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Cómo enfrentar la acidez sin arruinar las celebraciones patrias

En Chile, septiembre siempre llega cargado de asados, empanadas, anticuchos, terremotos y fondas interminables. Las Fiestas Patrias son un momento de identidad y encuentro, pero también una prueba de fuego para el estómago. La acidez, ese ardor incómodo en la boca del estómago que puede arruinar la celebración, se vuelve tan común como la cueca o el volantín. Millones de personas lo sufren y, según especialistas, muchas veces la automedicación es la primera reacción frente al malestar.

El profesor Mario Rivera Meza, académico del Departamento de Química Farmacológica y Toxicológica de la Universidad de Chile, lo explica sin rodeos: “En general, son sustancias que uno les llama bases. Estas sustancias básicas al combinarse con el ácido se neutralizan entre ellas y con eso se calma y disminuye esa sensación de ardor”. Con esto se refiere a los antiácidos, medicamentos de venta libre que lideran la estrategia contra la acidez durante los días de celebraciones.

Estos antiácidos suelen estar compuestos por sales de magnesio y aluminio, y se comercializan principalmente en tabletas masticables o para tragar con agua. Su función es rápida y concreta: neutralizar el exceso de ácido en el estómago. Algunos formatos incluyen alginato, una sustancia que aumenta la densidad del moco gástrico, ayudando a proteger los tejidos del estómago y el esófago de la irritación. Otros suman simeticona, un compuesto que reduce la flatulencia y los gases intestinales, una ayuda no menor tras varias horas de chicha y choripanes.

Las versiones líquidas de estos medicamentos son otro recurso común, ya que actúan de manera más rápida, aunque requieren agitarse antes de usarse. En el imaginario popular chileno, la sal de fruta también ocupa un lugar protagonista. Este preparado combina bicarbonato de sodio y ácido cítrico: el primero neutraliza el ácido, mientras el segundo genera las clásicas burbujas que hacen más refrescante su consumo. “Se recomienda colocar el agua primero y después poner la sal de fruta, porque si no se sube. La sal de fruta tiene algunas contraindicaciones porque tiene alto contenido de sodio”, advierte Rivera, recalcando que quienes sufren de hipertensión arterial deben consumirla con especial cuidado.

El especialista también apunta a un factor clave: los antiácidos no deben convertirse en un hábito constante. Funcionan para episodios puntuales, pero en casos de molestias crónicas lo indicado es acudir a un médico, ya que existen medicamentos más específicos para problemas como úlceras, que solo se adquieren con receta. Además, los antiácidos pueden alterar la absorción de otros fármacos, un riesgo muchas veces ignorado en la automedicación. Pese a esto, se consideran seguros incluso durante el embarazo, lo que los convierte en una opción versátil para muchas personas.

En tiempos donde la sobremesa y los brindis parecen no tener fin, hablar de acidez estomacal es casi tan realista como hablar de cuecas improvisadas. La recomendación es clara: moderar el consumo, escuchar al cuerpo y, en caso de dudas, consultar a un químico farmacéutico. Porque más allá del folclor y la fiesta, cuidar la salud digestiva es también parte de celebrar con responsabilidad.

Cómo enfrentar el cambio de hora y minimizar sus consecuencias

Este domingo, gran parte de Chile adelantará sus relojes para dar inicio al horario de verano. A las 23:59 horas deberán ajustarse a la 01:00 del domingo, en una medida que se aplica en casi todo el país, salvo en la Región de Magallanes, la Antártica Chilena y Aysén. Aunque esta práctica lleva años implementándose, sigue generando debate por su impacto en la salud, particularmente en el sueño.

El neurólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Gabriel Abudinén, explica que este tipo de modificaciones desregula nuestro sistema interno de tiempo. “Biológicamente hablando nosotros también tenemos un reloj, es un reloj biológico que está en el centro de nuestro cerebro que se llama núcleo supraquiasmático y que ordena nuestras transiciones para el despertar y para el dormir para que funcione perfectamente y no despertemos con fatiga y no nos cueste conciliar mucho el sueño”, señala.

Según Abudinén, esta alteración puede generar insomnio y sensación de fatiga prolongada. Algo que complementa el neurólogo Pablo Salinas, también académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quien detalla que el problema radica en que “cambia el esquema de sincronización que hay con el consenso social que tenemos respecto al concepto tiempo, hora, con los ciclos de luz y oscuridad que tiene el medio ambiente, que son por la rotación del planeta”. Para Salinas, la adaptación a este cambio puede tomar entre tres y cuatro días, tiempo en el que el cuerpo se ajusta a la nueva relación entre la hora oficial y los ciclos naturales de luz.

No todos los especialistas, sin embargo, apoyan esta medida. Margarita Bórquez, académica del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, plantea que lo más recomendable sería eliminar definitivamente el cambio de hora. “La primera recomendación sería no cambiar el horario en lo absoluto. Eso posibilitaría tener luz más temprano en la mañana, coincidente con el horario de despertar y, por tanto, favoreciendo una sincronización circadiana del ambiente con nuestro reloj interno (endógeno)”, argumenta.

En paralelo, Bórquez entrega una serie de consejos para enfrentar el ajuste horario y mitigar sus efectos. Destaca la importancia de mantener horarios regulares de sueño, alimentación y ejercicio, evitar el consumo excesivo de cafeína, reducir el uso de pantallas antes de dormir y procurar ambientes adecuados para el descanso, con temperaturas que oscilen entre los 18 y 21 grados. Además, recomienda adelantar gradualmente los horarios de acostarse en los días previos al cambio, para suavizar el impacto en el organismo.

Más allá de las diferencias en la opinión académica, el cambio al horario de verano sigue siendo una medida que, año tras año, abre la discusión entre sus posibles beneficios energéticos y los costos que implica para la salud de las personas.

Crean exoesqueleto robótico para la rehabilitación motora post accidente cerebro vascular

Un exoesqueleto, por definición, es una estructura en forma de esqueleto externo que recubre, protege y soporta el cuerpo de un ser vivo. El doctor kinesiólogo Pablo Burgos, académico de los Departamentos de Neurociencias y Kinesiología de la Facultad de Medicina, explicó que: “un exoesqueleto, al ser una estructura que va por fuera del esqueleto natural, no forma parte de los mamíferos, pero sí de los insectos”.

De acuerdo a esta premisa, es que el profesor Burgos, junto con un diverso equipo de trabajo de académicos del ICBM e ingenieros externos, desarrollaron un exoesqueleto robótico que sigue la siguiente lógica: “Lo que nosotros hacemos es usar el concepto de exoesqueleto, y complementar el esqueleto natural del ser humano que bien sabemos va por dentro con piezas que van por fuera, con el propósito de movilizar de forma específica las articulaciones de la extremidad superior”, destacó el doctor Pablo Burgos.

Lo particular de este FONDEF es que, de acuerdo a lo descrito por el doctor Burgos, este pseudo-robot está siendo motorizado de forma distinta a otros similares: “Los exoesqueletos comunes suelen mover cada articulación con un motor particular, es decir, cada eje de movimiento posee un motor. En cambio, lo que nosotros estamos haciendo con el nuestro, se llama “robótica basada en tendones”, que en el fondo es que, tú enganchas el segmento final del brazo con una cuerda, y esa cuerda lleva un motor. Entonces, esa cuerda sube y baja, quitándole peso a la persona, además de permitir bloquear el resto de segmentos, excluyendo aquel en el cual se quiera trabajar”, explicó.

Usualmente, “cuando uno ve un robot en la televisión, lo que hacen estas máquinas es ocupar exoesqueletos, con piezas rígidas por fuera, que movilizan articulaciones con el propósito de que la gente se mueva por completo”, señaló el doctor Pablo Burgos.

Pero, a diferencia de lo anterior, “con este proyecto estamos haciendo justamente lo contrario. Nosotros ponemos las piezas de este robot, que va por fuera de la extremidad superior brazo y mano, con el objetivo de que la gente no se mueva por completo, sino que mueva un segmento a la vez”, explicó.Por ejemplo, en el caso de la articulación del hombro, “existen tres posibilidades: separar, avanzar o rotar. Lo que hacemos, mediante nuestro exoesqueleto robótico, es restringir estas tres opciones a una sola, que es la que queremos trabajar en específico”. Por lo que, “si queremos trabajar la rotación del hombro, liberamos solo ese movimiento para que la persona se enfoque únicamente en ello, y no dejamos que la persona avance ni se separe, para que así pueda entrenar selectivamente. Así se hace con cada articulación del brazo”, recalcó el profesor.

Los participantes del FONDEF son pacientes que provienen del Hospital Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH), del Hospital San José y del Hospital del Salvador, y que, posterior a un ACV, presentaron problemas de movilidad en la extremidad superior, con un predictor de la recuperación positivo de contracción mínima palpable.

Estos pacientes comienzan con la terapia de grados de libertad entre la primera y segunda semana posterior al accidente cerebro vascular, y realizan el entrenamiento de forma constante durante un mes.

El profesor Pablo Burgos comentó que, al recibir a un paciente que haya sufrido un ACV, primeramente “lo evaluamos en función de que no todos los pacientes son iguales. Algunos usuarios van a tener, por ejemplo, afectados solo los dedos, y no el codo ni el hombro. Entonces, bajo la premisa de nuestra investigación, esa persona recibe entrenamiento intenso únicamente de los movimientos que tiene afectados, no del brazo completo”, respondió.

Esto último implica tomar otra deriva a la del tratamiento convencional que se utiliza en la actualidad: “Hoy en día, el paradigma de que hay que entrenar la tarea completa en su conjunto alcanzar una manzana, peinarse, tomar una taza de té está tan arraigada, que sacar esa idea de la comunidad científica es sumamente difícil, porque lo que nosotros estamos haciendo ahora, lo perciben como un retroceso”.

La terapia convencional apunta a restaurar las tareas funcionales cotidianas utilizando la extremidad superior en su conjunto. Pero “ahora, con más tecnología y evidencia, sabemos que el problema de ese tipo de enfoque es que el paciente compensa la ausencia de habilidades básicas que perdió por ACV con los movimientos que no se vieron afectados, y a largo plazo, esto es sumamente crítico”, enfatizó el profesor.Esta compensación se produce porque “cuando el cerebro compara entre la mano derecha y la izquierda, y ve que es muy difícil ocupar una de las dos, lo que hace es quedarse con una de las dos manos, y la otra la deja de usar, lo que es sumamente dramático”, afirmó.

Respecto de esto, el doctor afirmó que “hay pacientes que solo mueven la mano afectada durante las terapias. Mientras que, en la casa, lo que hace el cerebro de ese paciente, de manera espontánea, y dada la dificultad de controlar el segmento, es dejar de usar esa mano”.Lo anterior constituye “la peor de las posibilidades que pueden ocurrir dentro de los primeros 6 meses posterior al ACV, ya que esa es la etapa crítica en que el cerebro es capaz de recuperar la mano dañada con el tratamiento adecuado”, aseveró.

Para solucionar el tema, “lo que nosotros hacemos es dar un paso hacia atrás, y comenzar con lo básico para recuperar la funcionalidad desde su inicio, y ya después comenzar con la terapia basada en tareas cotidianas. Así, le damos una chance al cerebro para que, durante los primeros 6 meses posteriores al ACV, logre equilibrar la funcionalidad entre la extremidad superior izquierda y la derecha, y que así diga «ok, mi mano izquierda y derecha están funcionando más o menos parecido, así que mejor ocupo las dos»”, concluyó.

Actualmente, el exoesqueleto se encuentra en proceso de ser patentado por la Vicerrectoría de Investigación, mientras que el proyecto FONDEF está en la etapa de desarrollo del prototipo N.º 2, el cual tuvo la primera prueba de integración el pasado 23 de marzo, junto a los tres equipos de trabajo que componen el FONDEF: el equipo de mecánica del exoesqueleto; el grupo dedicado al desarrollo del videojuego; y el tercer equipo encargado del motor y sensores.