En el marco del 182° aniversario de la Universidad de Chile, se realizó la tradicional entrega de la Medalla Rectoral a los más recientes galardonados con el Premio Nacional que han estudiado o trabajado en la institución. Este año, los homenajeados fueron Ricardo Baeza-Yates, José Zagal, Elvira Hernández y Valentín Trujillo, quienes participaron en la ceremonia realizada en la Casa Central. Destacó la intervención de Trujillo, quien, a sus 91 años, sorprendió al público con dos interpretaciones en el piano del Salón de Honor.

El destacado pianista y compositor, uno de los tres únicos artistas de música popular en recibir el Premio Nacional de Artes Musicales, recordó la importancia de este género, señalando que su alcance es mucho mayor que el de la música docta. Para él, figuras como Margot Loyola y Vicente Bianchi lograron conectar con el público de una manera única, algo que considera fundamental en la música.

Trujillo relató cómo desde niño sintió una inclinación natural por la música popular, iniciando su formación en el Conservatorio Nacional de Música a los siete años y tocando en radios a los nueve. Su amor por el género se consolidó al ver el impacto que tenía en las personas, permitiéndole llegar a un público amplio, muchas veces alejado de la música clásica.

Sobre el escaso reconocimiento a la música popular en Chile, señaló que persisten prejuicios que impiden valorarla como se merece. Considera que, al igual que en cualquier otro género, hay obras magistrales y otras que no trascienden, pero enfatiza que la cultura popular sigue siendo una expresión artística valiosa. En este sentido, mencionó a músicos que, a su juicio, no han recibido el reconocimiento adecuado, como Francisco Flores del Campo y Violeta Parra, para quienes propuso la creación de homenajes póstumos.

En cuanto a la música actual, mencionó su admiración por artistas como Los Tres y Natalino, con quienes ha trabajado, y destacó su colaboración con Princesa Alba en una grabación comercial. Aunque no toda la música joven le llega de la misma manera, recordó que en su época también hubo detractores de géneros como el mambo, que incluso llegaron a ser prohibidos por la Iglesia.

Sobre sus próximos proyectos, Trujillo bromeó con su edad, señalando que su único plan es seguir vivo, pero aseguró que, de existir un espacio más allá donde la música continúe, estará listo para seguir tocando.