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Los “hermanos riñones” que conquistaron TikTok

En TikTok, donde los trends van y vienen al ritmo de los algoritmos, un video protagonizado por dos personajes disfrazados de riñones rompió la barrera del simple entretenimiento. Con humor y ternura, los llamados “hermanos riñones” lograron explicar de manera directa por qué beber agua no es solo un acto reflejo de sed, sino una necesidad vital para mantener el equilibrio del cuerpo. El clip, que muestra a ambos órganos intentando compensarse hasta colapsar por deshidratación, deja una moraleja clara y urgente: sin agua, el cuerpo no puede sostenerse.

El impacto fue inmediato. En cuestión de días, miles de usuarios y usuarias comentaron que habían cambiado su relación con el agua. Algunos reemplazaron las bebidas azucaradas por botellas reutilizables, otros instalaron recordatorios para hidratarse a lo largo del día. Lo que comenzó como una pieza lúdica terminó generando un cambio conductual real en un público joven que suele informarse y educarse a través de las redes. En tiempos de infoxicación, donde la desinformación circula con la misma velocidad que los memes, este tipo de contenido se vuelve un puente entre el conocimiento científico y el lenguaje cotidiano.

La nutricionista Daniela González, académica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, valora este tipo de iniciativas digitales: “Ilustran la importancia de algunos hábitos”, señala, aunque también advierte que “a veces se corre el riesgo de decir cualquier cosa detrás de un personaje sin evidencia científica”. Su llamado es claro: el humor y la pedagogía pueden coexistir, pero deben hacerlo con responsabilidad. La línea que separa el dato útil de la pseudociencia es delgada, especialmente en plataformas donde lo viral pesa más que lo verificado.

Desde el punto de vista médico, González aclara que la recomendación general es consumir alrededor de dos litros de agua al día —unos ocho vasos—, aunque la cifra no es una fórmula rígida. “Dependerá de las circunstancias de cada persona. Si realiza actividad física intensa, vive en un clima seco o tiene una dieta alta en proteína y fibra, probablemente necesitará más agua. Lo mismo si presenta fiebre, vómitos o diarrea, porque el cuerpo pierde líquido más rápido”, explica. En resumen, no hay un número mágico: el cuerpo avisa, y hay que aprender a escucharlo.

Entre las señales que indican falta de agua, la especialista menciona la sed, la boca seca, la reducción de la orina o su color oscuro. “Algunas veces se puede sentir cansancio, debilidad o dolores de cabeza, porque la falta de agua reduce el rendimiento físico y mental”, agrega. Son signos simples pero decisivos que, como muestran los “hermanos riñones”, pueden pasar desapercibidos hasta que el organismo empieza a resentirse.

Más allá de la moda del “agua challenge”, los expertos recuerdan que este líquido no solo hidrata, sino que es el motor de la vida. Cerca del 65% de nuestro peso corporal es agua, y cada célula depende de ella para funcionar. “Tiene un rol súper importante en la regulación de la temperatura corporal, a través del sudor. También actúa como lubricante de las articulaciones, protege órganos y tejidos sensibles, y mantiene la estructura de las células”, detalla González. No beber agua puede llegar incluso a ser incompatible con la vida, advierte, porque el agua participa en todos los procesos vitales, desde la eliminación de toxinas hasta la protección de los órganos internos.

El viral de los “hermanos riñones” no solo entretuvo: recordó, entre risas y drama, una verdad que a menudo olvidamos. En una era saturada de información y estímulos, a veces basta una historia simple, dos trajes de felpa y un mensaje honesto para que millones recuerden lo esencial. Beber agua no es una moda. Es supervivencia.

TikTok redefine el concepto de buscar en la era digital

Durante años, abrir Google fue el primer paso para resolver cualquier duda. Hoy, para millones de jóvenes, ese lugar lo ocupa TikTok. Según el informe 2025 de Metricool, la plataforma no solo acumula más de mil millones de usuarios activos mensuales, sino que también ha registrado un aumento del 71% en el tiempo de visualización y del 70% en el alcance de sus publicaciones, superando ampliamente a los reels de Instagram en visualizaciones promedio (24.098 frente a 13.084).

Pero la tendencia no se explica solo con números. TikTok está transformando la forma en que buscamos información. La Generación Z no quiere resultados jerarquizados por SEO, sino respuestas auténticas, visuales y cercanas, producidas por personas que se perciben como pares. Una receta viral grabada en la cocina de un usuario, un consejo de viaje contado desde una calle desconocida o una noticia desmenuzada con humor y emoción resultan más atractivos que un artículo impersonal.

En esta red se consulta de todo: desde dónde comer en una ciudad hasta tips de estudio, salud mental o moda. Como destaca Ariel Jeria, gerente general de Rompecabeza Digital, el algoritmo de TikTok no entrega una lista de enlaces, sino una experiencia personalizada y casi curada, que convierte a la plataforma en un buscador emocional y directo. Sin embargo, esta inmediatez tiene su contraparte: la veracidad de la información no siempre está garantizada. La viralidad puede priorizar el impacto sobre la precisión, abriendo espacio para la desinformación, el clickbait o los sesgos.

El gran desafío, entonces, no es solo producir contenido atractivo, sino formar audiencias jóvenes capaces de cuestionarlo y contrastarlo. Para medios, empresas y educadores, la lección es clara: entender el lenguaje del video corto y la voz auténtica ya no es opcional. TikTok no es únicamente un canal de entretenimiento; es una nueva puerta de entrada al conocimiento, donde buscar significa también identificarse, emocionarse y compartir.

Lo que TikTok no te dice sobre maquillaje en niñas

En TikTok, miles de niñas y adolescentes replican rutinas de belleza virales que acumulan millones de visualizaciones, donde aplicar múltiples productos en la cara parece ser el nuevo estándar. Un estudio de la Universidad Northwestern reveló que niñas entre 7 y 13 años están usando en promedio seis productos cosméticos por sesión, llegando incluso a doce en los casos más extremos. La preocupación médica no tardó en llegar. Rodrigo Loubies, dermatólogo y académico de la Universidad de Santiago, advierte que el uso indiscriminado de cosméticos a edades tan tempranas puede tener consecuencias físicas importantes, especialmente en pieles sensibles o atópicas, condición que afecta a cerca del 20% de la población chilena.

Aunque al principio las molestias pueden ser leves; tirantez, sequedad o descamación, el uso continuado de productos inadecuados puede desencadenar dermatitis, inflamaciones, irritaciones o incluso alergias que dejan secuelas como manchas oscuras o claras en la piel. En casos más extremos, aunque poco frecuentes, se han reportado angioedemas, hinchazones faciales que pueden comprometer los ojos y vías respiratorias, con riesgo incluso de shock anafiláctico. La recomendación del especialista es clara: aplicar los productos de forma gradual, uno por uno, para detectar posibles reacciones adversas a tiempo. Y si hay síntomas persistentes o fuertes enrojecimientos, la consulta médica se vuelve urgente.

Para quienes han experimentado los primeros signos de irritación, suspender el uso del maquillaje y recurrir a una hidratación adecuada suele ser suficiente para revertir el daño. Sin embargo, muchas adolescentes ignoran estas señales y continúan aplicando productos que no siempre están indicados para su tipo de piel. Por eso, Loubies insiste en que el primer paso a la hora de comprar maquillaje debe ser conocer bien el tipo de piel que se tiene; seca, grasa, mixta o sensible, y elegir productos acordes, evitando fórmulas con fragancias fuertes o demasiados colorantes, que pueden ser altamente irritantes.

Otro punto crítico es la regulación. Todos los cosméticos comercializados en Chile deben estar debidamente autorizados por las entidades sanitarias competentes. Pero con la popularidad de productos importados desde redes sociales o tiendas informales, muchas veces sin registro ni control, ese filtro básico de seguridad queda completamente al margen. En una era donde el skincare se ha convertido en moda entre preadolescentes, el verdadero cuidado de la piel parece haber quedado fuera de tendencia.