La sombra de los plaguicidas prohibidos se cierne sobre la salud pública y el medioambiente de Chile, especialmente en la Región del Maule. Un llamado urgente a la acción resuena desde las voces de las profesoras María Teresa Muñoz y Gabriela Lankin, destacadas académicas de la Universidad de Chile, quienes han dedicado sus investigaciones a desenmascarar los peligros latentes de estas sustancias tóxicas.

Los estudios de la profesora Muñoz revelan niveles alarmantes de plaguicidas como el clorpirifós en la Región del Maule.Esta sustancia, prohibida en varios países, sigue presente en la agricultura chilena, poniendo en riesgo la salud de las personas, especialmente de niños y trabajadores agrícolas.

“El clorpirifós afecta los neurotransmisores, provocando síntomas depresivos y aumentando el riesgo de suicidio”, explica Muñoz. Además, se vincula a problemas neuroconductuales, genotoxicidad, cáncer y problemas reproductivos.

La exposición a plaguicidas en la infancia es particularmente preocupante. Los niños de 1 a 6 años, debido a
su desarrollo y hábitos alimenticios, son especialmente vulnerables a los efectos nocivos de estas sustancias.

“Los plaguicidas están presentes en el aire y en los alimentos que consumen los niños”, afirmó Muñoz. “Esto representa un grave peligro para su salud y desarrollo futuro”.

Las profesoras Muñoz y Lankin exigen una acción urgente por parte de las autoridades. Proponen medidas como:

  • Regulación más estricta y monitoreo riguroso del uso de plaguicidas.

  • Implementación de un monitoreo ambiental y biomonitoreo en poblaciones expuestas.

  • Mayor inversión en fiscalización por parte del SAG.

  • Educación para agricultores sobre prácticas más seguras.

  • Prohibición total del clorpirifós a partir de diciembre de 2024.

  • Revisión y fortalecimiento de las políticas sobre uso de plaguicidas en Chile.

Las expertas también abogan por un cambio hacia prácticas agrícolas sostenibles como la agroecología y el control biológico, reduciendo así la dependencia de químicos tóxicos.

“Es fundamental aplicar el principio precautorio y buscar soluciones efectivas basadas en el conocimiento local para proteger la salud y el medioambiente”, enfatizó la profesora Muñoz.