La megasequía que afecta a Chile, y principalmente a la zona central del país, se ha calificado como sin precedentes. Durante enero, la Dirección Meteorológica de Chile solo percibió 2 milímetros de agua en Santiago. En enero del 2021, registró 40 mm.

Este fenómeno se extiende a una serie de lagunas, ríos y lagos que se secaron, como los casos de Caburgua y Aculeo, entre otros. Y si bien en la zona sur ha llovido durante este verano, los expertos llaman a la cautela.

“Las relativamente buenas precipitaciones que se han registrado en el último mes en la zona centro sur son buenas noticias, pero dice muy poco respecto a cómo se presentará el invierno. Falta mucho tiempo para hacer proyecciones”, sostuvo Raúl Cordero, climatólogo y académico de la U. de Santiago.

Consultado por la duración del fenómeno de la Niña en el territorio, fue claro: “De acuerdo a la agencia norteamericana de la atmósfera y el océano, existe un 50 % de probabilidades de que el fenómeno de la niña remita durante el otoño. Si en efecto, la niña termina antes de nuestro invierno, mejoraría las posibilidades de tener precipitaciones en rangos en torno a lo normal. Esto porque la niña se asocia a bajas precipitaciones en la zona centro durante el invierno”.

También se refirió a la posibilidad de otro invierno hiperárido. “Otro invierno hiperárido tendría consecuencias devastadoras para la agricultura de la zona central y para los habitantes de zonas rurales. Pondría además presión extra a la provisión de agua de las grandes ciudades de la zona central. Sin embargo, es muy pronto para saber cómo se presentará el invierno 2022”.

“De todas formas, hay que tener claro que para la zona central de nuestro país el cambio climático significa cada vez más bajas precipitaciones. Esto significa que, aunque el 2022 no sea particularmente seco, Desafortunadamente no tendremos que esperar demasiado para ver otro año tan seco como el 2019 o el 2021”, cerró.