Los académicos de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Raúl Berríos y de la Manchester Metropolitan University, Dr. Thomas J. Hostler, estudiaron a hinchas de la selección inglesa mientras se desarrollaba la Copa del Mundo Rusia 2018. El resultado determinó que las personas que experimentaron emociones encontradas -una combinación de dos emociones de valencia opuesta, durante el juego, fueron capaces de realizar predicciones más acertadas de lo que sería el resultado del próximo partido.

El Dr. Berríos detalló que previo a cada uno de los 5 partidos que jugó Inglaterra en el Mundial de Rusia 2018, les consultaron a las 80 voluntarios/as cómo se sentían respecto al próximo partido, si estaban ansiosos, contentos, preocupados, para luego preguntar cómo creían que iba a terminar el juego. Partido a partido, clasificaron los sentimientos de las personas y las predicciones que entregaron. Posteriormente, los resultados se compararon con los publicados por un sitio de apuestas, para determinar el indicador de predicción dado por un número grande de personas, puesto que, a mayor cantidad de datos, más alta es la probabilidad de acercarse a la realidad.

El estudio determinó que las personas que experimentaban emociones contrarias o más complejas, como la esperanza mezclada con la preocupación o el miedo, tenían mayor probabilidad de acertar el resultado del siguiente partido. Para el académico, el estudio permite aseverar que “las emociones juegan un rol preponderante en la toma de decisiones. Los agentes sociales públicos y privados toman decisiones todos los días y este estudio permite señalar que esa definición tiene un sustento emocional y no solo racional, vale decir, el ser humano toma decisiones desde la guata”.

Otro dato relevante del estudio, es que para muchas personas les resulta difícil reconocer la experiencia de tener sentimientos encontrados o complejos. Es decir, las personas que les cuesta sintonizar con sus emociones o reconocer si está triste o feliz, probablemente no va a alcanzar a darse cuenta que está experimentando pensamientos complejos.

Asimismo, los resultados permiten afirmar que las “emociones encontradas” tienen un rol concreto en la vida cotidiana, permitiendo al ser humano ver el mundo o interpretar la realidad desde una perspectiva más amplia y mejorar la imparcialidad de su juicio, evitando encasillarse en ver todo blanco/negro o triste o feliz.

Si bien el estudio de las emociones en la toma de decisiones es un área que se viene estudiando hace varias décadas, la mayoría de estos se realiza en ambientes controlados como lo es un laboratorio. Lo distintivo de este estudio radica en que se aplicó a una experiencia real y natural como lo es ver un partido de fútbol, midiendo los sentimientos verdaderos de 80 hinchas ingleses (hombres y mujeres) que presenciaron en tiempo real la participación de Inglaterra en la Copa del Mundo del 2018.

Según el Dr. Berríos, el ser humano experimenta cotidianamente diversas emociones como estar contento o triste, pero estas también derivan en emociones más complejas, llamadas comúnmente “sentimientos encontrados”. “La mezcla de sentimientos generan una funcionalidad en la vida de las personas y esta mezcla de emociones les permite ser más precisos a la hora de hacer predicciones sobre eventos futuros”.

El estudio de la toma de decisiones ha sido un área muy estudiada desde diversos ámbitos disciplinares, buscando las razones que empujan al ser humano a tomar una decisión. Incluso se ha identificado que niños pequeños en edad de ingresar a la educación primaria, son capaces de sentir emociones complejas. Es así como un economista o un meteorólogo toma diversos datos e información parcial de contexto, de mercado, ambiental, etc., los que le permiten entregar un pronóstico respecto al futuro.

En el ámbito organizacional, este estudio es relevante porque según el académico “las organizaciones desde su origen han sido concebidas como artefactos racionales, donde las emociones no tienen espacio. Las culturas organizacionales exigen a sus colaboradores, además del compromiso y comportamiento, un cierto estado de ánimo y eso es un trabajo emocional que debe ser considerado porque impacta en la calidad de vida de los colaboradores”.