Los cultivos agrícolas enfrentan constantemente infecciones causadas por agentes fitopatógenos, los cuales pueden generar daños severos en las plantas y pérdidas económicas significativas. Entre las bacterias más perjudiciales se encuentra Pseudomonas syringae, responsable de afectar cultivos de kiwi, cerezos, ciruelos, tomates y frijoles, provocando importantes mermas en la producción.
Ante esta problemática, un equipo de investigación de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) ha desarrollado una innovadora solución biotecnológica para prevenir y controlar las infecciones causadas por este fitopatógeno. Se trata de una nueva composición bactericida basada en bacteriófagos, microorganismos capaces de atacar selectivamente a Pseudomonas syringae, ofreciendo una alternativa natural y efectiva para la agricultura.
Este avance ha sido liderado por el Dr. Antonio Castillo, académico de la Facultad de Química y Biología, en colaboración con un equipo multidisciplinario compuesto por el Dr. Luis Cottet, la Dra. Carla Trigo y los bioquímicos Javiera de los Ángeles Cayunao, Esteban Arenillas, Carol Castillo, Jacqueline Contreras y Camila Santos.
“El uso de bacteriófagos líticos ha demostrado ser una de las estrategias más eficaces para combatir este patógeno”, señala el Dr. Castillo. “A diferencia de los antibióticos y compuestos basados en cobre, que pueden generar resistencia en las bacterias, esta tecnología ofrece una solución sustentable y amigable con el medioambiente”.
El desarrollo de esta tecnología se alinea con la tendencia global de reducir el uso de sustancias químicas en la agricultura. El uso prolongado de antibióticos como la estreptomicina y compuestos de cobre ha llevado a la aparición de bacterias resistentes, reduciendo la efectividad de los tratamientos convencionales. “Nuestra solución basada en bacteriófagos permite proteger los cultivos sin generar resistencia bacteriana, ofreciendo una alternativa más segura y sostenible”, agrega el investigador.
El producto se aplica directamente sobre hojas, ramas, corteza y frutos, inhibiendo el crecimiento y la propagación de Pseudomonas syringae. Sus principales ventajas incluyen su inocuidad para el medioambiente y los seres humanos, así como su eficacia en la protección de cultivos durante las etapas de producción, cosecha y almacenamiento, contribuyendo a evitar pérdidas económicas para el sector agrícola.
Actualmente, esta tecnología desarrollada en la Usach se encuentra en proceso de solicitud de patente en Chile, con el respaldo de la Dirección de Gestión Tecnológica (DGT) de la Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Creación. Este avance representa un paso significativo hacia prácticas agrícolas más sostenibles y resilientes frente a las enfermedades de los cultivos.