El Demodex folliculorum, un ácaro microscópico que habita en los folículos pilosebáceos de nuestra piel, es un organismo común en el cuerpo humano. La mayoría de las personas albergan a estos ácaros de forma inofensiva, pero en ciertos casos su presencia puede provocar demodicosis, una afección cutánea que puede causar lesiones, infecciones e inflamaciones asimétricas en la piel.

El Demodex, que mide entre 250 y 300 micrómetros, es más pequeño que un grano de sal. Se alimenta principalmente de las glándulas sebáceas y se transmite por contacto directo. Las áreas más comunes en las que se encuentra son la nariz, las mejillas, la frente, la barbilla, las pestañas, las cejas, las orejas, el cuero cabelludo, el cuello y el pecho.

La demodicosis afecta al 90% de la población adulta general, siendo más frecuente en hombres de entre 25 y 35 años. Los principales grupos de riesgo incluyen personas con pieles grasas o aquellas que padecen rosácea, una condición que permite que el ácaro se multiplique hasta cinco veces más, desencadenando inflamación en la piel de la cara y los ojos. Además, las personas inmunodeprimidas, como las que viven con VIH o tienen defensas bajas, también están en mayor riesgo de sufrir de demodicosis.

Los síntomas de la demodicosis incluyen granitos rojos, pápulas y pústulas que se desarrollan de forma asimétrica en la piel, como explica la dermatóloga Karen Valenzuela del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

La dermatóloga Valenzuela recomienda una rutina diaria de limpieza facial, al menos dos veces al día, para eliminar el exceso de grasa que alimenta a los ácaros. Mantener la piel hidratada y protegida del sol también es crucial para prevenir la proliferación de Demodex.

En casos de demodicosis, los tratamientos más habituales incluyen cremas tópicas antiparasitarias con compuestos como la Ivermectina o Permetrina, así como productos para pieles sensibles. En casos más graves, se pueden recetar medicamentos orales. La dermatóloga Andrea Cortés enfatiza que estos tratamientos solo deben ser recetados por profesionales de la salud.

La automedicación es desaconsejada, especialmente con corticoides tópicos como Betametasona, Clobetasol o Hidrocortisona. La doctora Valenzuela advierte que el abuso de estos productos sin supervisión médica puede estropear la piel a largo plazo, y muchos pacientes llegan con cuadros muy inflamados debido a la automedicación.

En conclusión, aunque el Demodex es un ácaro presente en la mayoría de las personas, es importante mantener un cuidado preventivo de la piel y consultar a un dermatólogo en caso de sospecha de demodicosis.