El equipo de investigadores expresó su entusiasmo por el hallazgo, señalando que este elasmosaurio, que vivió hace unos 70 millones de años, podría medir más de 7 metros. Otero indicó que las condiciones del fósil son prometedoras y podrían constituir una primicia en la diversidad fósil de Chile. “Está saliendo material bien preservado. Veamos qué nos revela la investigación en el laboratorio”.
Actualmente, la mayoría de las piezas fósiles están contenidas en bloques de concreción, y la próxima etapa será liberar estos restos bajo condiciones controladas. Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica y del Núcleo Milenio EVOTEM, comentó sobre la importancia de comparar estos hallazgos con otros especímenes de Sudamérica, Antártica, Australia y Nueva Zelandia.
Algarrobo ha sido un punto clave para el estudio del Cretácico Superior en Chile, con hallazgos de elasmosaurios, mosasaurios, tortugas, tiburones y peces óseos. Este descubrimiento, particularmente completo, se distingue de las dos especies de elasmosaurios descritas anteriormente en Chile: Aristonectes quiriquinensis y Wunyelfia maulensis.
Rodrigo Otero subrayó que “Algarrobo es el único yacimiento en el Pacífico sudamericano con rocas de 70 millones de años. Hallar un elasmosaurio relativamente completo aquí es prometedor, ya que podría ayudarnos a entender la evolución de los aristonectinos y sus parientes cercanos, que fueron abundantes antes de la gran extinción del Cretácico”. Además, destacó el compromiso del gobierno chileno en proteger esta zona, rica en tesoros paleontológicos y arqueológicos.
El profesor Vargas enfatizó la importancia del registro fósil chileno para el conocimiento evolutivo global. “Nuestro grupo ha descubierto muchas especies nuevas y grupos distintos a los conocidos, sugiriendo que Chile puede tener muchas sorpresas en su registro fósil”. Este trabajo ha permitido distinguir una subfamilia de elasmosaurios únicos de las regiones sureñas, contribuyendo significativamente a la paleontología mundial