El doctor Magne ha dedicado su línea de investigación a conocer este cosmos en miniatura compuesto por microorganismos no patógenos que viven en simbiosis y que condicionan nuestra fisiología, constituyendo una especie de interfaz entre el medioambiente y el cuerpo. “Hace una década se pensaba que los pulmones eran estériles, pero luego se identificó una microbiota ‘sana’ en el pulmón, que a pesar de la baja concentración de microorganismos, presenta una significativa diversidad de éstos”, explica.
En su primer Fondecyt Regular del año 2019, el doctor Magne describió la microbiota del pulmón y su rol en la regulación de la producción de moco, “que representa una de las primeras líneas de defensa. Sin embargo, su producción excesiva puede causar obstrucción pulmonar, lo que se observa en pacientes con patologías respiratorias como asma bronquial o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La idea de este primer proyecto era reconocer si la microbiota jugaba un papel en la producción de moco pudiendo ser, de esta forma, una terapia dirigida a estas enfermedades tanto para su prevención como para su tratamiento”.
Su actual investigación, “Implicación del microbioma pulmonar en los efectos nocivos combinados del humo del cigarrillo y de los microplásticos en la mucosa respiratoria” tiene como objetivo conocer cómo afectan estos contaminantes a los microorganismos residentes y, por ende, a la salud del pulmón.
“Sabemos que los contaminantes tienen un impacto sobre las enfermedades respiratorias, pero no se sabe mucho cuáles son los mecanismos que impactan en la salud del paciente. Si bien se observó alteración en la microbiota humana relacionada a los contaminantes o al humo del cigarrillo, nunca se estudió si la microbiota podía contribuir en los efectos de estos. Además, se conoce muy poco del impacto de los microplásticos sobre la salud, los cuales se han encontrado en varios órganos y, en particular, en el pulmón”, explica el doctor Magne.
A esto, agrega que, dado que se ha producido bastante investigación respecto a la presencia de microplásticos en el ambiente marino, “se ha observado que afecta la salud de los organismos que viven en los océanos induciendo inflamación. También, a nivel de microbiota, se mostró que estas partículas pueden inducir la colonización específica de algunos microorganismos por sobre otros, o inducir un estrés que cambie su metabolismo y que los lleve a producir otros metabolitos que podrían afectar negativamente sobre nuestra salud. Es decir, pueden tener un efecto directo produciendo una inflamación de las mucosas, o a través de cambios en el metabolismo de la microbiota. Incluso, los microplásticos podrían ser un vector de transmisión de bacterias patógenas, ya que algunas son capaces de colonizar este tipo de superficie”.
Usando modelo in vivo, esta investigación determinará el impacto del humo del cigarrillo y de los microplásticos sobre la microbiota pulmonar, en concentraciones similares a las que estamos expuestos. En modelo in vitro, en tanto, se realizará el cultivo de algunos microorganismos para analizar su relación con estos contaminantes.
¿Cómo evitar la exposición a microplásticos? El doctor Magne indica que la única forma es una solución global: disminuir el uso de plástico. “Demostrar con investigaciones que estos microplásticos no son componentes inertes al interior de nuestro organismo, por lo que hay que concientizar a la población de los riesgos que podrían significar en la salud”, finaliza.