En un proceso de posiciones divididas se encuentra el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11). Desde la Cámara Alta señalaron que ya cuentan con los votos necesarios para aprobar este acuerdo, lo que genera discrepancias en el oficialismo.

“Cabe preguntarse si es un tratado que realmente fortalece los cimientos económicos de nuestro país o los destruye. Y en efecto, cada vez que se ha producido un proceso de liberalización comercial nuestro país lo ha pagado caro, con la industria y producción nacional fuertemente impactada producto de las reducciones de aranceles y también de la instauración de otros mecanismos de subordinación de los intereses nacionales a las trasnacionales”, sostuvo Marcela Vera, economista y académica de la Usach.

Para la especialista, es fundamental evaluar los efectos o impactos económicos a la hora de aprobar este tratado. “En ese sentido, hay un informe de gobiernos anteriores que plantea que va a generar un crecimiento mínimo respecto al tipo de instauración que se va a hacer en el nivel jurídico para nuestro país. Aumentará sólo un 0,1% si se aprueba, es decir, ni siquiera un 1% del PIB aumentaría. Eso es categórico. Además, hay países que tienen fuerte presencia en determinados mercados que pueden afectar a nuestro país, como el mercado de la leche, agrícola o sector de la minería; los que se verán fuertemente golpeados”.

La académica de la Facultad de Administración y Economía de la Usach explicó que hay un eje muy importante y que es innovador respecto a los tratados de libre comercio que hemos tenido anteriormente. “Consiste en la aplicación de un tipo de resolución de conflicto a través de tribunales extranjeros, es decir, cuando una empresa vea que sus intereses se vean afectados, va a poder llevar a tribunales extranjeros para que ellos decidan si es o no atingente aplicar una multa al Estado y estos tribunales han fallado en el 70% de los casos contra el Estado”.

“El bajo crecimiento económico que generaría, la destrucción de ciertos sectores del mercado y la imposición que hace a los Estados, presenta al TPP11 como una pésima oportunidad para nuestro país y nos subordina a escala global a los intereses de las transnacionales”, concluyó la economista.