Greta Thunberg fue deportada a París luego de que su barco, parte de la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), fuera interceptado y desviado por fuerzas israelíes en aguas internacionales mientras intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza, desafiando el bloqueo naval impuesto por Israel. De los 12 tripulantes, algunos también fueron deportados, mientras que otros, como el brasileño Thiago Ávila y la eurodiputada Rima Hassan, permanecen detenidos y aislados en cárceles israelíes.
María Teresa Infante, académica experta en Derecho Internacional y jueza del Tribunal Internacional del Derecho del Mar, señala que, sin emitir juicio sobre este caso en particular, es legal que un bloqueo marítimo declarado permita acciones de interferencia más allá del mar territorial cuando se sospeche que un buque extranjero apoya la beligerancia en un territorio. Este bloqueo busca impedir el acceso a medios militares y mantener el esfuerzo bélico, pero debe respetar límites establecidos, como los fijados por el Comité Internacional de la Cruz Roja y el Manual de San Remo.
Infante explica que en conflictos armados se aplican normas del derecho internacional humanitario destinadas a regular las acciones posibles y proteger a la población civil, garantizando, por ejemplo, el acceso a suministros médicos. En casos anteriores, se han conformado comisiones de investigación para evaluar las medidas tomadas bajo el marco de un bloqueo. La experta añade que la legalidad de la intervención depende de hechos y derechos específicos relacionados con la belicosidad y subraya la importancia de las normas internacionales para analizar estos casos.
Respecto a las “aguas internacionales”, Infante las define como una zona de libertades regulada por el derecho del mar y el derecho internacional en general, aunque el ejercicio de esas libertades puede estar sujeto a restricciones en contextos de conflicto y bloqueos marítimos.