Las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump advirtiendo sobre los supuestos riesgos del paracetamol durante el embarazo y su vinculación con el autismo encendieron la polémica en redes y medios globales. Según Trump, las mujeres deberían limitar el uso de Tylenol a menos que fuese estrictamente necesario, asegurando que su consumo podría “estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo”. Sin embargo, especialistas y organismos científicos han salido rápidamente a desmentir estas afirmaciones, calificándolas de infundadas y peligrosas.

Leonel Rojo, toxicólogo y académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago, sostuvo que “los estudios epidemiológicos ni los basados en meta análisis permiten concluir la existencia de una relación entre el autismo y el paracetamol”. El especialista enfatizó que este medicamento “tiene buenas propiedades analgésicas, antipiréticas y es muy seguro”, y que las declaraciones de Trump deben tomarse “con bastante calma”. Rojo aclaró además que las investigaciones que han intentado vincular el analgésico con autismo consideraron dosis extremadamente altas, muy alejadas del consumo habitual en mujeres embarazadas.

En la misma línea, Pablo Salinas, neurólogo de la Clínica Universidad de Chile Quilín, destacó que “la evidencia científica ha desmentido categóricamente la asociación entre uso de paracetamol en el embarazo y la aparición de neurodivergencia en recién nacido”. Salinas advirtió sobre la irresponsabilidad de difundir afirmaciones de este tipo: “A mí manera de ver es una falta de respeto para las personas neurodivergentes y su familia, lo que habla claramente de la altura moral de las personas que dicen esas mentiras, sobre todo quienes son líderes de opinión”.

Organismos internacionales respaldan esta postura. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) afirmó que “no existe evidencia que vincule una exposición al paracetamol en el útero con el desarrollo de trastornos del desarrollo neurológico, como el autismo”. Steffen Thirstrup, director médico de la EMA, recalcó que el paracetamol “sigue siendo una opción importante para tratar el dolor o la fiebre en mujeres embarazadas” y que sus conclusiones se basan en “una evaluación rigurosa de los datos científicos disponibles”. De manera similar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió “prudencia antes de concluir que existe una relación causal” entre el paracetamol y el autismo.

La controversia se intensificó debido a que Trump mencionó que su equipo implementaría un sistema llamado “Gold Standard Science” para abordar el aumento de los casos de autismo en Estados Unidos, incluyendo la modificación de la etiqueta de seguridad del medicamento en ese país. Sin embargo, la comunidad científica coincide en que estas medidas carecen de sustento científico y podrían generar alarma innecesaria entre mujeres embarazadas que utilizan este fármaco de manera responsable.

Ante la confusión, los expertos coinciden en que el paracetamol sigue siendo un analgésico seguro y eficaz cuando se administra de acuerdo al peso y la condición fisiológica de la paciente. Rojo subraya que este medicamento representa una de las opciones más confiables para controlar fiebre y dolor durante la gestación, mientras que Salinas insiste en que “es absolutamente falso que haya una asociación entre paracetamol y autismo”. La recomendación general es mantener la calma, consultar siempre con un profesional de salud y no dejarse llevar por afirmaciones sin evidencia científica.