Esta semana, el Ministerio de Salud anunció que el uso de la mascarilla no será obligatorio en lugares abiertos, bajo ciertas condiciones. Ello, en un contexto en que los confinamientos por la pandemia parecen haber quedado atrás y los establecimientos educacionales implementan el retorno a la presencialidad.   

Para el académico del Departamento de Física de la Usach, Patricio Pérez, la situación actual hace prever que la contaminación este año será peor que en 2020 o 2021. “Si nos referimos a Santiago, con la ciudad en plena actividad, un parque automotriz en aumento y con escasez de lluvia, es bastante probable que tengamos niveles en aumento”, explica.

Por eso, la académica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, Viviana Aguirre, prevé que las enfermedades respiratorias y cardiacas pueden ir en aumento durante este período de Gestión de Episodios Críticos (GEC), que se extiende desde el 1 de mayo hasta el 31 de agosto.

“Las enfermedades a las que puede exponerse la población con índices de contaminación elevados son varias, pero, básicamente, las más principales son las respiratorias en general: más frecuencia de neumonía o crisis de asma”, sostiene. “Al respirar partículas contaminadas, nuestra vía aérea se inflama, se irrita, y eso predispone a que entren gérmenes”, explica.

“Otra de las enfermedades que aumenta cuando hay alzas en la contaminación son las enfermedades cardiovasculares. Es cierto que no aumentan el mismo día, pero sí una o dos semanas después de producidos altos índices de contaminación”, agrega la pediatra broncopulmonar.

¿Qué hacer, entonces, para aminorar estos riesgos? Aguirre plantea algunas recomendaciones. “Cuando la gente esté en su casa, que trate de ventilar temprano, en la mañana, pero, posteriormente, cerrar ventanas e impedir que el aire contaminado entre en forma fácil a nuestro hogar”, afirma.

También, aconseja, en lo posible, evitar actividades que aumenten la frecuencia respiratoria. “Al subir el número de veces que uno respira por minuto, circula más aire por los pulmones. Al estar contaminado el aire, ingresan más partículas de contaminación a nuestro organismo”, indica.

Finalmente, el doctor Pérez entrega recomendaciones para que las personas se involucren en la descontaminación de la ciudad. “La población debe mantenerse informada y contribuir, preocupándose de la mantención de sus vehículos, usando menos el auto particular y evitar el uso de combustibles más contaminantes, como la leña y el carbón”, sugiere.

“Para que cada persona se sienta responsable de contribuir a la descontaminación, es fundamental que la autoridad nos mantenga permanentemente informados de las alertas y preemergencias que se pronostican y ocurren, recordando los nocivos efectos del material particulado”, concluye el doctor en física.