El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o amenazantes. En pequeñas dosis, puede ser beneficioso, pero cuando se prolonga en el tiempo o es excesivo, puede afectar la salud de manera crónica. Según Alfredo Parra, médico internista del Departamento Cardiovascular del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, el estrés constante puede generar problemas físicos y emocionales. Juan Yáñez, académico del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, añade que esta reacción es necesaria cuando enfrentamos eventos que superan nuestra capacidad de respuesta, pero si no se maneja adecuadamente, se acumula y se vuelve perjudicial.

Las causas del estrés varían según la persona, pero algunos factores comunes incluyen problemas laborales, dificultades económicas, conflictos familiares o de pareja, cambios significativos en la vida y el ritmo acelerado de las ciudades. Parra advierte que incluso pequeñas preocupaciones cotidianas pueden acumularse y afectar el bienestar. Para prevenir este impacto negativo, Yáñez recomienda evitar situaciones que entren en conflicto con nuestros valores y aprender a establecer límites en distintos ámbitos de la vida.

Cuando el estrés se acumula sin control, el cuerpo y la mente permanecen en un estado constante de tensión, lo que puede derivar en trastornos crónicos, depresión o enfermedades físicas, incluyendo problemas inmunológicos y dermatológicos. Para reducir sus efectos, los especialistas sugieren diversas técnicas que ayudan a relajar el cuerpo y la mente.

Entre las estrategias más efectivas se encuentran los ejercicios de respiración. Yáñez recomienda la relajación progresiva de Jacobson, basada en la respiración y la concentración. También destaca la importancia de hacer pausas en el día, mirar el horizonte y recordar momentos agradables para reducir la ansiedad. Parra, por su parte, sugiere la respiración diafragmática, que consiste en inhalar profundamente por la nariz, inflando el abdomen, retener el aire unos segundos y exhalarlo lentamente por la boca.

Además, otras actividades pueden contribuir al bienestar, como caminar al aire libre para despejar la mente, practicar ejercicio regularmente para mejorar la salud física y emocional, escuchar música para generar una sensación de calma y buscar momentos de distracción que permitan reducir la tensión. Todas estas acciones pueden ser clave para manejar el estrés y evitar sus consecuencias negativas en el organismo.