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Diseña y desarrolla componentes de alta tecnología para el observatorio ALMA

“Un observatorio es como una nave espacial, es algo que está en la frontera máxima del conocimiento”, dice el profesor Ricardo Finger, académico del Departamento de Astronomía (DAS) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile. En este espacio, es el Laboratorio de Ondas Milimétricas, donde se diseña, construye y prueba la instrumentación para su posterior uso en radioastronomía, con un enfoque en actividades académicas y de investigación tecnológica. 

Entre estos instrumentos están dos componentes de alta tecnología ideados y desarrollados por un grupo heterogéneo de astrónomos, ingenieros, técnicos y estudiantes de la Universidad de Chile, para el mayor proyecto radioastronómico que existe en el mundo, ALMA, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array. Es un solo telescopio de diseño revolucionario, compuesto por 66 antenas de alta precisión ubicadas en el llano de Chajnantor, a 5000 metros de altitud en el norte de Chile.

Se trata de 80 lentes, uno para cada una de las 66 antenas más repuestos, y unas 30 antenas de bocina. Este hito científico tecnológico nacional ha sido posible gracias a la colaboración entre el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ, por sus iniciales en inglés) y la Universidad de Chile, alianza cuyo objetivo ha sido el diseño de tecnología de ondas milimétricas para ALMA. Los componentes están siendo integrados al telescopio con miras a que sean usados en observaciones desde marzo del 2024.  

“El principal salto fue creernos el cuento de decir ‘vamos a construir algo para un observatorio’, porque un observatorio es como una nave espacial, es algo que está en la frontera máxima del conocimiento, con presupuestos  millonarios y donde solo trabajan los mejores institutos del mundo y son construidos por las  mejores universidades del planeta. Entonces, literalmente poner un instrumento en un observatorio no es muy distinto a poner un instrumento en la Estación Espacial Internacional. Nadie se había atrevido antes”, dice el profesor Finger, quien es también investigador asociado del Centro CATA.

ALMA puede capturar ondas de radio en una alta resolución equivalente a una visión de 120000/20. Gracias a ALMA se ha podido profundizar la comprensión de numerosos fenómenos astronómicos. Para continuar en esta senda, el Director General del NAOJ es el profesor Saku Tsuneta, dice que la colaboración con Chile y su primera universidad, es esencial.  

“Planeamos el futuro en base a nuestros logros pasados y hemos tenido una muy buena colaboración con la Universidad de Chile para desarrollar este componente instrumental de última generación que ya está instalado en el telescopio en el Desierto de Atacama. Y basados en este camino exitoso, planeamos una futura cooperación en el área de tecnología y también la científica, nuestro plan concreto es enviar a los postdoctorados japoneses, jóvenes científicos a la U. de Chile para trabajar con los científicos chilenos y que usen el telescopio en conjunto. Así que veo un futuro brillante en la cooperación entre nosotros y los inversionistas con Chile”, dice el profesor Tsuneta.

El profesor Finger y el laboratorio de instrumentación astronómica – ubicado en Cerro Calán- que dirige, donde se desarrollan los componentes para los telescopios, están a cargo del desarrollo del sistema óptico del receptor de la banda 1 uno de ALMA. Cada banda es como un trocito del espectro electromagnético y uno lo puede imaginar como un color, como cuando el prisma divide la luz blanca, uno puede imaginar que cada banda es un color distinto del arcoíris. O como en las radios FM antiguas, cuando uno movía una perilla y se movía una agujita en el dial y uno iba sintonizando distintas emisoras.

“Alma llegó a Chile con cuatro bandas y es un telescopio que tiene 66 antenas, cada antena tiene 10 bandas de recepción, donde uno selecciona distintas frecuencias para observar distintos fenómenos. Lo primero que hicimos fue un prototipo de la banda 1 para demostrar las capacidades de Chile como un proveedor de componentes de alta tecnología para observatorios. Chile nunca había participado en un observatorio con tecnología, hasta esta experiencia, sólo éramos usuarios. Los observatorios venían completamente en paquete desde Europa o Estados Unidos y Chile no tenía ninguna contribución del tipo tecnológica”, explica Finger. 

Por su parte, el profesor Ricardo Muñoz, Director del Departamento de Astronomía, destaca la fructífera relación con Japón. “Nuestra relación con el NAOJ se remonta al año 94, en esa época empezó a trabajar Leonardo Bronfman con su contraparte japonesa para buscar sitios para ALMA. Posterior a eso, ya a principio de los 2000 surgió la posibilidad de implementar en el Observatorio Calán la instrumentación astronómica, que en general en Chile por décadas hemos sido súper buenos haciendo investigación astronómica ocupando los telescopios pero nosotros no construimos telescopios ni instrumentos para ellos. Este trabajo tuvo que ver con construir una componente especial para Alma”. El profesor agrega que “el tema es que finalmente lo que hemos construido para NAOJ ha competido y le ha ganado a lentes europeos y  norteamericanos”. 

Un trabajo largo de adquirir los conocimientos, las capacidades y equipar el laboratorio, entre otros. Años en los que el laboratorio cuenta con el apoyo fundamental del Centro Astrofísica y Tecnología Afines, CATA, Centro que ha hecho un aporte crítico en el financiamiento y  desarrollo del mismo. “Cuando este prototipo estuvo listo, se publican los resultados, se mostraron los datos, y todo este proceso nos acercó a la comunidad de la instrumentación astronómica, a los que hacen telescopios y eso nos valió una invitación a mostrar esencialmente nuestras capacidades al consorcio que construiría la banda 1 de Alma. Y ahí ingresamos al consorcio, mostramos las capacidades y finalmente fuimos aceptados como uno más de los institutos que iban a construir la banda 1 de Alma y en particular se nos otorgó a nosotros la responsabilidad de diseñar y construir el sistema óptico”, dice el profesor Finger.

El sistema óptico son los dos primeros componentes que el receptor tiene, si es que venimos desde el cielo, por decirlo de una manera, si uno viene bajando del cielo, primero se encuentra con la antena y después de encontrarse con la antena que concentra la radiación en un punto, lo próximo que viene es un lente en el caso de la  banda 1 y después viene una segunda antena pequeña que está insertada dentro del telescopio y que está enfriada a 250 grados bajo cero, que se llama antena de bocina. Y esta antena de bocina en conjunto con el lente son el sistema óptico del detector.
“El  lente no es transparente, el lente es blanco, hecho de un plástico que se llama polietileno de alta densidad, porque es un lente que no está hecho para ver luz, lo que hace es colimar la radiación de microondas, esta radiación de ondas milimétricas de microondas. Entonces es un lente de radio, por ponerlo de una forma”, dice el profesor Finger.

“El  lente no es transparente, el lente es blanco, hecho de un plástico que se llama polietileno de alta densidad, porque es un lente que no está hecho para ver luz, lo que hace es colimar la radiación de microondas, esta radiación de ondas milimétricas de microondas. Entonces es un lente de radio, por ponerlo de una forma”, dice el académico Finger del Departamento de Astronomía. 

En tanto, el profesor Leonardo Bronfman, académico del Departamento de Astronomía (DAS) y también miembro del CATA, relata el complejo proceso que significa llegar a este nivel de ciencia. “Fueron años de trabajo porque cuando uno construye un instrumento, lo prueba y si tiene detalles, tiene que volver a simularlo y volver a reconstruir arreglando esos detalles. Entonces es una prueba-error continua hasta tener un equipo o un instrumento que cumpla las especificaciones de ALMA, que son muy estrictas”.. 

El profesor Bronfman agrega que “ha sido muy bueno, estamos muy contentos, primero porque demostramos que somos una institución confiable en términos de producir equipamiento de alta tecnología, porque son pocos los lugares en el mundo donde se confeccionan este tipo de instrumentos, los puedes contar con los dedos de una mano. Entonces, además de eso, nos permite acceder a nuevos tipos de colaboración con otras  entidades pues las diferentes instituciones del planeta confían en lo que estamos haciendo”. 

Innovadora planta logra reutilización del 100% del agua tratada

Tras poco más de un año de funcionamiento, la planta de tratamiento de aguas ubicada en el sector de Vado de Morillo, de la comuna de Río Hurtado, registra un excelente resultado, pues el 100% del agua tratada se reutiliza en áreas verdes y huertos de los vecinos y vecinas, y junto con ello se registra un bajo costo operacional, que no supera los $4.500 mensuales por vecinos.

Para llegar a este momento, investigadores de la Universidad Católica del Norte (UCN) adaptaron la tecnología industrial japonesa denominada Intelligent Pass, para ser utilizada en el tratamiento de aguas servidas de viviendas de un sector rural, y así contribuir a la reutilización del agua y la reducción de emisiones de contaminantes al medio ambiente.

La tecnología es económica, fácil de operar, posee un bajo consumo energético apoyado con el uso de energía fotovoltaica, y por sus buenos resultados se proyecta como una solución para reutilizar las aguas residuales, especialmente en localidades rurales.

El funcionamiento de la planta ha sido monitoreado constantemente y hace unos días los expertos japoneses creadores de la tecnología, Satoru Taguchi y Uki Nagahisa, visitaron la planta para revisar los detalles de la instalación, el funcionamiento y los resultados obtenidos.

Tras la visita, Saturo Toguchi dijo sentirse muy contento porque la planta funciona muy bien, con la mantención que siempre hacen. Además, planteó su emoción porque el agua tratada se reutiliza regando, lo que ha permitido contar con un paisaje verde. 

En tanto Joel Barraza Soto, académico del Departamento de Acuicultura de la UCN e investigador a cargo del proyecto resaltó que “la planta está funcionando tal como fue proyectada, se está recuperando el 100% del agua del alcantarillado del sector de Vado de Morillo, y el 100% del agua tratada se está devolviendo a la comunidad para que rieguen sus áreas verdes”. 

Junto con ello, el investigador destacó que la planta es operada por una vecina de la localidad, lo que da cuenta de que se trata de un sistema simple. 

Para Joel Barraza la planta es un ejemplo de gestión del recurso hídrico, es decir, se trabaja en descontaminar el agua y en la reutilización de los recursos hídricos, bien altamente escaso y cada vez valioso, y recalcó que son las personas más humildes, alejadas de las zonas urbanas, las que sufren más con la falta del vital elemento, por lo que “al disponer de esta tecnología se le está estamos retribuyendo el esfuerzo que hacen y están contando con este recursos tan valioso y reutilizado por ellos”, dijo.

Tras los excelentes resultados de la planta de tratamiento, la alcaldesa de la comuna de Río Hurtado, Carmen Juana Olivares, resaltó lo importante que ha sido para la comuna contar con esta planta, siendo la primera región del país en tener la tecnología japonesa, que entrega una solución a los habitantes de la comuna. 

Por ello informó que cuentan con un proyecto financiado y aprobado por el Concejo Municipal de Río Hurtado para seguir creando plantas con esta tecnología en la comuna, “esperamos tener a lo menos 5 más, y poder dar una solución integral a las familias, ya sea en el manejo de las aguas servidas y también en la reutilización de agua para regadío. Es lo que más se requiere por la escasez hídrica tan intensa que estamos viviendo, el poder tener esta solución integral”, dijo la alcaldesa.

Tras la visita de los expertos japoneses, la alcaldesa resaltó que la supervisión que realizaron “indica que estamos funcionando bien, que la planta ha sido bien instalada y, por supuesto, eso nos da mucha más seguridad para seguir avanzando en este lineamiento que he dado en la Municipalidad de Río Hurtado de que las nuevas plantas deben ser de tecnología japonesa”.

Cabe señalar que, en otra línea de trabajo, los investigadores de la UCN trabajan en la instalación de esta tecnología en el sector acuícola, por medio del proyecto denominado “Reducción de lodos de acuicultura a partir de escalamiento de nueva tecnología basada en depuración de RILes”, el que es financiado por Fondef IT20I0095, de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).