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OMS señala que casos de COVID-19 a nivel mundial superan los 500.000

El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló esta mañana que a nivel mundial se tienen registrados los trágicos números de más de medio millón de casos confirmados de COVID-19, incluyendo más de 20.000 muertes.

“Todavía faltan al menos 18 meses para tener una vacuna contra el coronavirus”, dijo el titular de la OMS en una conferencia de prensa, en la que señaló que mientras ese momento llegue “es urgente tener tratamientos para salvar la vida de los pacientes”, aunque tomando en cuenta la precaución que ha hecho.

Actualmente desde la OMS están trabajando con urgencia para aumentar masivamente la producción y la capacidad de pruebas en todo el mundo para detectar coronavirus.

Tedros indicó además que existen cientos de miles de supervivientes a nivel mundial en medio de la pandemia.

 

Secretario General de las Naciones Unidas llama a un alto al fuego mundial

El Secretario General de las Naciones Unidas pidió “poner en encierro” a los conflictos armados, suspenderlos y centrarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas: el coronavirus.

El jefe ha lanzado este mensaje para recordar la precaria situación de las poblaciones más vulnerables en los países en guerra, ya que se enfrentan a recursos sanitarios escasos y a una falta de medios y auxilio en la lucha contra esta pandemia.

Mensaje

Nuestro mundo se enfrenta a un enemigo común: el COVID-19.

Este virus no entiende de nacionalidad ni de etnia, facción o fe. Ataca a todos, sin tregua.

Mientras tanto, los conflictos armados continúan en todo el mundo.

Los más vulnerables — las mujeres y los niños, las personas con discapacidad, las personas marginadas y desplazadas — pagan el precio más elevado.

También son quienes tienen un mayor riesgo de sufrir devastadoras pérdidas por el COVID-19.

No olvidemos que en los países devastados por la guerra ha habido un colapso de los sistemas de salud..

Los profesionales de la salud, ya escasos, han sido con frecuencia atacados.

Los refugiados y otras personas desplazadas por conflictos violentos son doblemente vulnerables.

La agresividad del virus ilustra la locura de la guerra.

Necesitamos poner fin al mal de la guerra y luchar contra la enfermedad que está devastando nuestro mundo

Por eso, hoy pido un alto al fuego mundial inmediato en todos los rincones del mundo.

Es hora de “poner en encierro” los conflictos armados, suspenderlos y centrarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas.

A las partes beligerantes les digo:

Cesen las hostilidades.

Dejen de lado la desconfianza y la animosidad.

Silencien las armas; detengan la artillería; pongan fin a los ataques aéreos.

Es crucial que lo hagan …

Para ayudar a crear corredores a fin de que pueda llegar la ayuda vital.

Para abrir oportunidades de valor incalculable para la diplomacia.

Para llevar esperanza a los lugares más vulnerables al COVID-19.

Inspirémonos en las coaliciones y el diálogo que poco a poco van tomando forma entre las partes rivales para permitir nuevas formas de hacer frente al COVID-19. Pero no solo eso; necesitamos mucho más.

Necesitamos poner fin al mal de la guerra y luchar contra la enfermedad que está devastando nuestro mundo.

Y esto empieza poniendo fin a los enfrentamientos en todas partes. Ahora.

Eso es lo que la familia que somos la humanidad necesita, ahora más que nunca.

COVID-19 tendrá graves efectos sobre la economía mundial e impactará a A. Latina y el Caribe

La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, advirtió hoy que la pandemia del Coronavirus (COVID-19) tendrá efectos devastadores sobre la economía mundial, seguramente más intensos y distintos que los sufridos durante la crisis financiera global de 2008-2009, y que los países latinoamericanos y caribeños no estarán ajenos a ellos, ya que serán impactados a través de varios canales.

La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó este jueves 19 de marzo en una teleconferencia del Diálogo Interamericano sobre el Coronavirus y sus consecuencias para las economías de América Latina y el Caribe, moderada por Michael Shifter, Presidente de la institución con sede en Washington, y que incluyó también a Santiago Levy, economista senior de la Brookings Institution

Según Alicia Bárcena, la crisis del COVID-19 pasará a la historia como una de las peores que el mundo ha vivido. Explicó que la enfermedad pone en riesgo un bien público global esencial, la salud humana, e impactará a una ya debilitada economía mundial y la afectará tanto por el lado de la oferta como de la demanda, ya sea a través de la interrupción de las cadenas de producción -que golpeará severamente al comercio mundial- como a través de la pérdida de ingresos y de ganancias debido a un alza del desempleo y mayores dificultades para cumplir con las obligaciones de deuda.

“América Latina y el Caribe, así como otras regiones emergentes, se verá afectada negativamente”, declaró la máxima autoridad de la CEPAL. Recordó que la región creció a una tasa estimada de apenas 0,1% en 2019, y que los últimos pronósticos de la Comisión realizados en diciembre pasado preveían un crecimiento de 1,3% para 2020. Sin embargo, “las proyecciones han sido revisadas a la baja significativamente en el actual escenario”, señaló.

Modelo de virus 3D

Explicó que en estos momentos CEPAL estima una contracción de -1,8% del producto interno bruto regional, lo que podría llevar a que el desempleo en la región suba en diez puntos porcentuales. Esto llevaría a que, de un total de 620 millones de habitantes, el número de pobres en la región suba de 185 a 220 millones de personas; en tanto que las personas en pobreza extrema podrían aumentar de 67,4 a 90 millones.

Bárcena precisó que el Coronavirus afectará a la región a través de cinco canales. Un primer canal de transmisión de esta crisis es el efecto de la disminución de la actividad económica de varios de los principales socios comerciales en las exportaciones de bienes de los países de la región. China, por ejemplo, es un destino importante para las exportaciones de varias economías latinoamericanas, siendo el principal socio comercial en los casos de Chile, Perú y Brasil. CEPAL estima que las exportaciones de la región a ese destino podrían caer hasta 10,7% en valor.

Un segundo canal proviene de la caída en la demanda de servicios de turismo, que impactaría más severamente a los países del Caribe. Se calcula que si la prohibición de viajes a causa del virus se prolonga por uno, dos, o tres meses, la actividad turística en el Caribe, por ejemplo, en 2020 se contraería en 8%, 17% y 25%, respectivamente.

Bárcena agregó que un tercer canal de transmisión se daría a través de la interrupción de las cadenas globales de valor. Esto afectaría principalmente a México y Brasil, países que importan partes y bienes intermedios desde China para sus sectores manufactureros (en especial en los casos de repuestos para automóviles, electrodomésticos, productos electrónicos y farmacéuticos).

Un cuarto canal que afectaría a la región de América Latina y el Caribe está en la caída de los precios de los productos básicos (commodities), sobre todo para los países exportadores de materias primas en América del Sur. En tanto, un quinto canal de transmisión se deriva de la mayor aversión al riesgo de los inversionistas y el empeoramiento de las condiciones financieras globales, explicó. “Parte de estos efectos ya se aprecia en la fuerte disminución de los índices bursátiles en la región”, indicó Bárcena.

Durante la teleconferencia, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL se refirió también a las medidas que ya están tomando los gobiernos de la región para tratar de contrarrestar los negativos efectos económicos de la pandemia. Estas van desde las acciones sanitarias para reducir y prevenir los contagios, hasta las medidas de contención social que buscan proteger a los grupos más vulnerables.

También los gobiernos están tomando medidas económicas, fiscales y monetarias, que implican aumentar el gasto social, bajar las tasas de interés, intervenir los mercados de tipo de cambio, suspensión de cobros de créditos bancarios, provisión de líneas de crédito para el pago de los salarios de las compañías, congelamiento del recargo por no pago en los servicios de agua, y acciones para evitar el desabastecimiento de bienes básicos, entre otras.

Alicia Bárcena recalcó además la importancia de proteger de la crisis a los grupos más vulnerables, en especial los adultos mayores, los sectores de bajos ingresos y los más pobres. “El grado de desigualdad es también importante para evaluar hasta qué punto la crisis impactará en los grupos más vulnerables de la sociedad. Mientras más desigual sea un país, más llevarán estos grupos vulnerables el peso del impacto económico de la pandemia y menos recursos tendrán para combatirla. Atención especial debe darse a las mujeres por su doble rol de trabajadoras y cuidadoras”, dijo.

Finalmente, la máxima autoridad de la CEPAL hizo un llamado a la coordinación y cooperación global y regional para enfrentar el COVID-19. “Ningún país podrá combatir esta pandemia sin la cooperación global y regional. Al final del día, lo que realmente necesitamos considerar es qué pasará con el multilateralismo. Debe haber más integración. Definitivamente debemos movernos hacia una mayor coordinación y la prioridad de las políticas debe ser cómo abordar la actual crisis social y de salud”, enfatizó.

“Esta pandemia tiene el potencial de rearmar la globalización geopolítica, pero es también una oportunidad para recordar los beneficios de la acción multilateral. Esto es lo que, por ejemplo, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, está tratando de hacer: ver cómo la coordinación de políticas puede ir en apoyo de los países en desarrollo, ya que las asimetrías entre las naciones desarrolladas y en desarrollo se notarán cada vez más claramente. Ya lo hemos visto con todo el movimiento de descontento social contra estos modelos de globalización que no están respondiendo a las expectativas de la gente”, declaró.

“Necesitamos repensar todo, la economía completa. Necesitamos una nueva visión para enfocarnos en cómo sobrellevar este escenario tan difícil que tenemos por delante”, enfatizó Bárcena.

FAO alerta sobre el impacto del COVID19 en la alimentación escolar de América Latina y el Caribe

Entre las medidas que han tomado los Gobiernos de muchos países de América Latina y el Caribe ante la rápida expansión del coronavirus COVID19está el cierre de las escuelas y, por ende, la suspensión de los programas de alimentación escolar. Estos programas actualmente benefician a 85 millones de niñas y niños en América Latina y el Caribe. Para cerca de 10 millones, constituyen una de las principales fuentes de alimentación segura que reciben al día.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, la suspensión de los programas de alimentación supondrá un desafío para garantizar la seguridad alimentaria y el estado nutricional de muchos niños y niñas, especialmente de los grupos más vulnerables de la población.

“Asegurar una alimentación suficiente, diversa y nutritiva contribuye a fortalecer el sistema inmunológico de las personas e incrementa sus capacidades de enfrentar enfermedades”, explicó el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué.

La FAO llamó a los gobiernos a implementar medidas en favor de la población escolar cuyas familias tiene mayores dificultades para acceder a alimentos, para suplir el aporte nutricional que garantizaban los programas de alimentación escolar.

La FAO señaló que, para cualquier acción que los gobiernos emprendan, se deben considerar las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, para frenar la propagación del coronavirus COVID19.

“Los sistemas de protección social, por ejemplo, pueden jugar un papel clave para garantizar la alimentación de la población más vulnerables en las próximas semanas”, explicó Berdegué.

Opciones para garantizar la alimentación infantil

Las recomendaciones para minimizar el impacto del cierre de los programas de alimentación escolar sobre la seguridad alimentaria y nutrición deben ser decididas por cada país, tomando todas las precauciones para evitar la transmisión del virus COVID-19.

Algunas medidas posibles son:

  • Distribución de alimentos a las familias con mayor vulnerabilidad, estableciendo horarios de entrega en las escuelas, o a través de unidades móviles.
  • Incrementar la asignación económica de los programas de protección social (como los de transferencias de ingresos) en un monto correspondiente al costo de las raciones de alimentos entregadas por los programas de alimentación escolar.
  • Entrega de raciones de alimentos de emergencia a nivel de las comunidades y territorios más vulnerables en coordinación con organismos autorizados del Gobierno o la cooperación internacional.
  • Exoneración de impuestos a alimentos de primera necesidad para familias con hijos en edad escolar, especialmente para trabajadores de los sectores económicos más afectados.  
  • Entrega a domicilio de alimentos frescos, sí es posible de la agricultura local.
  • Redistribución de los alimentos de los programas de alimentación escolar mediante donaciones a entidades encargadas de dar asistencia alimentaria (como los bancos de alimentos, organizaciones sociales, no gubernamentales, iglesias) durante la fase de respuesta a la emergencia, bajo el seguimiento estricto de los protocolos de seguridad para evitar la propagación del virus.
  • Uso de instrumentos digitales (aplicaciones georreferenciadas), para la mejorar la comunicación sobre puntos de acceso a entregas de alimentos, horarios de distribución, y recomendaciones de buen uso de alimentos, y medidas para reducir el riesgo de propagación del COVID-19.

El establecimiento de mesas de alimentación y nutrición, en la que participen los sectores encargados de los programas de alimentación, puede permitir identificar otros grupos de alto riesgo de inseguridad alimentaria, como los adultos mayores que viven solos o están aislados por la situación actual, para tomar acciones oportunas para resguardar su nutrición.

Todas estas medidas necesitan de una amplia coordinación interinstitucional, bajo el liderazgo de las autoridades designadas en cada país, para enfrentar esta crisis