pagar por sentir la ilusión de un reencuentro.

El debate también se ha trasladado al plano de la ingeniería y la ética tecnológica. John Kern, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Usach, explicó que esta tecnología “permite justamente, a través de una gran base de datos, recrear a la persona viva o fallecida de una manera virtual”. Se trata de una combinación de software —basado en algoritmos de entrenamiento, gemelos digitales y detección de emociones— y de hardware, que consiste en cabinas equipadas con parlantes y micrófonos capaces de decodificar la voz en tiempo real para simular interacciones humanas. “No es que se pueda revivir a la persona, al menos con la tecnología que hay ahora… sí se puede recrear con bastante cercanía a la realidad”, enfatizó Kern.

La frontera que separa el homenaje del espectáculo comercial se difumina en un contexto donde la inteligencia artificial avanza a una velocidad difícil de procesar. Para Huichaman, lo preocupante es que “estamos en una sociedad que lo que hace es dejarnos la menor cantidad de tiempo posible para pensarnos la realidad”. Y en ese vértigo, figuras como Stan Lee —convertido en marca, más que en persona— terminan siendo un producto de consumo tanto o más atractivo que los propios héroes que creó.

La Comic Con, que se extenderá entre el 26 y el 28 de septiembre, será el laboratorio donde este experimento se enfrente a la prueba del público. Lo que para algunos será un homenaje emocionante, para otros podría transformarse en la muestra más radical de cómo la cultura pop, la nostalgia y la inteligencia artificial pueden cruzar líneas invisibles. Si la imagen de Stan Lee vuelve a llenar titulares, será por su capacidad de seguir estando presente, incluso cuando la vida ya no lo acompaña.